María Claudia Tarazona, esposa del senador, Miguel Uribe Turbay, en medio de las honras fúnebres del senador asesinado por un joven sicario en la localidad de Fontibón de Bogotá, dedicó unas sentidas palabras a su compañero sentimental y pidió a los diferentes sectores políticos no acudir a la venganza en nombre de su conyuge.
«Miguel tenía el corazón más generoso, generoso para amar y para perdonar. En el, nunca existió ni odio, ni rencor ni venganza. Por el contrario, un corazón lleno de amor por su familia y por Colombia, país que amo y por el que dio su vida. Creía en la seguridad y la justicia como pilares fundamentales para conseguir la paz, pero no como fuentes de venganza u odio. Si no como instrumentos necesarios en un país que tiene que fortalece la democracia para poder ser un lugar donde todos quepan y puedan vivir en paz», dijo.
Dio las gracias al personal médico que atendió al congresistas en la Fundación Santa Fe, reconociendo todo su esfuerzo y dedicación, y agradeció también a Dios por la fortaleza que le dio para esos momentos tan duros.
«Desde el atentado, Miguel estuvo en cuidados intensivos dos meses, donde luchó por mantenerse con vida como él solo lo hubiera podido hacer, como un titán, como un guerrero. Durante esos dos meses sus médicos De Hakim, Yanny, Carrizoza, Ordóñez, Julián, Salamanca, Almanza. Reye, Viviana, Daniel, Margarita, directos de la clínica Henrry Gallardo, Dr Llinas, camilo Hernández De Alba sus enfermeros y enfermeras, lucharon a su altura, lo dieron todo, como los mejores médicos que son pero también como seres humanos. Nos cuidaron, nos miraron con compasión, nos sostuvieron. Son el ejemplo de un equipo inigualable que estuvo a la altura del más grande guerrero. Durante estos dos meses, recibí a Dios en mi corazón, lo conocí y aprendí la paz de su presencia, la compañía de la Virgen María. Entregada por completo a ellos, me pude preparar para el momento más desgarrador de mi vida. Sin la presencia De Dios en nuestras vidas hubiera sido imposible soportar este dolor», afirmó.
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Tarazona pidió a los colombianos no olvidarla, no abandonarla, al tiempo en que reafirmó su promesa de cuidar de su hijo Alejandra y sacar su familia adelante.
«Cumpliré mi promesa de darle a Alejandro y las niñas una vida llena de amor y de felicidad. Sin odio y sin rencores. Solo así, se puede vivir como tú quisieras que lo hiciéramos. Esposo mío, mi vida entera, amor lindo, gracias por tu vida, por tu amor y por tu sacrificio por colombia. Te amaré por el resto de mi vida», puntualizó.
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