María del Mar Pizarro se califica como una ‘gran romanticona’, de pequeña soñaba con ser escritora, sin embargo en el momento de decidir que estudiar, se inclinó por la Ciencia Política llevada por su deseo de conocer no solo las teorías y las prácticas de gobierno sino además de entender, el porqué de cada una de estas y la percepción que podían tener los ciudadanos.
Mar, como la llaman la mayoría de personas que la conocen, cuenta que de niña era muy tímida y que le gustaba compartir gran parte de su tiempo con las personas que creció, especialmente con su madre Laura García una mujer soltera, manizalita, quien tuvo que trabajar y estudiar al tiempo para salir adelante, luego del asesinato de su padre, el excandidato presidencial y líder del M-19, Carlos Pizarro.
Fueron épocas difíciles, Laura tenía 4 años cuando Pizarro fue asesinado por órdenes de una mafia conformada por narcotraficantes, paramilitares y agentes del Estado. Contó con el apoyo de las familias Pizarro y García con quienes compartió su infancia y gran parte de su juventud. Gracias a este cariño y respaldo, creció llena de amor, el mismo que irradia en cada frase y palabra que pronuncia mientras habla de su vida.
La difícil situación por la que atravesaba la familia Pizarro, hizo que fuera necesario cambiar de vivienda en varias ocasiones para evitar riesgos de seguridad. Fue esta la razón por la que vivió en diferentes barrios de Bogotá y también en el municipio de Cota en Cundinamarca. Fue una época muy especial para Mar porque fueron momentos en los que compartió mucho tiempo con su abuela a quien ayudaba a la elaboración de cerámica.
Con sus primos jugaba a los dinosauros y a montar obras de teatro. En sus días de recreo le gustaba ir a las piscinas. Su personaje favorito era Mafalda, la niña que no le gusta la sopa, que además es idealista y utópica y que sueña con hacer un mundo mejor. También gustaba mucho de la película El Rey León, que la hacía llorar. Todo lo anterior, hace ver que heredó la sensibilidad por las causas sociales que motivaron la lucha y las ideas de su padre.
El vivir el dolor de su madre por el asesinato de Carlos Pizarro, hizo que fuera muy poco dada a los amigos y entregada a su círculo familiar, situación que cambia al ingresar a la Universidad de los Andes para estudiar Ciencia Política, cuando abandona su timidez y comienza a salir y a compartir un poco más con sus compañeros y demás personas externas a su círculo íntimo.
Su hermana más cercana es la representante a la cámara y candidata al Senado, María José, con quien ha compartido muchos momentos de su vida. Actualmente pasa mucho tiempo con Carlos Andrés Mendoza su hermano menor, hijo de Carlos Pizarro quien nació seis meses después de su asesinato y de quien habla con bastante alegría.
Hasta el momento Mar se ha dedicado a sacar su empresa adelante, con la que produce y vende productos de aseo libres de cualquier químico que pueda contaminar el medio ambiente, sin embargo esto puede cambiar, tras su decisión de acompañar a su hermana María José como su fórmula a la Cámara de Representantes.
Considera que llegó el momento de dejar salir a flote las ganas de luchar por una sociedad más justa con ideas que ayuden a las poblaciones vulnerables y como lo dice ella misma, “de poner en práctica las enseñanzas de su familia de trabajar en pro del más necesitado”.
Sabe y es consciente de que el escenario de confrontación que se vive en la política nacional no es nada fácil y que habrá que dar una lucha nueva cada día en medio de un ambiente hostil donde será necesario cuidarse de todo aquel que junto con ella a ocupará una curul en el Capitolio Nacional en el próximo período legislativo.
Su candidatura la hará a través del Pacto Histórico y aunque es la primer vez que presenta su nombre a consideración de elector, no le teme a la búsqueda de votos y tiene muy claro que debe ganarse cada uno de estos al no tener ningún poder político ni económico, como sí sucede con otros hijos de personajes políticos que solo deben colocar su nombre en el tarjetón y esperar los resultados que les defina como ganadores de las elecciones porque cuentan con una maquinaria que compra y vende votos a su favor.
Mar cree en la paz, cree en el cuidado y protección al medio ambiente, en la lucha de la mujer y sobre todo cree en la necesidad de una distribución justa de la tierra en Colombia y es una convencida de que el camino para sacar a este país adelante es el Pacto Histórico, con el que espera ganar una curul en la Cámara de Representantes en las próximas elecciones al Congreso de la República en el 2022.