El ingeniero Civil y exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, es conocido como el “Trump colombiano” por su particular forma de expresarse y de hacer política.
Estudió en la Universidad Nacional de Colombia, desde mucho tiempo atrás viene participando en política, en ocasiones, tras bambalinas. En 1992 fue elegido concejal de Piedecuesta.
Ingresa al negocio de la construcción creando su propia empresa (Constructora HG), con la que se introduce en el negocio de la vivienda de interés social a través de una iniciativa suya con la que motivó a las personas a comprar a través de una financiación a 100 meses otorgada. Esto le sirvió para amasar una gran fortuna.
Según, una publicación de La Silla Vacía, “su constructora HG ya no es de las más importantes, en los últimos años no sólo se volvió aún más rico negociando tierras de expansión en Barranquilla y Villavicencio, sino que ha estado en busca de una posición de poder que le permita influir en los destinos de la región y sobre todo de Bucaramanga”.
Hernández, según el medio digital, influyó en la elección de Lucho Bohórquez como alcalde de Bucaramanga, del que se distanció para armar su propia campaña política en 2015, cuando logra llegar a la administración de la capital del departamento de Santander con un poco más de 77. 000 votos.
Como alcalde de la ciudad bonita logró reducir el déficit fiscal de la capital de Santander -que a su llegada al cargo- , superaba los 236 mil millones de pesos. Al finalizar su período en 2019, este problema era cosa del pasado.
Durante la alcaldía de Hernández se realizaron 503 obras entre las que se encuentran escenarios deportivos, 36 colegios, 29 parques, 8 centros de salud y 18 ágoras.
Algunas de estas obras son de carácter cultural, por ejemplo, la finalización del Teatro Santander, la reconstrucción de la Biblioteca pública Gabriel Turbay, el fortalecimiento del Centro Cultural del Oriente y el Centro de Convenciones Neomundo.
En su administración no faltaron las polémicas, siendo la más recordada: el enfrentamiento con el concejal opositor, Jhon Claro, en noviembre de 2018, cuando le dijo “sinvergüenza” y lo acusó de estar aliado con corruptos. En ese intercambio de palabras, Hernández se levantó de la silla y le dio un golpe en la cabeza y además descargó una andanada de improperios que iban desde calificativos hasta vulgaridades.
La Procuraduría lo suspendió por tres meses y un juez, en segunda instancia, lo obligó a pagar una multa de unos 95 millones de pesos.
En 2019 Rodolfo Hernández tenía 34 investigaciones en la Procuraduría General de la Nación, lo que calificó como “persecución política en su contra”.
La Fiscalía lo acusó por “interés indebido” en el marco del sonado caso de Vitalogic, que tuvo lugar cuando aún era alcalde de Bucaramanga. La investigación apunta a que hubo presuntas irregularidades en un contrato de consultoría sobre las tecnologías para el manejo de los residuos en el relleno sanitario de El Carrasco. El valor de ese contrato ascendió a 336 millones de pesos. Hernández se ha declarado inocente, e insiste que nunca se ha robado “un peso”.
El exalcalde de Bucaramanga promete llegar a la Presidencia de la República para luchar contra la corrupción, desarrollando una campaña llena de polémicas y muy particular, fiel a su estilo.