Al ritmo de la cumbia, el porro y el vallenato, se forman los imponentes crepúsculos de Valencia, en el Sur de Córdoba, al mismo tiempo que los productores de papaya, mango, plátano, níspero, zapote, guanábana y ahora cacao, construyen paz en sus territorios a través de sus cosechas. En medio de grandes sabanas, 255 familias víctimas del conflicto componen ASOAGROSINÚ, una asociación que le apuesta al cultivo de Cacao, como una manera de sembrar paz, reactivar sus economías y desarrollar a sus comunidades.
Familias cacaoteras trabajan para dejar atrás los recuerdos de una violencia marcada por las injusticias, la inequidad y las grandes brechas de desarrollo entre lo rural y lo urbano; hoy, a través de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial —PDET—, FEDECACAO y Colombia Sostenible, implementan el proyecto de siembra y sostenimiento de cacao bajo los lineamientos de mitigación y/o adaptación al cambio climático, lo que les permitirá cosechar un grano de mejor calidad y ser competitivos en el mercado. Son más de $4.514 millones los cuales están siendo invertidos por el Estado para el fortalecimiento de esta cadena productora con la siembra de 130 mil plántulas de cacao que serán cosechadas basados en un modelo agroforestal, con el firme propósito de hacer realidad las iniciativas PDET priorizadas por la comunidad y desarrollar integralmente el campo de Valencia.
Para los Aztecas, el cacao era un árbol al que le atribuían múltiples virtudes como calmar el hambre y la sed, proporcionar la sabiduría universal y curar las enfermedades. En la actualidad, representa una alternativa económica para estos campesinos del Sur de Córdoba, mejorando sus condiciones de vida y participando de la economía legal. Son estos mismos productores quienes lo han denominado “Cacao grano de oro, con sabor y aroma a paz”.
Ramon José Ayala Alemán, jefe de Unidad de FEDECACAO afirma que este proyecto “va de la mano con capacitación permanente a los beneficiarios, manejo integrado del cultivo de cacao, plagas y enfermedades. Además de sostenibilidad ambiental, asociatividad, trabajo en equipo y mercadeo rural”.
La asociación ASOAGROSINÚ, que tiene su sede en Valencia, al sur de Córdoba, uno de los 170 municipios donde se implementan los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial —PDET—, es conformada, además, por un alto porcentaje de mujeres quienes lideran la cadena productiva de cacao y quienes creen firmemente en la construcción de nuevas realidades para cerrar la brecha de género que por años ha marcado el agro colombiano y empoderar aún más a las mujeres productoras. Yadith Luz Llanos, emocionada, cuenta cómo este proyecto ha impactado de manera positiva su visión de ser mujer y su rol en comunidad “Tengo muchas esperanzas hacia este proyecto, porque estoy viendo el empoderamiento de la mujer campesina, es un ejercicio muy importante que hemos jugado las mujeres saliendo hacia adelante”.
Actualmente, los beneficiarios cuentan con 200 hectáreas de cacao en producción y se espera que a finales de este año se logre llegar a 331 hectáreas. Asimismo, 131 hectáreas de plátano han sido sembradas a la par, para cumplir la función de sombrío transitorio, el cual permitirá generar flujo de caja a las familias a mediano plazo. Se espera que, al finalizar el proyecto, se comercialicen 160.000 kilogramos de grano de cacao seco y 900 toneladas de plátano.
ASOAGROSINÚ, también cuenta un preacuerdo comercial con la Compañía Nacional de Chocolate de Colombia, para la comercialización del grano de cacao seco premium y cacao corriente, además, sueñan con exportar hacia Europa.
Hoy, cientos de productores ven en el cacao grano de oro, una manera de transmitir historia, paz y reconciliación por el mundo.