El Ejército Nacional logró incautar 10 fusiles que serían utilizados por la Subestructura Carlos Vásquez, del Clan del Golfo destinado a fortalecer las capacidades criminales de la Subestructura Carlos Vásquez, del Clan del Golfo.
Las tropas motorizadas estacionadas en el municipio de San Jerónimo, cerca del corregimiento de San Sebastián de Palmitas, detectaron movimientos sospechosos provenientes de un vehículo de alta gama. Al acercarse al automotor para realizar una inspección, varias personas descendieron del vehículo y huyeron, abandonando varios bultos en el lugar.
Al revisar los bultos, las tropas hallaron 4 fusiles R4 Calibre 5.56, capaces de disparar en modo automático y semiautomático, con una cadencia de fuego de hasta 850 disparos por minuto y un alcance efectivo de aproximadamente 400 metros; 6 fusiles R1 Calibre 7.62 mm, usados comúnmente en enfrentamientos urbanos por su maniobrabilidad, aumentando la capacidad de daño a las unidades militares.
Estos fusiles estaban destinados al Urabá antioqueño, con el fin de ser entregados a alias Chiquito Malo, cabecilla principal del Clan del Golfo, y alias Richard, cabecilla de la Estructura Central Urabá, señalado como responsable de coordinar múltiples atentados y homicidios selectivos en la región. Esta estructura es considerada uno de los brazos delictivos más peligrosos del Clan del Golfo.