El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha remarcado al Estado Mayor Central (EMC) de las FARC que el alto el fuego pactado no incluía la salida del Estado de las zonas tradicionalmente controladas por la guerrilla, sino todo lo contrario, en respuesta a la salida unilateral este lunes de la guerrilla de la mesa de diálogo.
“El EMC ha resuelto no asistir a la mesa de negociación sin romper la tregua. Eso no es posible. El cese al fuego solo es posible si avanza la negociación en sustitución de la economía ilícita y el fin de hostilidades a la población civil”, subrayó el mandatario colombiano en su cuenta de X, antes Twitter.
El fin de semana el grupo dirigido por Néstor Vera, alias ‘Iván Mordisco’, anunció que mantenía el cese el fuego bilateral pactado, si bien condicionó su presencia en la mesa de diálogo al compromiso del Gobierno de cumplir con los acuerdos alcanzados durante estas negociaciones que supuestamente estaría rompiendo.
Entre estos acuerdos incumplidos, y detonante de esta nueva ruptura entre Gobierno y guerrilla, estaría la no salida del Ejército del corregimiento de El Plateado y del cañón de Micay, en Cauca, región clave en la ruta del tráfico de cocaína y espacio tradicionalmente controlado por las disidencias.
Sin embargo, Petro ha señalado que el acuerdo de cese al fuego no incluía la salida de las fuerzas del Estado de este tipo de asentamientos, sino lo contrario, pues se instó al EMC a abandonar los “centros poblados, las vías principales y secundarias”, además de colaborar en la sustitución de las economías ilícitas.
Petro dijo que este tipo de territorios habían sido controlados tradicionalmente por las disueltas FARC y que si no se beneficiaron por los acuerdos de paz, fue “por la actitud displicente del pasado gobierno”, en referencia al mandato de Iván Duque, que los dejó “abandonados”.
“Los territorios pasaron entonces a los nuevos grupos armados, muy ligados a las economías ilícitas. El Plateado se convirtió así, en una especie de bolsa de la cocaína a donde iban diferentes representantes de mafias a negociar”, cuenta Petro.
“Estos territorios no han sido ganados militarmente por los nuevos grupos, sino más bien el Estado les ha abierto las puertas; en algunos casos como el cañón del Micay, han sido ocupados ilegalmente gracias a la ayuda de funcionarios que reciben sobornos”, ha añadido el mandatario.
Petro ha explicado que esa “asociación” entre economías ilícitas y funcionariado corrupto potencia este tipo de actividades ilegales y es el germen de esta violencia de la que estas poblaciones están huyendo, por lo que es necesario, ha apuntando, en la presencia del Estado social de derecho en este tipo de espacios.
“El proceso de paz debe comenzar por un acuerdo de sustitución de economías ilícitas por lícitas con ayuda del Estado. Significa esto que la paz se convierte en una política territorial”, ha subrayado.
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