Antioquia ha sido testigo de momentos cruciales de resistencia a lo largo de su historia, de sobreponerse a los hechos más dolorosos de violencia y a mostrar gran nivel de resiliencia para volver a comenzar. En los años 50 y 60, líderes campesinos, sindicalistas y activistas lucharon por los derechos de los trabajadores y se enfrentaron a la opresión. Uno de los ejemplos más recordados es la lucha de los sindicatos en las minas de Segovia y Remedios que, a pesar de la adversidad, lograron avances significativos en la mejora de las condiciones laborales.
Hoy nos encontramos ante un panorama de grandes retos para quienes compartimos un profundo compromiso con la justicia y la igualdad en nuestro amado departamento de Antioquia. Enfrentamos tiempos desafiantes con la victoria de fuerzas de ultraderecha, pero estamos aquí para recordar la historia de resistencia y la capacidad de las minorías para lograr grandes cosas y hacer gestas históricas que hoy nos tienen con gran representatividad en escenarios de poder como nunca antes se había visto.
Personajes como Guillermo Gaviria, quien se alzó en contra de la violencia en la región y promovió la reconciliación, o el legado de Jaime Jaramillo, un líder de izquierda que luchó por los derechos de los más vulnerables, son ejemplos de cómo las minorías pueden inspirar un cambio profundo. La historia de Colombia en su conjunto está llena de héroes de la resistencia, como la valiente lucha de las comunidades indígenas y afrodescendientes por sus derechos y tierras ancestrales, o el Movimiento Estudiantil de 2011 que impulsó reformas educativas y el estallido social de 2018 que nos mostró las fortalezas que como pueblo tenemos.
Como colectividad siempre hemos sido minoría y en realidad el mapa político ha estado cooptado por la derecha en sus diferentes matices, siempre hemos sido gobernados por esa fuerza política y aunque hemos dado importantes giros hacia la izquierda que hoy nos tienen con el primer gobierno popular de la historia, debemos seguir unidos trabajando desde nuestras fortalezas para que la justicia social sea una realidad en nuestro país, eso es lo que nos mueve.
Hoy, aunque enfrentamos un panorama desafiante, recordemos que la resistencia puede llevar a la transformación. La resistencia no implica negar nuestras diferencias, sino unirnos en nuestra búsqueda de una Antioquia más justa y equitativa. Estamos aquí para construir un futuro mejor para nuestros hijos e hijas y nuestras comunidades, y eso comienza con la determinación que siempre hemos tenido para sobreponernos y seguir defendiendo las banderas en las que creemos.
No estamos solos en esta lucha. Sigamos el ejemplo de quienes resistieron en el pasado y lograron grandes cambios. Juntos, construyamos un Antioquia que refleje nuestros valores y principios, donde la justicia y la igualdad sean una realidad para todos.