Espanta pensar que un uribista, blasfemo, machista, imputado por corrupción e ignorante de la realidad, como Rodolfo Hernández (RH), pueda ser presidente de Colombia.
A eso nos llevó la deplorable dirigencia que tenemos, el uribismo que en su agonía no deja de aterrar y que ya tiene sujetado al ingeniero, los grandes medios ligados a la ultraderecha y a la corrupción, y la insultante ignorancia de un pueblo sin educación víctima de las bodegas en las redes sociales.
Al final, el odio hacia Petro es una estrategia de la poderosa decadencia que se apoderó de Colombia. No es el miedo a nada de lo que se han inventado contra él: expropiaciones, estatización, reelección, acabar con los fondos privados de pensiones, extender los oleoductos de Venezuela hasta Colombia para acabar con la producción nacional de petróleo. Tantas mentiras que periodistas sin ética y afines a la ultraderecha repiten una y otra vez, y que las vuelven verdades obedeciendo a la estrategia diseñada por los nazis hace noventa años: repetir y repetir mentiras hasta que sean verdad.
Uribe al cuarto día de su primer gobierno decretó la conmoción nacional, RH piensa hacer lo mismo en el primer día de gobierno. La conmoción nacional ha sido la boleta de entrada al teatro de la violencia, donde por un lado se entra vivo y por otro se sale muerto.
El poder empresarial tiene miedo a perder el manejo de la chequera pública con la cual hicieron todos los negocios que se les ocurrió en treinta años de un arrasador neoliberalismo que condujo a una mayor concentración de la riqueza y a una pobreza inmensa que no cede. Ese proceso de acelerada acumulación le permitió al poder extender sus relaciones con el narcotráfico, con otras economías ilegales e informales, impulsar las importaciones en detrimento de la producción nacional, fomentar las exportaciones extractivas, todo atravesado por hordas de corrupción. Fico les garantizaba continuidad, RH también, porque además beneficia su propio proceso de enriquecimiento.
El rechazo a Petro es igual a lo que sucedió en Brasil contra Lula y Dilma. Más civilizado Uruguay, que dejó gobernar a Mujica. Y Chile a Lagos, Bachelet,….Petro es este tipo de político, no es Chávez, Maduro, Ortega,…
En Colombia, Petro es de la saga del pensamiento liberal y social demócrata de Gaitán, López Pumarejo, Lleras Restrepo, Carlos Gaviria, Navarro, …..Sí, fue guerrillero del M_19, pero no olviden que el EME fue una fuerza insurgente nacionalista y más cercana a la social democracia que a cualquier otra corriente ideológica. No fue marxista leninista. Por eso Petro, Navarro y otros fueron alcaldes y gobernadores, por eso es estúpido decir que Petro es castrochavista.
Su pensamiento económico se identifica con el cambio estructural que nos muestra José Antonio Ocampo, Cecilia López, Alicia Puyana, Astrid Martínez, Garay, Salomón Kalmanovitz, otros economistas, expertos y científicos sociales, que se encuentran en el libro recién publicado por FESCOL: Las políticas de desarrollo productivo. Y en el mundo, Stiglitz, Mariana Mazzucato, Rodrik, Chang, Krugman, Piketty, y tantos desde Shumpeter que nos han mostrado y explicado el camino al desarrollo, pero, que la ortodoxia colombiana le ha negado a Colombia desde Gaviria, Pastrana, Uribe, Duque. RH sería la continuidad.
Los invito que busquen un bello discurso de Petro sobre la cultura y la palabra en una feria del libro siendo alcalde de Bogotá. Fue una conversación sobre Gaitán, García Márquez y los griegos. Piense si el ingeniero puede elaborar una sola frase sobre cultura, arte y el desarrollo. William Ospina tendría que escribirla y leerla.
Además, Francia Márquez tiene un inmenso bagaje de luchadora social y de protectora del medio ambiente que le mereció el Premio Goldman, el Nobel ambiental. Revisen su conmovedor discurso el día que recibió el premio.
Petro y Francia, deben ser nuestros gobernantes.
Los uriberodolfistas son los más furiosos con la solicitud de excomunión a RH, por haber dicho “…. la Virgen María y las demás putas….”. Ellos que se declaran fanático religiosos, por tanto crimen y delito que han cometido, el que peca y reza empata, salen en defensa de RH a decir que es mentira que el Hitler santandereano haya dicho tal blasfemia. Dicen que lo sacaron de contexto. O la beata Ingrid Betancourt que se arrodilla ante una imagen de la Virgen a pedir perdón por RH, porque él no sabe lo que hace ni lo que dice.
Las infiltraciones a la campaña de Petro sólo los podía hacer la inteligencia del Estado, información que la fueron entregando a cuenta gotas a otras campañas, por eso el odio de una parte del centro contra Petro se exacerbó.
El líder del Pacto Histórico no sólo es él, también son su esposa Verónica, una sorprendente nueva líder y gestora cultural, sus hijos, especialmente Sofía, que ha dado muestras enormes de inteligencia, madurez y conocimiento a sus 20 años. Petro es su familia, los jóvenes y las mujeres, los pobres y la clase media, que sabe de la importancia de los que más tienen puesto que constituyen la fuerza del sistema económico.
Cientos de académicos están con él. También los mejores artistas, líderes sociales, sindicatos, periodistas, analistas, columnistas, medios independientes, algunos empresarios, y muchos más.
Voten con responsabilidad por ustedes, por su entorno y por Colombia.
No hagan la bestialidad a la que convocan Fajardo, Robledo y otros centro fanáticos de votar en blanco y menos por el imputado RH. Les recomiendo repasar o ver el vídeo de Álvaro Leyva Durán sobre RH, su escape a Miami a conversar con el gerente de la empresa que puso en Haití a los mercenarios colombianos que asesinaron al presidente de ese país. Ese es RH, protegido vergonzante de Uribe, de la corrupción y del narco paramilitarismo.
Además, preocupa su deterioro físico, verbal y mental, quien a sus 77 años no muestra la vitalidad, inteligencia, alegría, claridad mental de Lula, a sus 77 años. Mientras RH se esconde, arrastra su voz y deja pasar los días sin salir a la calle, Lula vive en la calle y en las plazas con su gente. Es decir, RH es un candidato fantasma, que pocos han visto, que parece más una invención publicitaria de Beccassino o un personaje de ficción de una próxima novela de William Ospina. RH es cualquier cosa menos un respetable candidato a la presidencia de un país que no conoce.
Mi voto será por Francia y Petro: me gusta su programa de gobierno y la visión que tienen del desarrollo, de la vida, de la paz, de Colombia y del mundo.
Voy a votar con la esperanza de que Colombia inicie un proceso de cambio.
P.D.: Esperemos que está vez la Registraduría no se robe las elecciones como en 1970 porque si no la gente se tomará calles y plazas para reclamar su victoria.