Los primeros ministros de Gran Bretaña, Francia, Canadá y Australia, entre otros, han decidido reconocer a Palestina como nación, sin condiciones. Es decir, no condicionaron esta declaración de apoyo a la liberación de los torturados y secuestrados que aún están en Gaza, se estima que aún quedan allí 19 secuestrados vivos y 32 muertos. A todas luces, este es un error histórico por los líderes de estas naciones, cuya intención es ganar los votos de los millones de islamistas que han penetrado sus países con la intención de destruir la cultura occidental, la misión del islam.
Mucho más sensato es lo que ha declarado la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, quien señaló que el reconocimiento de palestina debe estar condicionado a la liberación de los secuestrados y la renuncia de Hamás como gobierno de Palestina. Aun así, qué es lo que están reconociendo. ¿Cuáles son las fronteras? ¿Quiénes la van a gobernar? Cuál es su constitución. ¿Cuáles son las garantías de seguridad para Israel? Ninguno de los mandatarios tiene respuesta a estas preguntas.
En realidad, lo que están haciendo al reconocer a Palestina es premiar a Hamás por haber invadido Israel el 7 de octubre del 2023, fecha en la que violaron mujeres antes de asesinarlas, quemaron bebés vivos, masacraron a 1200 jóvenes en un concierto de música por la paz, y secuestraron a 250 civiles inocentes, incluyendo a bebes que luego asesinaron. Hamás, por supuesto, agradeció el generoso gesto y ratificó que apenas tuviera una oportunidad volvería a repetir la masacre una y mil veces más.
Argumentan los líderes de Gran Bretaña, Francia, Canadá y Australia que lo que buscan es una solución de dos estados, uno judío y uno palestino, viviendo en paz, uno al lado del otro. Lo que pasan por alto es que los palestinos han dicho que no aceptan la existencia de Israel, y su objetivo es su destrucción total. Muchas veces han rechazado un Estado. Una de estas ocurrió en el año 2000 cuando Bill Clinton, en ese momento presidente de Estados Unidos, y Ehud Barak, primer ministro de Israel, les ofrecieron 96% del Margen Occidental y Jerusalén del Este como su capital. No aceptaron porque su idea es la de siempre, la total eliminación de Israel. Clinton dijo en ese entonces y lo repitió recientemente: “los palestinos no quieren un estado, solamente querían matar judíos y desaparecer a Israel.”
El reconocimiento de Palestina en estos momentos es una de dos cosas: delirio o maldad. Delirio porque nadie en los territorios palestinos acepta dos estados, o maldad porque están premiando el propósito genocida de Hamás contra el pueblo judío.
La verdad es que mientras Hamás continúe en el poder en Gaza y no existan garantías de seguridad para Israel, nunca existirá un estado palestino. Israel está comprometido a la defensa de su población, como debe ser, y no permitirá que en sus fronteras se establezca un estado para destruirlo. En últimas lo que han dicho estos líderes irresponsables no solamente no soluciona nada, sino que premia y le da vida al terror de Hamás.
Y lo que es peor, han destrozado con cualquier posibilidad de paz en el oriente cercano.
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