El presidente número 47 llegó con la promesa de reforzar el control sobre la migración irregular, y en efecto las cifras recientes, aunque no son claras, han alimentado este discurso de firmeza. Partiendo de que organizaciones como Pew Research Center hablan de 14 millones de migrantes irregulares para el 2023, una cifra exorbitante considerando que antes de la gran recesión en 2007 había llegado como máximo a 12.2 millones, sumado a que hubo un incremento de más de 3.5 millones en la población de migrantes, entre 2021 y 2023. Lo que dio a los votantes conservadores la razón para elegir poner mano dura contra la migración irregular.
Está claro: en EE.UU. el sistema migratorio no se la pone fácil a nadie, ha calado profundamente en la idea de los migrantes legales. Pero eso no significa que Estados Unidos haya dejado de ser un destino atractivo. Al contrario: las oportunidades siguen ahí, solo que ahora requieren más planeación y estrategia. Por lo que esta realidad no debe leerse como un cierre definitivo, sino como un recordatorio de que el país continúa valorando y recibiendo a quienes ingresan de manera planificada y documentada.
Lo legal: un camino firme hacia la estabilidad
Existen una gran variedad de visas para ingresar a los Estados Unidos y nuestra historia ha estado siempre muy ligada al país de los super superhéroes y las cheese burgers. Cuando decidimos migrar es importante revisar por ejemplo nuestra edad, estudios y capacidad de inversión.
La otra cara de la moneda, son quienes logran organizarse y aplicar por la vía legal. Y aunque es más exigente y a veces frustrante, abre caminos reales:
• Niñeras, campamentos de verano, trabajadores agrícolas, modelos, periodistas.
• Inversionistas que apuestan con capital y generan empleo a través de visas E-2 o EB-5.
• Profesionales calificados que aplican a visas como la H-1B o la EB-2.
¿Qué nos deja todo esto?
Las estrategias migratorias legales siempre estarán ahí para quienes puedan elegir planear en vez de arriesgar. No son perfectas, no son rápidas, pero sí ofrecen estabilidad, derechos y un futuro más claro.
En cambio, la vía irregular es un salto al vacío: incertidumbre, pérdidas y sanciones que se arrastran por años.
Más que un obstáculo, una oportunidad de planear
Migrar es un sueño legítimo. Y Estados Unidos sigue siendo un destino interesante, lleno de retos, pero también de posibilidades. La diferencia está en cómo se recorre el camino: arriesgando todo en una ruta incierta, o construyendo con paciencia un proceso legal que, aunque duro, es el único que asegura un futuro con menos miedo y más oportunidades.
La vía irregular puede parecer un atajo, pero en realidad multiplica los riesgos y prolonga la incertidumbre. En cambio, quienes deciden organizar su proceso encuentran no solo seguridad, sino también la oportunidad de crecer en un entorno donde el esfuerzo y la formalidad se convierten en ventajas.
Lo esencial está en comprender que el camino legal no es inmediato, pero sí ofrece garantías: derechos reconocidos, acceso a servicios y la tranquilidad de construir un proyecto de vida sin sobresaltos.
Es por eso que hoy quiero compartir una reflexión clara: migrar legalmente a Estados Unidos sigue siendo posible. Las reglas han cambiado, los procesos son más exigentes, pero las puertas permanecen abiertas para quienes se preparan y deciden recorrer este camino con estrategia. Por eso, la clave está en la preparación, la asesoría adecuada y la confianza en que migrar legalmente es la mejor manera de transformar un sueño en una realidad segura y sostenible.
Andrea Medina
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