La vicepresidenta de la República, Francia Márquez, dejó claro que no se retirará del cargo, muy a pesar —según ella— de que desde el Gobierno Nacional se le ha ignorado y se le ha marginado de las grandes decisiones que se toman al interior de la Casa de Nariño.
«No es cierto que voy a renunciar al mandato que el pueblo colombiano me dio. Yo no voy a renunciar a la vicepresidencia. Si Dios y los ancestros permiten, yo me voy de aquí el 7 de agosto del próximo año. Estamos firmes, estamos trabajando, seguimos construyendo con nuestra madre África; se sigue gestando, se siguen abriendo puertas», dijo en un evento en el marco del Día Internacional de las Mujeres y Niñas Afrodescendientes, en la ciudad de Cali.
Las diferencias entre el presidente, Gustavo Petro, y su vicepresidenta, Francia Márquez, vienen prácticamente desde el día en que ganaron las elecciones. Este hecho se notó en un episodio bastante extraño que pocos advirtieron: la primera en hablar fue ella, y no el presidente electo, como comúnmente sucede en un acto de agradecimiento al electorado y de reconocimiento por el triunfo electoral. Fue poco el saludo y escasas las miradas entre ellos en ese instante, que se suponía debía ser de felicidad mutua.
Ya como presidente de la República, Petro cumplió su promesa a la vicepresidenta y creó el Ministerio de la Igualdad. Le entregó no solo la misión de ponerlo a funcionar, sino además de ejecutar, una vez iniciadas sus funciones, un presupuesto para 2023 de 1,5 billones de pesos. De ese total, no se logró ejecutar ni el cinco por ciento. Para mayo de 2025, la cifra de ejecución se situaba en apenas el 2,51 %.
La vicepresidenta, en su defensa, dijo que la baja ejecución se debió a que le correspondió crear una entidad desde cero. Esto no convenció al primer mandatario, quien de inmediato la retiró del cargo, profundizando aún más el abismo que se venía creando desde mucho tiempo atrás.
En el último consejo de ministros —al que no asistió la vicepresidenta—, el primer mandatario reveló que ella se opuso al nombramiento de Juan Carlos Florián como viceministro de Asuntos LGBTIQ+, porque se supo que este había ejercido como actor porno en el extranjero.
Todos estos desencuentros produjeron el silencio y aislamiento de Francia Márquez, quien desde Cali no solo rompió su silencio, sino que además manifestó su molestia por todo lo que se ha dicho en las redes sociales y desde diferentes sectores políticos, incluyendo al mismo Pacto Histórico, que no estaban de acuerdo con su presencia en el alto Gobierno.
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Se pensó entonces que renunciaría al cargo de vicepresidenta y se dedicaría a impulsar un nuevo movimiento político. Sin embargo, ella misma confirmó que no se irá del cargo.
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