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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Universidad Nacional

Consejo de Estado deja sin rector a la Universidad Nacional

Un fallo del Consejo de Estado dejó por fuera del cargo de rector de la Universidad Nacional de Colombia a Leopoldo Múnera.

En la sentencia de única instancia, la Sección Quinta consideró que hubo irregularidades en su nombramiento, determinando que solo los jueces tienen la facultad de determinar si la elección del rector se había ajustado a derecho y, de ser necesario, anularla.

 

El Consejo de Estado determinó que el Consejo Superior Universitario, buscando corregir una irregularidad, “actuó sin competencia y desconoció la presunción de legalidad de la que se revisten los actos administrativos, incluidos los de elección o nombramiento, la cual puede desvirtuarse exclusivamente a través de una decisión adoptada por la jurisdicción de lo contencioso administrativo”.

El fallo corresponde a una demanda interpuesta por la senadora del Centro Democrático, Paloma Valencia Laserna, quien sostuvo que el Consejo Superior Universitario actuó de manera irregular al invalidar la elección de José Ismael Peña, quien había sido elegido conforme a los procedimientos establecidos.

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Según Valencia, la designación de Múnera —a quien señaló como el candidato impulsado por el Gobierno Nacional— «representaba una vulneración a la autonomía universitaria y un intento por politizar la institución».

Joven muere al interior de la Universidad Nacional durante la noche del Halloween

La muerte de joven profesional egresado de la Universidad Nacional en Bogotá, durante la noche del Halloween llena de incertidumbre a las autoridades en la capital del país por lo que está ocurriendo en la celebración de estas fechas.

El hecho ocurrió entre la noche del 31 de octubre y la madrugada del 1 de noviembre, en el arboretum cercano al edificio 425 del Instituto de Ciencias Naturales, a pocos metros de la calle 53.

 

Personal de Medicina Legal hizo el levantamiento del cadáver para realizar las primeras prácticas forenses para establecer lo que causó la muerte del joven. Las directivas universitarias expresaron su “profundo pesar” y enviaron un mensaje de solidaridad a los familiares, amigos y colegas del egresado.

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La seguridad en la Universidad Nacional

En los últimos días se ha presentado una serie de hechos violentos en la Universidad Nacional, sede Bogotá, que deben preocupar, no solo las autoridades universitarias, sino también al Distrito y la Nación, protestas de encapuchados con machetes, intento de incendiar un bus de Transmilenio y estallido de una bomba en el edificio de la facultad de Sociología que dejo varias personas heridas, acciones más cercanas al terrorismo que a la protesta pacífica.

A los problemas conocidos que suceden desde hace varios años en el campus de la Universidad Nacional, como son la venta de droga, las pedreas, las tomas y los bloqueos de las facultades, los casos de abuso sexual que suceden casi todos los jueves en el “bacanal de drogas y alcohol del jardín de Freud”, los hurtos, la proliferación de ventas ambulantes, la violencia de género y las amenazas contra docentes, desde finales de la pandemia en 2022, se sumó la utilización del campus universitario por parte de algunos miembros de “Primeras Líneas” de la ciudad para enfrentar a la fuerza pública, mientras en la Universidad Pedagógica fueron rechazados y no los dejaron utilizar su campus, en la Universidad Nacional no tuvieron oposición y han estado presentes en la toma de la rectoría, otras instalaciones de la universidad, bloqueos y pedreas.

 

Una situación de inseguridad y violencia que pone en riesgo constante a la población universitaria y en general a los habitantes de Bogotá que transitan por los entornos del claustro universitario, situación que debe llevar a las autoridades educativas, de seguridad y justicia nacionales, del Distrito y de la Universidad a trabajar en equipo y de manera permanente, para lo cual hay que dejar en claro cuáles son las competencias de unos y otros y cómo se pueden coordinar para recuperar la seguridad y la convivencia en la Universidad y su entorno.

Seguridad y autonomía universitaria.

La Universidad Nacional no puede seguir siendo un escenario donde la autoridad se diluye, los espacios comunes se degradan y las garantías mínimas de convivencia desaparecen. No se trata de militarizar ni de criminalizar la protesta que, por supuesto, es legítima en una democracia, sino de ejercer una rectoría firme, con principios claros, que entienda que la defensa de los derechos humanos empieza por salvaguardar la integridad de quienes hacen parte de la comunidad universitaria.

La autonomía universitaria no puede ser excusa para la negligencia. El campus universitario debe ser un espacio de construcción, no de miedo. Se ha venido distorsionando gravemente el concepto de autonomía universitaria al interpretarlo, de manera equivocada, como una especie de extraterritorialidad que pretende excluir a los campus universitarios del marco legal vigente.

Esta visión errada lleva a desconocer abiertamente la Constitución, las leyes penales y de policía, así como la legitimidad de los órganos de justicia y seguridad del Estado. Bajo esta lógica, se asume que dentro de las universidades no pueden operar los organismos encargados de prevenir, investigar y sancionar los delitos, como si el campus fuera una zona al margen del orden constitucional. La autonomía universitaria garantiza el autogobierno académico y administrativo, pero de ninguna manera implica la suspensión de la ley ni el desmonte de la institucionalidad.

Por tanto, es hora de decirlo con claridad, los delitos que se cometen dentro de una universidad deben ser enfrentados por los organismos de seguridad y justicia que constitucionalmente están llamados a hacerlo. Su presencia no puede ser entendida como una “intervención” arbitraria ni como una amenaza a la autonomía, sino como el ejercicio legítimo del Estado de Derecho en todos los rincones del territorio nacional, incluidas las universidades públicas.

Eso sí, este accionar debe estar acompañado de protocolos adecuados, respetuosos de los principios democráticos y de los derechos fundamentales, pero no puede seguir siendo postergado por una lectura sesgada de la autonomía universitaria. La criminalidad no se combate con comunicados institucionales ni con debates ideológicos, sino con investigación criminal, inteligencia profesional y acción judicial oportuna. No actuar es permitir que la ley deje de tener efecto, precisamente donde debería proteger con mayor rigor, en los espacios dedicados a formar ciudadanos.

El país no puede permitirse que la Universidad Nacional símbolo del mérito, la excelencia académica y el pensamiento crítico se hunda en la inseguridad y el desgobierno. Es tiempo de que la rectoría y las autoridades nacionales y locales garanticen la seguridad y la convivencia en el campus universitario y en su entorno.

Qué hacer.

En respuesta a preguntas formuladas por diario El Tiempo[1] la vicerrectora de la Universidad Nacional Carolina Jiménez, manifestó que “Estaban prestos a un diálogo interinstitucional que permita encontrar caminos de solución a los problemas”, pero que “no se ha podido encontrar unas rutas y unas estrategias efectivas que ayudaran a poner fin a estos problemas”.

Hay que reconocer que estos graves problemas no los puede solucionar solo la Universidad, ni es su única función, ni es su especialidad, se requiere del trabajo coordinado y permanente con la administración distrital y con las autoridades educativas, de seguridad y justicia de la nación, porque al final del día lo que suceda o deje de suceder en materia de seguridad y convivencia dentro del campus universitario, es responsabilidad de todas estas autoridades. Son más de 40 mil ciudadanos y ciudadanos universitarios que frecuentan la Universidad y que tienen derecho la seguridad.

Comparto la posición de la vicerrectora de la Universidad Nacional que considera “que el ingreso de la Policía en medio de una confrontación puede aumentar el riesgo al que ya está expuesta la comunidad universitaria”. Sin embargo, esta situación no se puede descartar de plano, frente a una situación grave de inseguridad que atente contra la integridad y vida de los miembros de la comunidad universitaria. En este caso, serían más afectivas las labores de inteligencia e investigación judicial para dar con los encapuchados y sus jefes violentos.

En trabajo coordinado y permanente de las autoridades anteriormente mencionadas se pueden definir y realizar las siguientes acciones de seguridad y justicia:

  • Creación de un comité de seguridad y convivencia compuesto por las autoridades universitarias, del distrito y de la nación para definir acciones conjuntas frentes a los problemas de inseguridad detectados, el cual debe reunirse una vez al mes y no solo cuando sucedan hechos que lamentar, como suele suceder.
  • Elaboración conjunta de un plan de seguridad y convivencia para la Universidad, como lo hicimos hace 15 años con la rectoría de entonces, pero que con las administraciones subsiguientes termino archivado.
  • Instalación de cámaras de alta tecnología en las principales entradas y entorno de la Universidad. La Universidad también puede instalar cámaras en su interior. Esta es una tecnología que desde hace muchos años viene siendo utilizada por las universidades para garantizar la seguridad y la convivencia, como es el caso de la Universidad Autónoma de México que tiene una comunidad cercana a las 500 mil personas y cerca de 300 cámaras para la seguridad y la convivencia.
  • Labores de inteligencia e investigación judicial para dar con los encapuchados y sus jefes, que realizan acciones violentas y delincuenciales en el campus universitario y su entorno.
  • Control visual y grabación de pedreas y actos de vandalismo con drones.
  • Elaboración de protocolos de seguridad, emergencias y manejo de crisis para atender casos graves en el campus universitario, como puede ser el caso de atentados terroristas, asesinatos y lesionados graves al interior de la universidad, toma de rehenes por parte de grupos armados ilegales, entre otros casos.

Hugo Acero


[1] El Tiempo. Universidad Nacional: entre el estigma, encapuchados, manipulación de explosivos y la necesidad de una estrategia para garantizar la seguridad.

https://www.eltiempo.com/bogota/universidad-nacional-entre-el-estigma-encapuchados-manipulando-explosivos-y-la-necesidad-de-una-estrategia-para-garantizar-la-seguridad-3490296 12 de septimbre de 2025

Universidad Nacional: inseguridad desbordada tras la llegada de Múnera

La Universidad Nacional de Colombia, fundada en 1867, surgió como respuesta al propósito de consolidar un Estado moderno y comprometido con la educación superior y el progreso del país. Desde sus orígenes, ha encarnado la visión del Estado colombiano de garantizar una educación pública, gratuita y de alta calidad, entendida como un instrumento fundamental para el desarrollo nacional y la reducción de desigualdades. Más que una institución educativa, es un símbolo nacional y un motor de transformación social, reconocida como un bien común, y patrimonio colectivo que pertenece a toda la sociedad colombiana.

Aunque la Universidad ha enfrentado históricamente múltiples amenazas de origen político, ideológico, delincuencial y subversivo, la crisis de seguridad que atraviesa actualmente alcanza niveles alarmantes. Desde la llegada de Leopoldo Múnera a la rectoría, en mayo de 2024, la situación no solo ha empeorado, sino que parece haber quedado sin control. El campus ha sido escenario recurrente de disturbios protagonizados por encapuchados externos, ocupaciones ilegales, consumo y venta de alcohol, y lo más grave, casos de abuso sexual en eventos estudiantiles, microtráfico, hurtos, violencia de género, y amenazas contra docentes. A ello se suman disputas internas que han desdibujado la autoridad universitaria, y una preocupante denuncia por irregularidades en un contrato millonario de seguridad, que revela una gestión negligente y opaca. La falta de respuestas efectivas, la permisividad institucional y la pérdida de legitimidad han convertido a la Universidad en un lugar inseguro para quienes la habitan, mientras la administración parece más enfocada en agendas políticas que en garantizar el bienestar de su comunidad.

 

El aumento alarmante de la inseguridad en la Universidad no puede desligarse del enfoque permisivo de la administración encabezada por Leopoldo Múnera y la Vicerrectora Carolina Jiménez. La falta de firmeza frente a los disturbios estudiantiles, el uso de los espacios universitarios para la fabricación de artefactos explosivos y actos terroristas, el consumo de alcohol y sustancias psicoactivas, así como las denuncias de las agresiones sexuales dentro del campus[1], han deteriorado gravemente la convivencia. Esta permisividad, sumada al ingreso indiscriminado de personas externas, han creado un escenario de vulnerabilidad que amenaza no solo la seguridad de la comunidad universitaria, sino también la misión académica de la institución.

Esta creciente crisis de seguridad ha encendido las alarmas de docentes, estudiantes y padres de familia que hoy deben lidiar con el temor constante de que algo les ocurra a sus hijos dentro del campus universitario, y cómo explicar que, después de superar un proceso de admisión tan exigente, el mayor obstáculo para recibir una educación superior de calidad sea el de la inseguridad, la violencia y el terrorismo que se vive el interior de la universidad y que pone en peligro sus vidas.

La Universidad Nacional no puede seguir siendo un escenario donde la autoridad se diluye, los espacios comunes se degradan y las garantías mínimas de seguridad y convivencia desaparecen. La rectoría debe asumir una postura firme frente a estos hechos, con principios claros, que entienda que la defensa de los derechos humanos empieza por salvaguardar la integridad de quienes hacen parte de la comunidad universitaria.

Nosotros los ciudadanos no nos oponemos a la crítica ni al pensamiento libre. Al contrario, muchos creemos en el carácter democrático, plural y autónomo de la universidad. Pero la “autonomía universitaria” no puede ser excusa para la negligencia. El campus universitario debe ser un espacio de construcción, no de miedo. Lo que pasa el interior de la Universidad Nacional es un problema de todos y no podemos seguir evadiendo responsabilidades y confundiendo el significado de autonomía universitaria.

Se ha venido distorsionando gravemente el concepto de autonomía universitaria al interpretarlo, de manera equivocada, en el que se pretende excluir a los campus universitarios del marco legal vigente. Esta visión errada lleva a desconocer abiertamente la Constitución, las leyes penales y de policía, así como la legitimidad de los órganos de justicia y seguridad del Estado. Bajo esta lógica, se asume que dentro de las universidades no pueden operar la Fiscalía, la Policía ni otros organismos encargados de prevenir, investigar y sancionar los delitos, como si el campus fuera una zona al margen del orden constitucional.

Es un error profundo creer que las universidades, por el solo hecho de su autonomía universitaria, están llamadas a asumir funciones que les son ajenas, como la investigación criminal, la judicialización o la inteligencia, cuando estas competencias corresponden de manera exclusiva a las instituciones del Estado. La autonomía universitaria garantiza el autogobierno académico y administrativo, pero de ninguna manera implica la suspensión de la ley ni el desmonte de la institucionalidad.

Como bien dice el refrán: “zapatero a tus zapatos”. A quienes defienden la “autonomía universitaria” como un espacio fuera de la ley, donde las instituciones legalmente constituidas para asumir las responsabilidades de seguridad y protección de los ciudadanos, habría que preguntarles, ¿cuáles autoridades académicas están en capacidad legal, técnica y operativa de identificar y judicializar a los delincuentes que actúan dentro del campus? ¿Qué universidad cuenta con cuerpos de inteligencia, laboratorios forenses o fiscales capacitados para enfrentar delitos como el microtráfico, la violencia sexual o la extorsión? La respuesta es evidente: ninguna. Porque esas no son sus funciones.

Por tanto, es hora de decirlo con claridad, los delitos que se cometen dentro de una universidad deben ser enfrentados por los organismos que constitucionalmente están llamados a hacerlo, la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación. Su presencia no puede ser entendida como una “intervención” arbitraria ni como una amenaza a la autonomía, sino como el ejercicio legítimo del Estado de Derecho en todos los rincones del territorio nacional, incluidas las universidades públicas.

La defensa de la autonomía universitaria no puede convertirse en excusa para la pasividad e inacción. Se requieren decisiones firmes, investigaciones serias y acciones judiciales que devuelvan la seguridad al campus. La omisión de la rectoría y la vicerrectoría, más que neutralidad, se ha transformado en permisividad frente a los actos violentos. La Universidad no puede seguir convertida en un territorio donde reina la inseguridad. Es tiempo de que la rectoría escuche no solo a los activistas, sino también a los todos los estudiantes y profesores, a los padres, madres y familias que confiaron en la institución y hoy sienten que esa confianza fue traicionada.

Mabel Cristina Quiroz Jiménez


[1] Triana, Santiago. Una denuncia de abuso sexual estremece a la Universidad Nacional de Colombia. EL PAÍS https://elpais.com/america-colombia/2024-12-20/un-caso-de-abuso-sexual-estremece-a-la-universidad-nacional-de-colombia.html?utm_source=chatgpt.com

Daños en TransMilenio y una persona herida es el saldo de los disturbios en la Universidad Nacional

Los disturbios que se presentaron en horas de la tarde del día 11 de septiembre en la Universidad Nacional en Bogotá derivaron no solo en el acostumbrado enfrentamiento entre encapuchados y uniformados de la Policía, sino además en la explosión de un artefacto explosivo en el parqueadero del edificio 205-Sociología del alma mater y en la destrucción de una de las estaciones de TransMilenio cercana al lugar de los hechos.

La persona que resultó herida al manipular el artefacto explosivo fue trasladada de inmediato a la Clínica Palermo en donde fue atendida por el servicio de urgencias. De acuerdo al reporte de las autoridades, perdió varios dedos de una de sus manos.

 

Un grupo de encapuchados salieron de las instalaciones de la Universidad Nacional para destruir las rejas anticolados de la estación de TransMilenio para tumbarlas. 

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La Vicerrectoría de la Universidad Nacional -sede Bogotá- les indicó a los estudiantes que, ante los disturbios que se presentaron, se decidió dar orden de desalojo de la Ciudad Universitaria a partir de las seis de la tarde.

Petro defiende la toma indígena a la Universidad Nacional sin escuchar a estudiantes y docentes que ven interrumpidas sus clases

Los indígenas que fueron ubicados al interior de las instalaciones de la Universidad Nacional para el desarrollo de la Minga Indígena anunciaron que se tomarán el centro académico de manera indefinida según lo reveló el profesor Diego Torres.

“En el auditorio León de Greiff acaban de decir representantes de las comunidades indígenas que se van a tomar las instalaciones de la sede Bogotá de la Universidad Nacional de forma indefinida”, afirmó Torres.

 

La decisión de los indígenas fue rechazada por docentes y estudiantes de la Universidad Nacional que ven afectadas sus jornadas académicas.

Aún así, el presidente de la república, Gustavo Petro, defendió la toma y dijo que esto no interrumpe las actividades académicas.

“Los indígenas no son obstáculo al conocimiento, al contrario, hay que ser nulo de razón, para no saber que la fuente del conocimiento del mundo está en los saberes ancestrales. Pareciera que los que discriminan a los indígenas gritaran como en la universidad de Salamanca: ¡Muera la inteligencia!”, dijo.

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Preocupación por la manera como se contrató la vigilancia privada en las sedes de la Universidad Nacional

Luego de que la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) declarara desierta la licitación para la prestación del servicio de vigilancia y seguridad privada, cada sede contrató de manera independiente y de forma directa la empresa que velará por la tranquilidad en las aulas académicas en los lugares donde se encuentran ubicadas.

De esta manera, las sedes de Palmira, Manizales, La Paz y Amazonía, eligen a la Unión Temporal SVAS, identificada con NIT 901.534.010-4, conformada por Servisión de Colombia y CIA Ltda; Vigilancia Acosta LTDA; Vise LTDA y Security Video Equipment S.A.S., lo que llamó la atención de algunos integrantes de la comunidad educativa que piden la reserva de sus nombres, quienes piden a los organismos de control la revisión de estos casos, porque según ellos se podría estar configurando la captura de la contratación en el alma mater.

 

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Esta contratación se hizo de manera directa, lo que prende las alertas en quienes muestran preocupación por este asunto, por lo que hacen el llamado a la Procuraduría para que revise si en este proceso puede existir algún tipo de irregularidad.

Alcalde Galán asegura que se investiga sí policías dispararon en medio de los disturbios en la Universidad Nacional

El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, entregó un balance de la situación que ocurrió en inmediaciones de la Universidad Nacional el jueves 25 de julio, explicando que el ataque con artefactos explosivos artesanales por parte de un grupo de encapuchados contra la fuerza pública desató una serie de hechos que son materia de investigación.

El burgomaestre afirmó además que se abrió la debida investigación para esclarecer la actuación de la Policía en medio de los disturbios. Versiones aseguran que uno de los uniformados accionó su arma de dotación.

 

“Nosotros desde temprano el día de ayer recibimos información que apuntaba a que iba a haber un intento de bloqueo alrededor de la Nacional y que era muy probable el uso de explosivos, no se trataba de una manifestación”, aseguró el mandatario.

Galán expuso que la patrulla de la Policía fue atacada con artefactos explosivos y que varios uniformados resultaron heridos en los enfrentamientos.

Procuraduría pide la anulación de la elección del rector de la Universidad Nacional

La Procuraduría General de la Nación pidió al Consejo de Estado anular la elección de Leopoldo Múnera como rector de la Universidad Nacional, al considerar que durante el proceso de escogencia se presentaron varias irregularidades.

“El CSU de la Universidad Nacional de Colombia, al pretender retrotraer el procedimiento de elección del rector, para llevar a cabo uno nuevo, luego de haberse efectuado ya válidamente un procedimiento eleccionario, con su correspondiente resultado, infringió las normas en que debía fundarse el acto y con ello, el debido proceso, por lo que la designación de Leopoldo Alberto Munera Ruíz como rector de la Universidad Nacional de Colombia debe ser suspendida, en salvaguarda de los principios de presunción de legalidad de la actuación administrativa con la cual se eligió inicialmente a José Ismael Peña Reyes”, dice el organismo.

 

Para el organismo de control disciplinario, mientras no se resuelva la legalidad de esta elección, deberá prevalecer el derecho a la presunción de legalidad de la elección de José Ismael Peña.

De esta manera le corresponde a la Sección Quinta del Consejo de Estado determinar si es procedente la suspensión provisional del acto de elección de Leopoldo Alberto Múnera Ruíz como Rector de la Universidad Nacional de Colombia, período 2024-2027.

Leopoldo Múnera es el nuevo rector de la Universidad Nacional

El Consejo Superior de la Universidad Nacional eligió al Leopoldo Munera como el nuevo rector del alma mater, en reemplazo de la saliente rectora, Dolly Montoya, cerrando la polémica rectoría de Ismael Peña.

La elección se dio con el ánimo de corregir los errores en las irregularidades de la elección que dio como ganador a Ismael Peña”. La decisión conllevó al retiro de la sesión de tres los miembros del Consejo Superior de la Universidad Nacional.

 

La representante de los estudiantes ante el Consejo Superior Laura Quevedo, celebró la elección por estar acorde a los resultados de la encuesta que se hizo a los estudiantes para conocer su opinión de

Juez revoca orden del Gobierno de nombrar rector ad hoc en la Universidad Nacional

Por orden de un juez fue reversada la orden del Gobierno Nacional para que el Consejo Superior de la Universidad Nacional nombrara un rector ad hoc.

El fallo del juez se da respondiendo a una tutela interpuesta por el actual rector, José Ismael Peña, quien llevó a cabo una posesión en una notaría de Bogotá, hecho que fue bastante cuestionada, incluso por la misma ministra de educación Aurora Vergara, quien se negó a firmarla.

 

El togado determinó luego de estudiar la tutela que el Ministerio de Educación se extralimitó en sus funciones al aplicar sanciones que no eran viables y, agrega, se vulnera el debido proceso.

Tensión en la Universidad Nacional

Una vez más se complica la situación al interior de la Universidad Nacional de Colombia en donde unos 20 encapuchados se tomaron la facultad de sociología y lanzan artefactos explosivos.

Desde la parte exterior de la Universidad sobre la Calle 26 encapuchados bloquean la Avenida NQS afectando el tráfico y la operación del Sistema TransMilenio. La Flota troncal, hacia el sur, realiza contraflujo desde estación Campin hasta Carrera 33 y la flota que se dirige al norte realiza salida al mixto en el mismo tramo.

 

La Universidad Nacional vive una fuerte tensión por la llegada de Ismael Peña, nuevo rector del Alma Mater, quien se posesionó en una notaría, el pasado 2 de mayo, luego de que fuera elegido por el Consejo Superior Universitario, cosa que no gustó en el estudiantado, quien se mostró a favor en una encuesta que no es vinculante, de la candidatura de Leopoldo Múnera

Procuraduría dice que la elección del nuevo rector de la Universidad Nacional fue legal

Ante la polémica desatada por la elección del nuevo rector de la Universidad Nacional, José Ismael Peña Reyes como nuevo rector de la Universidad Nacional, confirmó la legalidad del acto.

Luego de revisar y analizar los reportes y trazabilidad de los informes corroboró que el procedimiento empleado para la designación de Peña Reyes fue ajustado a las normas que rigen el CSU y a la autonomía universitaria, el Ministerio Público, determinó que el procedimiento fue ajustado a las normas que rigen el CSU y a la autonomía universitaria.

 

Recalca el ente de control que, en la sesión extraordinaria del 21 de marzo de 2024, cuando fue elegido el nuevo rector, los 8 miembros del Consejo Universitario, en el que tiene asiento la ministra, estuvieron de acuerdo con el sistema de votación empleado y que llevó a Peña Reyes, con 5 votos a favor y 3 en blanco, a alzarse como director de la Universidad Nacional de Colombia para el periodo 2024-2027.

Protesta sí, pero no así

Se nos está volviendo paisaje el vandalismo desmedido durante las protestas en Bogotá. El más reciente ejemplo tiene que ver con lo ocurrido en la Universidad Nacional, que llegó a su punto máximo con encapuchados que se tomaron uno de los edificios. La situación fue tan dramática que Henry Balcázar, vigilante del lugar, quedó sitiado y recibió amenazas de muerte tras negarse a dejar su puesto de trabajo a merced de los vándalos.

Lo anterior no es algo normal, que deba dejarse pasar ante la mirada permisiva de las autoridades. Incluso, la saliente rectora de la Nacional, Dolly Montoya, aseguró que el gobierno no ha estado con ellos en medio de la situación de seguridad que se afronta, razón por la que se han sentido solos.

 

Lo cierto es que la protesta social se está saliendo de control sin que se establezcan límites. Aquí quiero ser enfático en que respaldo al movimiento estudiantil, respaldo el salir a las calles como forma de manifestarse, pero lo que no respaldo es el abuso a los derechos, que nos llevan a caer en anarquía, violencia y vías de hecho. Protesta sí, pero no así.

¿Hay algún límite? ¿Quiénes son los responsables o “manzanas podridas” detrás del daño a la propiedad pública y privada? ¿cómo responden?

En Colombia, la Constitución Política establece que se deben garantizar los derechos de asociación o reunión pacífica, libertad de expresión y huelga. De igual forma, se reconoce la importancia de la no estigmatización, el derecho a la igualdad y la libertad de expresión de los diversos actores en la protesta social.

Ahora bien, estos derechos mencionados no son ilimitados, o con vía libre para vulnerar los de otros. Hay razones para protestar, pero hay formas, y en Bogotá están dadas las garantías, a diferencia de países como Cuba y Venezuela. De no ser así, en el cuatrienio pasado no se hubieran tenido 5.251 movilizaciones en la capital, un promedio de tres diarias.

Y es que lo de la Nacional ya se ha vuelto costumbre, unos pocos intimidan y generan caos, no solo en la institución, también en sus alrededores. Agreden a la Policía, atacan carros, como ocurrió recientemente con una patrulla que transitaba por la zona cuando un sujeto la atacó con un extintor; dañan bienes públicos como TransMilenio y bloquean el paso de la ciudadanía violando sus derechos. Con un agravante: terminamos pagando todos estos desmanes de nuestros impuestos.

En Colombia no podemos dejarnos llevar por una narrativa que debilite el establecimiento, legitime las vías de hecho que agreden los derechos de otros, y que no responsabiliza a nadie frente a lo que sucede. En Bogotá, apoyamos y respaldamos la protesta social, pero no el vandalismo, que lo único que causa son pérdidas para la ciudad.

Andrés Barrios Bernal

El paso a paso para ser alcalde local

La Secretaría de Gobierno en articulación con la Universidad Nacional, anunció que el total de personas inscritas que aspiran a ser alcalde local de Bogotá es de 2.644, de las cuales, 979 son mujeres y son 1.665 hombres. El próximo martes 27 de febrero se publicarán la lista oficial de aspirantes inscritos, para ocupar el cargo de alcaldes locales y la interposición de reclamaciones se realizará desde el 28 de febrero hasta el 3 de marzo.

La respuesta a las reclamaciones se desarrollará los días 4, 5 y 6 de marzo; la publicación del listado de citación para la prueba inscrita será el 8 de marzo, para luego realizar la prueba de conocimiento, actitudes y habilidades, que se hará el 9 de marzo; la evaluación y toma de resultados está programada para el 11 de marzo. De esta manera este mismo día se publicará la lista de aspirantes clasificados.

 

También habrá espacio para las reclamaciones a la prueba, esta se hará el 12 al 16 de marzo y las respuestas a estas reclamaciones frente a la prueba tendrán lugar los días 17 y 18 de marzo. La publicación de la lista definitiva de aspirantes se dará el 19 de marzo, la radicación de la propuesta con la visión estratégica local el 20 de marzo, la audiencia pública está programada para el 21 de marzo. Finalmente, el proceso deliberatorio e integración de la terna del 19 al 22 de marzo y la presentación de la terna al alcalde Mayor de Bogotá tendrá lugar el 25 de marzo.