La caficultura colombiana atraviesa una transformación histórica y en el epicentro de este proceso se encuentra la Región Central del país. Huila, Tolima, Boyacá y Cundinamarca se posicionan como protagonistas de una revolución agrícola que no solo aumenta los niveles de producción, sino que también redefine los estándares de calidad, sostenibilidad e inclusión en el sector. Según la Federación Nacional de Cafeteros, en 2024 Colombia alcanzó una producción récord de 14,8 millones de sacos, la cifra más alta en casi tres décadas.
Huila lidera este resurgimiento cafetero, con un 19 % del total nacional y más de 86.000 familias dedicadas al cultivo. Gracias a su combinación de tradición e innovación, este departamento ha ganado reconocimiento internacional, especialmente en municipios como Pitalito, donde más del 90 % de los cultivos están enfocados en cafés especiales, orgánicos o con certificaciones de origen. Este modelo ha convertido al Huila no solo en el mayor productor, sino en un referente global en calidad.
El Tolima, por su parte, representa el 12,9 % de la producción nacional, destacándose por la calidad sensorial de sus granos, cultivados en tierras volcánicas con condiciones climáticas ideales. Notas frutales, florales y achocolatadas caracterizan los cafés de esta región, que también ha fortalecido su modelo productivo mediante exportaciones directas y procesos comunitarios. Estos avances consolidan al Tolima como una potencia en café de especialidad y como motor económico rural.
Mientras tanto, Boyacá y Cundinamarca emergen como laboratorios de innovación cafetera. En municipios como Moniquirá, San Pablo de Borbur y Tibacuy, pequeños productores apuestan por microlotes con variedades exóticas, fermentaciones diferenciadas y prácticas sostenibles. Meta y Bogotá D.C., aunque aún en etapa exploratoria, están incursionando en caficultura regenerativa y proyectos de conservación.
El impacto económico de esta nueva caficultura es significativo. La cosecha de 2024 generó más de 16 billones de pesos, y para 2025 se proyecta superar los 15 millones de sacos. Pero más allá de los números, esta transformación incluye un enfoque más equitativo: solo en Huila, más de 27.000 mujeres lideran unidades productivas y cooperativas. Así, la Región Central no solo está cambiando el mapa cafetero colombiano, sino que está sembrando el futuro de una caficultura más inclusiva, sostenible y reconocida en el mundo.
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