Vivimos una Semana de la Bicicleta que transformó a Bogotá en un verdadero escenario mundial para este medio de transporte. Desde el inicio, recordamos que la red de ciclorrutas enfrenta graves problemas de seguridad y de respeto de las normas de tránsito. Por eso, dimos a conocer nuestro Proyecto de Acuerdo sobre agentes de tránsito dedicados a las ciclorrutas, y la ciudadanía entendió que llegó el momento de priorizar la seguridad de peatones y ciclistas.
Lo que comenzó hace más de veinte años con apenas 10 kilómetros de ciclorrutas, se consolidó en más de 660 y proyecta llegar a 754 en 2035, según la Secretaría de Movilidad. Cerca de 900.000 viajes diarios demuestran que la bicicleta dejó de ser una alternativa marginal y se convirtió en un motor de movilidad.
A mitad de semana acompañamos una gran rodada organizada por colectivos, ciudadanos y ciudadanas que se movilizaron preocupados por la seguridad vial y por la defensa de las ciclorrutas y la ciclovía.
El evento nació como un compromiso de la Mesa Técnica por la Defensa de las Ciclorrutas, que se efectuó el 3 de septiembre en la Cinemateca. Allí, numerosas voces coincidieron en que la Ley 2486 de 2025 sobre “motos” eléctricas pone en peligro la seguridad vial y es necesario trazar una hoja ruta para su defensa y la protección de las ciclorrutas y la ciclovía.
La rodada cumplió con su objetivo: crear comunidad, levantar conciencia y demostrar que el respeto por la bicicleta y la ciclo-infraestructura nunca fue un asunto de discusiones políticas, sino de vida.
El viernes seguimos con nuestra visita a la nueva ciclorruta de la Carrera 50 con Calle 3ra. Ese punto se convirtió en símbolo de tensión entre carros, peatones y ciclistas, pero demostramos que este proyecto no es un capricho sino una garantía a la seguridad vial: ocho de cada diez lesionados en este sector eran peatones, ciclistas y motociclistas.
La obra conectará con la Estación de la Primera de Mayo del Metro de Bogotá que tendrá 500 cicloparqueaderos, y sumará más seguridad a la movilidad sostenible. Allí ratificamos que el amor por la vida y las ciclorrutas pesó más que la incomodidad momentánea de algunos conductores.
El domingo cerraremos con la primera edición de la Crono del Codito, en Usaquén. El ascenso será una fiesta comunitaria: deporte, turismo y cultura de la bicicleta se unen para fortalecer la ruta, mejorar la percepción de seguridad y consolidar la convivencia en el sector.
Vecinos, líderes sociales e instituciones compartirán un mismo propósito: demostrar que los Cerros Orientales se disfrutan mejor en dos ruedas y que el territorio se defiende pedaleando. La Crono del Codito deja claro que la bicicleta no sólo cuida la salud y el ambiente, sino que también teje comunidad y construye confianza.
La Semana de la Bicicleta no quedó en un festejo pasajero. Pedaleamos con fuerza para demostrar que Bogotá avanza en consolidarse como una verdadera capital mundial de la bicicleta. Los ciudadanos buscan felicidad y, cuando rodamos en bicicleta en Bogotá, nos enamoramos. La bicicleta no es moda, es futuro y vida.
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