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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Bogotá

Alcaldía de Bogotá recupera la ronda del río Fucha

Luego de más de diez años de abandono, inseguridad y afectaciones ambientales, la Alcaldía Mayor de Bogotá logró la recuperación integral del sendero peatonal de la ronda del río Fucha, en el barrio Andalucía de la localidad de Kennedy. El lugar, que durante años fue utilizado como centro de acopio y reciclaje informal, además de albergar cambuches improvisados y actividades delictivas, ha sido completamente transformado en un entorno seguro, limpio y verde para la comunidad.

La intervención fue liderada por el alcalde mayor, Carlos Fernando Galán, en un esfuerzo articulado entre la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia, el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público (DADEP) y otras entidades distritales. Más de 100 personas participaron en las labores de recuperación, que contaron también con el apoyo activo de la comunidad.

 

Durante la jornada se logró:

  • El desmonte total del centro de acopio y reciclaje informal.
  • El retiro de 110 toneladas de residuos sólidos.
  • La recuperación de 4.500 metros cuadrados de espacio público.
  • La poda y limpieza de 9.000 metros cuadrados de zonas verdes.
  • El desmonte de cambuches y el decomiso de 205 estibas.
  • La recuperación completa del sendero peatonal.

Amparo Portillo, lideresa del barrio, celebró el impacto positivo de la transformación:
“Parecía imposible. Aún no puedo creer que nos hayan entregado este sendero de nuestro barrio. Se respira aire puro por fin, el cambio es impresionante. Muchas gracias al alcalde y a todas las personas que aportaron para la transformación de nuestro barrio.”

Además del componente de seguridad y limpieza, la intervención incluyó un enfoque ambiental: se sembraron 2.610 plantas ornamentales como lirios, margaritas y azaleas en cuatro jardineras construidas en el lugar. La inversión para este componente superó los $11 millones, incluyendo plantas y tierra. Asimismo, se instalaron 610 postes pequeños, donados por la constructora Galias, con el fin de proteger las jardineras y prevenir futuras ocupaciones ilegales.

Carlos Fernando Galán, alcalde mayor de Bogotá, aseguró que esta es solo una de muchas acciones proyectadas:
“Este es uno de los primeros pasos. Seguiremos presentes en el barrio, escuchando sus peticiones y trabajando en conjunto para que continuemos transformando el entorno.”

Por su parte, el secretario de Seguridad, César Restrepo, enfatizó el impacto de estos procesos en la seguridad local:
“Cuando un entorno está desordenado y ocupado por actividades que afectan el ambiente y a las personas, el crimen se arraiga. Por eso estamos comprometidos con seguir recuperando espacios junto a la comunidad, para que se conviertan en referentes de convivencia y sostenibilidad.”

Esta recuperación hace parte de la estrategia distrital de seguridad y recuperación del espacio público, cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida, promover entornos sostenibles y garantizar espacios libres de ocupaciones indebidas en toda Bogotá.

Capturan en Bogotá a Alias Bayron, alto Cabecilla Financiero del ELN con 16 Años de trayectoria criminal

En una operación conjunta entre el Gaula Militar Cundinamarca y el CTI de la Fiscalía General de la Nación, fue capturado en las últimas horas alias Bayron, presunto segundo cabecilla de finanzas de la compañía Jaime Toño Obando del ELN, estructura Comuneros del Sur. La detención se realizó en la localidad de Barrios Unidos, en el occidente de Bogotá, como resultado de un trabajo de inteligencia militar y seguimiento investigativo que se extendió durante varios meses.

Alias Bayron tenía una trayectoria criminal de más de 16 años dentro del grupo armado organizado ELN y era considerado una pieza clave en el sostenimiento económico de la estructura subversiva. Según las autoridades, habría llegado a la capital del país con el objetivo de evadir el cerco judicial que enfrentaba en el departamento de Nariño, donde era requerido por múltiples delitos.

 

El capturado deberá responder ante la justicia por los delitos de terrorismo, concierto para delinquir agravado, fabricación, tráfico y porte ilegal de armas de fuego, así como homicidio. La Fiscalía y el Ejército Nacional destacaron que su detención representa un golpe significativo para las finanzas de la estructura Comuneros del Sur del ELN, debilitando su capacidad operativa y logística.

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Bogotá perdió la nota

El pasado 6 de agosto de 2025, Bogotá esperaba una noche de fiesta. El grupo argentino de cumbia Damas Gratis debía presentarse en el Movistar Arena y reunir a miles de asistentes. Lo que debía ser un encuentro para celebrar la música se transformó en un episodio doloroso cuando disturbios entre hinchadas de barras bravas de fútbol colombiano provocaron la cancelación del concierto y, lo más grave, la muerte de un joven.

La escena muestra con crudeza un problema que el país se niega a enfrentar de raíz. La violencia urbana sigue siendo una amenaza constante. En este caso la intolerancia y el fanatismo desmedido vinculados al fenómeno de las barras bravas traspasaron los límites del deporte y se filtraron en un evento cultural. Lo ocurrido no es una anomalía, sino un síntoma de un tejido social fracturado en el que la vida pierde valor y el conflicto se resuelve con agresión.

 

Durante años las barras bravas han pasado de la pasión al odio mientras las instituciones, salvo intervenciones puntuales, han carecido de políticas sostenidas para prevenir la violencia y promover una verdadera cultura de paz. Las campañas de convivencia, cuando existen, resultan superficiales, aisladas y reactivas. Falta un trabajo pedagógico profundo que fomente el respeto por la vida, la empatía y el manejo pacífico de las diferencias.

Las autoridades no pueden limitarse a lamentar lo ocurrido o a judicializar a los responsables después de los hechos. Este episodio obliga a repensar la seguridad en eventos masivos con un enfoque integral que incluya protocolos claros, coordinación efectiva entre organizadores, policía, entes culturales y deportivos, controles rigurosos de ingreso y estrategias preventivas capaces de identificar riesgos antes de que sea tarde. Prevenir no significa únicamente aumentar la presencia policial, también implica comprender y desactivar las causas del conflicto. En este punto resulta inevitable reconocer la debilidad operativa y la limitada capacidad de los programas de gestores de convivencia, que no cuentan con el personal suficiente ni con la formación y los recursos necesarios para anticipar y neutralizar escenarios de riesgo en eventos de gran afluencia.

La construcción de una ciudad segura requiere una apuesta social decidida. Es necesario crear escuelas de cultura de paz en barrios y localidades para que jóvenes, líderes comunitarios y familias aprendan a transformar conflictos de forma pacífica, manejar sus emociones y fortalecer el respeto por la vida. Las barras bravas deberían transformarse en colectivos culturales y deportivos que reciban incentivos por adoptar prácticas no violentas, participar en proyectos comunitarios y comprometerse con la mediación interna.

Los eventos culturales y deportivos tendrían que convertirse en espacios de integración y diálogo, diseñados para reunir públicos diversos y prevenir rivalidades. Esto debe complementarse con redes comunitarias de prevención de violencia que articulen líderes barriales, instituciones educativas, comerciantes y autoridades con el fin de activar alertas tempranas y dar respuestas rápidas a las tensiones. En colegios y universidades, la cultura ciudadana, la empatía y la gestión pacífica de conflictos deberían enseñarse de forma práctica y permanente, con nuevas pedagogías e innovación didáctica. Además, cada localidad debería contar con mediadores comunitarios capacitados para acompañar eventos masivos y evitar que las confrontaciones escalen.

En medio de este panorama resulta inevitable cuestionar la coherencia de campañas como Bogotá Mi Casa, que invitan a ver la ciudad como un hogar pero no logran garantizar que sus espacios públicos sean seguros ni que la vida esté protegida. Una casa no es tal si en ella se puede morir por ir a un concierto. La credibilidad de cualquier mensaje institucional depende de acciones reales que transformen la convivencia, reduzcan la violencia y devuelvan la confianza ciudadana.

El dolor que deja esta muerte no debe desvanecerse con el paso de los días ni diluirse en la rutina de nuevas noticias. Cada vez que una vida se apaga por la violencia, la ciudad pierde algo de su humanidad y se aleja un poco más de ser el hogar seguro que todos merecemos. No podemos acostumbrarnos a que la música se interrumpa por la muerte, a que la pasión se transforme en odio o a que las armas y los disparos al aire se conviertan en un lenguaje aceptado.

Este no es solo un hecho trágico, es un espejo que nos muestra en lo que podemos convertirnos si no actuamos. Está en nuestras manos —y en las de las autoridades— demostrar que Bogotá y cualquier ciudad colombiana pueden dejar de ser territorios donde todo vale para convertirse en lugares donde la vida sea sagrada, el respeto sea norma y la paz sea un compromiso vivo de todos los días.

Luis Emil Sanabria D.

Bogotá: densificar para sobrevivir

Por: Álvaro Rincón

Caminar por Bogotá es recorrer una ciudad que, en su afán de crecer, ha olvidado la importancia de hacerlo bien. Entre 2000 y 2024, la densidad poblacional aumentó un 21%, pasando de 158,9 a 192,3 habitantes por hectárea, según el DANE. A pesar de ello, seguimos atrapados en un modelo de urbanización obsoleto que nos obliga a desplazarnos cada vez más lejos para vivir, trabajar o estudiar. La falta de un plan de densificación inteligente ha convertido la movilidad en un desafío diario y ha deteriorado nuestra calidad de vida.

 

Recuerdo cuando Bogotá era una ciudad con desplazamientos de media hora entre los principales puntos urbanos. Hoy, recorrer esas mismas distancias puede tardar el doble o más. No es solo el crecimiento poblacional, sino la falta de infraestructura adecuada lo que ha llevado a este colapso. Es urgente repensar el modelo urbano y apostar por la densificación. No se trata de construir más sin control, sino de hacerlo con planificación, garantizando la creación del espacio público y el acceso a servicios esenciales.

Un ejemplo claro de las consecuencias del crecimiento desordenado es la movilidad. Mientras otras ciudades han desarrollado sistemas de transporte masivo eficientes, Bogotá sigue dependiendo de un sistema de buses colapsado; de nuestro único sistema de transporte masivo Transmilenio, que transporta diariamente 2.500.000 millones de personas o sea tres veces más, en la misma infraestructura original, que fue diseñada para 800.000 pasajeros; y una única línea de metro en construcción, que fue contratada 40 años tarde.

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En el año 1981, durante el gobierno del presidente Julio Cesar Turbay, un grupo de inversionistas japoneses, con el aval de su gobierno, propuso un modelo de construir, operar y transferir la propiedad a los 20 años, cuatro líneas de metro para nuestra ciudad. La propuesta fue rechazada, y hoy pagamos las consecuencias de esa decisión. La movilidad es el reflejo más evidente del problema estructural y político de la ciudad.

El modelo de densificación que propongo no se basa en simplemente construir más edificios en altura. La clave está en incentivar la edificación que premie con bonificaciones en altura, la liberación de metros cuadrados de construcción en primer piso para que el resto del lote sea dedicado al espacio público. A modo de ejemplo, en lugar de un edificio de 8 pisos de altura, con 5.000 metros cuadrados de construcción totales permitidos por la norma; se debería incentivar construir una torre de los mismos 5.000 metros cuadrados más 2.000 de bonificación, en 16 pisos, en la medida en que solo se ocupe en primer piso el 50% del lote; y se construya en el resto del terreno una zona verde colindante al andén para crear un parque o una plaza que engrandezca el espacio público.

En ciudades como San Francisco o Los Ángeles, uno puede caminar por el centro de la ciudad y encontrarse con plazas abiertas y esculturas de tamaño monumental que decoran espacios de uso público. Eso no ocurre por casualidad; los desarrolladores inmobiliarios reciben incentivos de altura a cambio de ceder gran parte de sus lotes para la creación de zonas abiertas para la ciudad.

Ciudades como Nueva York, Chicago y Tokio han implementado modelos semejantes con éxito, generando entornos y zonas de disfrute para el peatón mejorando ostensiblemente su calidad de vida. Pero aquí en Bogotá seguimos viendo edificios de 8 a 10 pisos con la misma morfología, sin dinamismo ni gracia arquitectónica resultantes del uso de las normas vigentes que poco dejan a la imaginación. Todo se resume en que nuestras construcciones son el resultado de la aplicación de una fórmula matemática exactamente igual en cada sector de la ciudad.

Pero la densificación propuesta no es solo un tema para tratar de resolver la movilidad y el espacio público. También esta impacta la seguridad y los servicios básicos. En una ciudad dispersa, el control policial es más difícil y costoso. En cambio, una ciudad con mayor densidad puede ser más fácil de vigilar con cámaras, mejor iluminación en el espacio público y mayor presencia policial.

Sin embargo, esta transformación debe ir de la mano con la modernización de la infraestructura. Barrios como Cedritos ya han evidenciado problemas con el alcantarillado y el suministro de agua debido a la proliferación de edificios en lotes en los que originalmente había una sola casa. ¿Cómo es posible que en plena ciudad existan tuberías sanitarias en barro cocido o arcilla de hace casi 70 años? Estas se rompen fácilmente, generando filtraciones, contaminación, daños estructurales en vías y edificios y siguen sin ser reemplazadas.

Si Bogotá sigue creciendo sin un plan claro de densificación, nos encaminamos a un colapso urbano mayor. No podemos seguir estirando la ciudad hacia los extremos sin fortalecer su centro. Densificar no es una opción, es una necesidad. El reto está en hacerlo bien. Para ello, necesitamos una visión de ciudades dentro de la gran ciudad, en la que autoridades, urbanistas y ciudadanos trabajemos juntos para construir una Bogotá más compacta, eficiente y habitable. De lo contrario, seguiremos atrapados en un círculo vicioso de congestión, deterioro urbano y falta de oportunidades para todos.

En Bogotá se premió lo mejor de la gastronomía

La capital colombiana vivió una noche histórica para su escena gastronómica con la realización de la primera Gala Visa Fine Dining Table en Latinoamérica, un evento sin precedentes que reunió a más de 400 invitados en el emblemático Gimnasio Moderno. Chefs, sommeliers, productores, periodistas, foodies y figuras clave del sector se congregaron para celebrar lo mejor de la cocina colombiana, destacando el talento, la innovación y el compromiso con la sostenibilidad que impulsan la evolución del país como destino gastronómico global.

Durante la velada se entregaron los Premios Fine Dining Table Colombia 2025, reconociendo a los mejores exponentes en categorías como Mejor Diseño de Restaurante (Adriano en Casa República), Mejor Cocktail Bar (Mamba Negra), Mejor Servicio (Restaurante Río) y Mejor Chef Fine Dining Table, galardón compartido por Leonor Espinosa y Álvaro Clavijo. También se otorgaron menciones especiales a restaurantes como Astoria Roof Top y Grupo Seratta, mientras que la máxima distinción, los Sartenes de Fuego, fueron otorgados a más de 40 restaurantes en tres niveles, con El Chato, Celele, Leo Bogotá y Harry Sasson entre los destacados con tres fuegos.

 

La noche también marcó el lanzamiento oficial de la membresía Fine Dining Table, una suscripción exclusiva que ofrecerá a los amantes de la alta cocina acceso prioritario a experiencias culinarias únicas. Con el respaldo de VISA y marcas como Moët & Chandon, Heineken y Postobón, la gala reafirmó el papel de la gastronomía como motor económico, social y cultural. Como cierre, se anunció que la próxima edición de Fine Dining Table se celebrará en Panamá, ampliando así el alcance de esta plataforma que busca “reconocer, visibilizar e inspirar”, en palabras de su cofundador Alexander De Mondey.

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Concejales de Bogotá aseguran que la Alcaldía de Galán no escucha sus advertencias

Durante la sesión del Concejo de Bogotá del 5 de agosto, algunos cabildantes manifestaron su preocupación por que, según ellos, la administración de Carlos Fernando Galán no está atendiendo las denuncias y advertencias que se hacen desde la corporación.

Según los concejales, esta situación los obliga a llevar las denuncias ante los órganos de control y la Fiscalía General de la Nación, con el fin de que se adelanten investigaciones y la administración preste atención.

 

La primera en dar una alerta en este sentido fue la concejal del Partido Liberal, María Victoria Vargas, quien expresó sus dudas sobre el manejo que se le ha dado a la intervención de la Subred Centro Oriente. Según ella, ni la administración ni la Superintendencia de Salud han dado respuesta a sus preguntas.

Por su parte, la concejal Diana Diago llamó la atención sobre la construcción de un parque por parte de la Alcaldía de Ciudad Bolívar, con base en unos estudios del año 2016. «Este proyecto le cuesta a la localidad más de 2.000 millones de pesos, pero no se puede ejecutar porque el lote presenta remoción en masa», dijo.

La cabildante señaló que el contrato ya tiene cuatro suspensiones y ni los órganos de control ni el alcalde Carlos Fernando Galán han dicho algo al respecto.

Así mismo, el concejal Ángelo Schiavenato, en diálogo con Confidencial Noticias, expresó su molestia porque la Alcaldía no presta atención a las advertencias y denuncias que hacen desde el recinto, por lo que deben radicar las quejas ante los organismos de control y la misma Fiscalía General de la Nación.

“¿Qué le duela al funcionario?, que le abran una investigación. Entonces, o trabajan y nos escuchan, o acudimos al órgano competente para que investigue y sancione”, afirmó el concejal.

Schiavenato señaló que los funcionarios van al recinto, hablan a través de los micrófonos, pero no escuchan, y más bien se pasan al Concejo “por la faja”.

Por último, la concejal Sandra Forero manifestó su molestia porque en distintas ocasiones ha evidenciado problemas relacionados con la seguridad, sin que hasta el día de hoy se haya dado solución. Comenta que ha notado descoordinación entre las entidades, lo que se refleja en que los problemas en Bogotá continúan como si nada.

También la concejal Heydi Sánchez llamó la atención sobre el crecimiento de la extorsión en Bogotá, que ha aumentado en un 70 %, y señaló que no se observa que la administración escuche estas denuncias.

Confidencial Noticias intentó contactar al secretario de Gobierno, Gustavo Quintero, pero al cierre de esta nota no obtuvo respuesta

Así será el nuevo Estadio El Campín

El alcalde Mayor, Carlos Fernando Galán y el director del Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), Daniel García, confirmaron que la capital contará con un moderno estadio para sus equipos (Santa Fe y Millonarios) más de 50.000 asistentes un año antes de lo previsto.

“Hoy en el cumpleaños de Bogotá tenemos muchas noticias, el mayor anuncio es que la ciudad tendrá un nuevo estadio que iniciará construcción el primero de marzo del año entrante y el actual estadio seguirá operando durante las obras, la meta que tenemos es que el nuevo estadio esté listo en diciembre de 2027”, confirmó el alcalde Carlos Fernando Galán.

 

De esta obra estará a cargo la firma Sencia y de acuerdo a las proyecciones de la Alcaldía de Bogotá, su entrega será en el año 2027.

“Bogotá se está transformando como nunca antes en su historia, estamos materializando los sueños que la ciudad ha tenido durante décadas como el Metro, el Campus de Ciencia, Tecnología e Innovación y el mejor estadio para los bogotanos y las bogotanas”, agregó el mandatario.

El proyecto, liderado por el concesionario Sencia y con el acompañamiento activo de la Alcaldía Mayor de Bogotá y el IDRD, garantiza la construcción de un estadio de clase mundial sin que se afecte la operación actual del fútbol profesional, conciertos y actividad cultural que lo rodea.

El nuevo escenario tendrá capacidad para 50.000 espectadores, contará con grama híbrida de última generación, visibilidad total desde todas las tribunas, techo retráctil y un diseño arquitectónico que acercará al hincha al espectáculo. Será el estadio más moderno del país, concebido para potenciar tanto el rendimiento deportivo como la experiencia de quienes lo disfrutan cada fin de semana.

Uno de los cambios más relevantes es que el actual estadio no será demolido por etapas, como se había planteado inicialmente. Su operación continuará al 100 % hasta que el nuevo espacio entre en funcionamiento. Esto significa que los equipos de fútbol, promotores y aficionados podrán seguir disfrutando del estadio sin afectaciones de aforo, ni ingresos durante la obra.

La renovación de este polígono hace parte de un plan integral que contempla la creación de un distrito de economía creativa de 167.000 m² que incluirá un hotel, zonas comerciales, espacios gastronómicos, áreas deportivas y de recreación, y un Auditorio Filarmónico para 2.000 personas, generando empleo, atracción turística y bienestar ciudadano.

Policía incauta en Bogotá gran cargamento de marihuana

La Policía Nacional, a través de uniformados de la Metropolitana de Bogotá logró la incautación de un cargamento de marihuana que era transportado de manera oculta en un tractocamión tipo cisterna.

Este resultado fue posible gracias a labores investigativas que permitieron identificar el ingreso de una considerable cantidad de estupefacientes a la capital.

 

Según las indagaciones, los responsables pretendían ocultar el vehículo en un parqueadero del barrio Nueva Castilla, en la localidad de Kennedy, para posteriormente distribuir la sustancia a diferentes estructuras criminales que operan en Bogotá.

Con base en esta información, se desplegó un operativo que permitió ubicar el automotor y efectuar la incautación. Durante el procedimiento, fueron halladas aproximadamente 365 pacas de marihuana, con un peso estimado de 2 toneladas.

Bogotá necesita cuidarse por dentro

Bogotá está llena de movimiento, pero cada vez más vacía por dentro. Mientras millones corren para llegar a tiempo, pocos se detienen a preguntarse cómo están en realidad. La salud mental dejó de ser un tema marginal: hoy es una urgencia. Las cifras crecen, los silencios también. Y aunque el dolor no siempre se ve, se siente. Tal vez ha llegado el momento de entender que moverse —caminar, correr, hablar— también puede ser una forma de empezar a sanar.

Bogotá está librando una batalla silenciosa: la de la salud mental. Entre enero y abril de 2025, la Línea 106 registró más de 40.000 intervenciones en orientación psicológica —un aumento del 41 % respecto a 2024—, lo que demuestra una mayor disposición de los ciudadanos a levantar la mano y pedir ayuda  . Sin embargo, más de 905.000 bogotanos creen que su salud mental es mala o regular, y el 10,9 % ha sido diagnosticado con depresión  .

 

Estas cifras no son frías estadísticas: representan rostros, silencios, noches de insomnio, y un cuerpo que duele más por dentro que por fuera. Así como arrojan luz, obligan a pensar en qué estamos haciendo para sostenernos.

💬 Cuatro reflexiones urgentes

  1. El estigma aún pesa: aunque la nueva Ley 2460 de 2025 crea redes integrales de atención y elimina barreras de acceso  , la creencia de que “la salud mental depende del individuo” persiste en más del 57 % de los colombianos  . Urge arreglar esa falla cultural.
  2. La comunidad cura: el 83,4 % de los colombianos cree que la comunidad debe estar activa en apoyar a quienes atraviesan crisis  . Esa red puede ser un amigo, un vecino, un grupo de deporte, una charla de café.
  3. La ciudad respira cuando nos movemos: cada domingo la Ciclovía moviliza a cerca de 1,5 millones de personas, promoviendo salud mental y sentido de pertenencia  . Así, Bogotá se convierte en un espacio de cobijo, no solo de pasos.
  4. El ejercicio, medicina sin receta: clubes de runners, caminatas al aire libre o grupos de patinaje no solo fortalecen el cuerpo, sino que reconstruyen el ánimo. Cada gota de sudor es un cable que te conecta con alguien que también busca un respiro.

¿Nos movemos por la salud mental?

Si sientes que el piso tiembla… no estás solo. Te propongo tres pasos concretos:

  • Empieza a moverte, sin importar la intensidad. Camina cuatro veces por semana, súmate a una clase de baile, pedalea o trota. Lo importante es comenzar.
  • Cuéntalo. Habla con un amigo: explícales que no se trata de que “te cures”, sino de no quedarte solo. Haz del compartir un ejercicio contra el aislamiento.
  • Únete a nosotros. Hay un grupo de amigos que recorre Bogotá corriendo: elegimos distintos escenarios —Ciclovía, Parque Simón Bolívar, El Salitre—, cada semana. No importa tu nivel, lo que cuenta es estar presente, respirar en grupo y mirarse a los ojos al final.

Abrazamos la distancia, el cansancio, la duda, y nos fortalecemos en comunidad. Porque en la meta no solo levantamos brazos, también levantamos el alma.

Bogotá está herida, pero no rota. Tenemos estructuras, expertos y rutas. Lo que falta es atreverse a ser parte de la solución: moverse, hablar, acompañar. El silenciar el dolor nos enferma; compartirlo nos recupera. Y hacerlo en comunidad, esa es la diferencia. Así, sin grandes discursos, nos curamos a pulso —kilómetro a kilómetro— y recuperamos nuestra ciudad por dentro.

Cesar Orlando Amaya Moreno

Una metáfora clasista y sexista que revela cómo se gobierna Bogotá

En el Concejo de Bogotá, fuimos testigos de una declaración lamentable que no puede pasar desapercibida. Diego Molano, presidente de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB), comparó a esta entidad con una “madre soltera”, en una analogía cargada de juicios morales, estigmas de clase y una visión profundamente sexista sobre las mujeres cabeza de hogar.

“Cada cuatro años se consigue un nuevo padrastro”, dijo, aludiendo a los cambios administrativos en la empresa. Más allá del supuesto ingenio de la metáfora, sus palabras revelan un pensamiento estructural preocupante: para Molano, las madres solteras simbolizan inestabilidad y desorden. Las culpas implícitamente por no tener una pareja “estable” y presenta a los padrastros —hombres que muchas veces asumen con dignidad el cuidado de hijos ajenos— como figuras improvisadas e intrusas.

 

Estas expresiones no son simples deslices lingüísticos, sino evidencia del desprecio con el que ciertos sectores del poder miran a las mujeres populares.

 Se les responsabiliza históricamente, se las estigmatiza por salir adelante solas y se las usa como analogía de caos institucional. ¿Qué revela esto sobre las políticas públicas que se diseñan para ellas? ¿Cómo se distribuyen los recursos si quienes los gestionan las miran con desconfianza y prejuicio?

Las mujeres con jefatura de hogar, que conforman una parte esencial de la base social de Bogotá, no deben ser representadas como sinónimo de desorden. Sostienen vidas enteras en medio de adversidades que ningún presidente de empresa pública conoce en carne propia. Trabajan, cuidan, crían y construyen comunidad sin esperar aplausos, mucho menos humillaciones públicas.

Las reacciones no se hicieron esperar. Varias concejalas exigieron una disculpa pública y denunciaron el irrespeto institucional, en un contexto de crisis profunda en la ETB, crisis para la cual no hay metáforas ni soluciones claras.

Molano se disculpó minutos después, al igual que la Alcaldía Mayor. Pero una disculpa no borra el prejuicio: lo expone, lo confirma y nos obliga a cuestionar qué tipo de visión de ciudad tienen quienes hoy toman decisiones en Bogotá.

No es casual que se haya usado una figura femenina para hablar de deterioro, ni gratuito recurrir a la idea de “madre soltera” como sinónimo de caos. Es reflejo de un pensamiento arraigado que desvaloriza a las mujeres que no encajan en un modelo tradicional, que castiga la autonomía, criminaliza la pobreza y moraliza lo que debería ser atendido con políticas de apoyo y cuidado.

La ETB, empresa pública de capital mixto controlada por la administración distrital, no necesita metáforas denigrantes, sino una gerencia transparente, técnica y comprometida con el bienestar colectivo. Y Bogotá necesita funcionarios y funcionarias que respeten la dignidad de las mujeres, en lugar de usarlas como recurso retórico para ilustrar fracaso.

El lenguaje importa. Las ideas que lo sustentan, también. Y las políticas que de ellas se derivan, aún más. Por eso no basta con una disculpa: es hora de exigir respeto, rendición de cuentas y una transformación real en la forma de hablar y gobernar para las mujeres.

Marcela Clavijo

Capturan en Bogotá a un sujeto por abusar de una menor de edad en España

El Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General de la Nación capturó en la localidad de Suba al presunto responsable de abusar sexualmente de una niña de 13 años en España.

Farid Rojas Rojas huyó de España en donde tiene abierta una investigación judicial al habérsele encontrado en su celular material fotográfico y videos de las agresiones y vejámenes a los que
sometía a la menor de edad.

 

Esta situación también fue denunciada por la madre y la hermana de la víctima, que lo señalaron de asediarla constantemente.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Soria (España) emitió orden de captura en establecimiento carcelario contra el agresor y solicitó su extradición para atender el requerimiento judicial.

El Sistema de Bicicletas Compartidas: la ruta que Bogotá trazó y no podemos dejar que se destruya

En septiembre de 2022, Bogotá alcanzó un hito: por primera vez operó un sistema formal, accesible y compartido de bicicletas. Las bicis naranjas, rosadas y azules del Sistema de Bicicletas Compartidas se integraron al paisaje urbano, materializando la Política Pública de la Bicicleta que inició su construcción en 2018 con el Acuerdo 708, que estableció los lineamientos para garantizar el derecho que tenemos los bogotanos de elegir la bicicleta como medio de transporte.

Estos lineamientos definieron la accesibilidad como principio rector: asegurar a todas y todos el uso y el disfrute de la bicicleta y de su infraestructura. No fue una declaración simbólica. Significó la necesidad de ofrecer a los ciudadanos un sistema alternativo de transporte, que permita la integración con otros modos de transporte, reducir emisiones contaminantes y fomentar la salud pública.

 

Y es que Bogotá lleva casi 10 años luchando por tener un sistema de bicicletas públicas. Entre 2015 y 2017 se tuvo una concesión que resultó fallida por graves incumplimientos del contratista, y en 2016 y 2018 se presentaron dos propuestas de Asociación Pública Privada (APP) que fracasaron por falta de información y desistimiento del originador, respectivamente.

Por eso, es que el Sistema de Bicicletas Compartidas es un hito y un servicio que no podemos dejar acabar. Este sistema arrancó fuerte en 2022. En sus primeros ocho meses completó casi 700.000 viajes, superando a Sao Paulo, Buenos Aires y Santiago en el mismo periodo. En su primer año registró más de 1,2 millones de trayectos, operó con 300 estaciones en seis localidades y una flota de 3.300 bicicletas, y obtuvo una calificación ciudadana de 4,1 sobre 5, según Piedrahita y Bocarejo (2024).

Sin embargo, el panorama cambió. El vandalismo creció, las tarifas subieron —el paquete mensual pasó de $31.990 a $34.650, aumentando 8,3 %—, el estado de las bicicletas se deterioró y varias estaciones se desmontaron. Los problemas de devolución por estaciones llenas o vandalizadas se hicieron recurrentes. No es solo un problema de operación: está en riesgo un servicio esencial.

El Contrato 2022-63, firmado el 11 de enero de 2022 entre la Secretaría de Movilidad y M1 Transportes Sustentaveis Ltda. (Tembici), fijó plazo hasta diciembre de 2029 y un modelo de retribución al Distrito en especie por el aprovechamiento económico del espacio público, con racks para parqueo. Hasta agosto de 2024, el operador entregó 1.929 ciclo parqueaderos en menos de 36 meses, superando los 1.545 proyectados.

En febrero de 2025, la cuarta modificación al contrato amplió el área de aprovechamiento económico del espacio público y la cobertura del servicio a 16 UPZ, e incorporó nuevo mobiliario urbano como parte de la retribución de Tembici al Distrito. Esta expansión es un intento por mejorar el servicio y garantizar su existencia, esperemos que así sea. Al final, con o sin Tembici, la ciudad tiene que garantizar un sistema de bicicletas públicas.

Desde el Concejo de Bogotá buscamos asegurar el Sistema de Bicicletas Compartidas. La gran pregunta es cómo lo hacemos viable. ¿Con el contrato con Tembici? ¿Con un esquema de libre competencia? ¿Con una prestación directa del servicio por parte del Distrito? ¿O con un sistema de transporte donde las bicis, otros servicios y empresas públicas y privadas funcionan como un gran hub urbano de movilidad?

El Sistema de Bicicletas Compartidas es una herramienta clave para la movilidad sostenible. Según la Encuesta de Movilidad 2023, el 7,94% (1.161.152) de los viajes sostenibles en Bogotá se realizaron en bicicleta, frente a un 33,69% (4.923.927) en transporte público y 28,06% (4.101.164) a pie. Bogotá – Región tiene 1,43 millones de bicicletas, en su mayoría convencionales. La bicicleta pública no es un capricho: multiplica opciones de viaje, reduce congestión y mejora la calidad del aire.

Si queremos una ciudad humana, con menos trancones, menos ruido y más espacio público, la bicicleta debe ser parte de la solución. Y no cualquiera: una red pública, robusta, accesible y funcional para todos. Dejar caer el Sistema de Bicicletas Compartidas sería retroceder en movilidad sostenible.

Bogotá ya hizo lo difícil: implementó el sistema. Ahora debemos defenderlo, ajustarlo y garantizar que siga pedaleando hacia una ciudad más humana y con más espacio público para todos. Para salir de la tusa por Bogotá debemos asegurar el derecho que tenemos de movernos de forma segura y sostenible.

Juan David Quintero

Rescatan a una menor víctima de explotación sexual en la localidad de Fontibón

Un operativo de la Secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia de Bogotá, en coordinación con la Policía Metropolitana de Bogotá y la Fiscalía en la localidad de Fontibón, permitió el rescate de una menor de edad, posible víctima de explotación, quien fue trasladada de inmediato por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para activar el restablecimiento de sus derechos.

El hecho tuvo lugar en un local de diversión nocturna en donde se hallaron algunas dosis de estupefacientes y armas blancas.

 

“En el marco de la lucha contra la trata de personas realizamos esta intervención con todas las autoridades. Hay que decir que la menor encontrada estaba en un entorno que claramente no era seguro. Y el administrador del lugar intentó ocultarla al impedir realizar el procedimiento por no dejar ingresar a los funcionarios.”, señaló César Restrepo, secretario de Seguridad.

En otro establecimiento de la misma localidad un menor fue sorprendido consumiendo licor sin ningún control. Ambos casos fueron asumidos por el ICBF para ubicar a sus padres de familia y restablecer sus derechos.

Los funcionarios inspeccionaron los establecimientos uno a uno y verificaron cada rincón debido a que la negativa inicial de no permitir el ingreso, reforzaron las sospechas de posibles redes de explotación o irregularidades graves.

Las dudas de Rubén Torrado por la gestión de la Secretaría de Desarrollo Económico

El concejal, Rubén Torrado, en un debate en el Cabildo Distrital cuestionó la labor de La Secretaría Distrital de Desarrollo Económico (SDDE) y la agencia Invest in Bogotá por la ejecución de un convenio con la Pontificia Universidad Javeriana.

El convenio está destinado a destinado a fortalecer 65 empresas a través de analítica de datos. En este contrato fueron encontradas algunas irregularidades en la contratación directa, al evidenciar que hubo cotizaciones de menor valor y que no se justificó técnicamente la elección final de la universidad contratada, así lo denuncio el concejal Torrado.

 

Torrado además expuso sus dudas por la manera como se ha venido ejecutando también el convenio con el Banco Agrario, donde se lo expuesto, «a pesar de contar con una inversión de 280 millones de pesos, el programa terminó excluyendo a quienes más lo necesitaban, al imponer como requisito no haber tenido créditos vigentes en los últimos 12 meses. Como resultado, para marzo de 2025, apenas cuatro personas habían logrado acceder a los desembolsos».

Además, recordó que en 2023 un convenio similar con el Banco Agrario tuvo un cumplimiento de apenas el 2.6%, pese a haber contado con un presupuesto de 1.300 millones de pesos, precisamente por las barreras impuestas a los campesinos.

Torrado concluyó que este tipo de convenios no responden a la realidad que enfrentan los campesinos, ni constituyen una herramienta eficaz para facilitar su acceso a mecanismos formales de financiación.

“A quién se le ocurre pedirles a los campesinos que tengan una historia crediticia impecable para poder darles un crédito. Precisamente necesitan créditos porque no tienen acceso al sistema financiero como otro tipo de población. Ese es el problema de los funcionarios de la Secretaría de Desarrollo económico: lideran desde el escritorio completamente alejados de las dinámicas y realidades de la ruralidad bogotana”, señaló Torrado.

Además, cuestionó que, pese a que Invest In Bogotá administra actualmente un presupuesto anual cercano a los 10.000 millones de pesos, destinados exclusivamente a atraer inversión extranjera directa a la ciudad, las cifras muestran que dicha inversión no se ha recuperado. Señaló, además, que desde que la señora Isabella asumió la dirección en 2021 y hasta la fecha, Bogotá ni siquiera ha logrado recuperar los niveles de inversión extranjera directa que se tenía en 2016.

Por otro lado, esta misma empresa suscribió el convenio 733 de 2025 por un valor de 326 millones de pesos, de los cuales destinó 178 millones a ruedas de negocio y 70 millones a la producción de contenidos promocionales, que según los informes de ejecución cargados a SECOPII, fueron elaborados con inteligencia artificial.

Torrado lamentó que la SDDE no respondiera preguntas puntuales planteadas desde febrero en su primer debate, ni entregara informes claros sobre programas como Hecho en Bogotá o sobre la estrategia de apoyo a los comerciantes afectados por obras de infraestructura.

Finalmente, hizo un llamado urgente a los órganos de control para revisar la pertinencia y eficacia de las estrategias del sector económico, y reiteró que los recursos públicos no pueden seguir manejándose como si fueran privados.

“La falta de resultados, las omisiones, y la desconexión con la realidad de la ciudad y del campo, hacen necesario un cambio profundo en la forma como se gestiona el desarrollo económico de Bogotá”, concluyó.

Así será la programación de Festival de Verano en Bogotá

A partir de hoy se inicia la celebración del Festival de Verano en Bogotá que tendrá una programación variada para todos los ciudadanos que habitan en las diferentes localidades que componen la capital del país.

Este espacio que tendrá lugar durante todo el mes de agosto estará organizado en cuatro franjas temáticas: Deportiva, Recreativa, Académica y Grandes Eventos, articuladas para ofrecer experiencias integrales de movimiento, cultura, aprendizaje, convivencia y participación ciudadana.

 

Entre los eventos recreativos destacados del 2 al 30 de agosto de 2025, se encuentran:

Music Aerobic Fest – Maratón de ritmos y actividad física.
Villa Dorada – Espacio de bienestar para personas mayores.
Sube Monserrate – Carrera de ascenso tradicional.
Ciclovía 17 horas – Jornada extendida en toda la ciudad.
Pedalata por Bogotá – Recorridos en bici con enfoque cultural y ambiental.
Villas Recreativas – Espacios de juego itinerantes en las 20 localidades.
Evento Cultural Familiar Chino – En honor al país invitado.
Show de Cometas – Exhibiciones y talleres al aire libre.
Programación deportiva de primer nivel del 2 al 30 de agosto de 2025:

Copa América de Baloncesto en Silla de Ruedas – Clasificatorio al Mundial 2026.
Final de la Vuelta a Colombia en Bogotá.
Grand Prix Panamericano de Billar.
Campeonato Nacional de Triatlón Sprint, con participación paralímpica.
Maratón de Patinaje.
Festival Colombiano de Porrismo.
Copa Internacional de Taekwondo.
Serie Nacional de Paranatación.
Torneo Open Interactivo Phygital, que integra deportes de combate y experiencias digitales.

Consulta aquí toda la programación:

Programación Del Festival de Verano 2025 en Bogotá by Confidencial Colombia