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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: mujer

RTVC implementa la licencia a mujeres que padezcan cólicos menstruales

El sistema de medios RTVC, en cumplimiento de la Ley 2466 de 2025 firmó la resolución que permite otorgar la licencia a las mujeres trabajadoras el derecho a una licencia remunerada por los cólicos menstruales incapacitantes, siempre que se demuestre con certificado médico.

De esta manera, cualquier mujer que preste sus servicios en cualquiera de las áreas del sistema de medios, podrá quedarse en su casa durante uno o dos días mientras pase por los momentos más intensos de esta etapa.

 

“En RTVC, el bienestar menstrual es un derecho. Como gerente general del Sistema Nacional de Medios Públicos del Estado Colombiano, procedo a firmar la resolución 273 por la cual se implementa un día de permiso remunerado y dos días de trabajo en casa para mujeres y personas menstruantes, funcionarias públicas de RTVC”, señaló el gerente de la entidad Hollman Morris.

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La licencia, según la reforma laboral, la podrán reclamar aquellas mujeres con síntomas incapacitantes y que cumplan con los requisitos de la ley, como presentar un certificado médico que confirme la condición médica.

En Colombia 9 de cada 10 mujeres han sido víctimas de acoso telefónico

Un reciente estudio de la aplicación Truecaller revela cifras preocupantes sobre el acoso telefónico hacia las mujeres en Colombia, un fenómeno que se ha convertido en una forma persistente de violencia digital. Nueve de cada diez mujeres en el país han recibido llamadas o mensajes de texto con contenido sexual o inapropiado no solicitado, una tendencia que evidencia la vulnerabilidad en los espacios digitales.

De acuerdo con los datos, el 64% de las llamadas o mensajes provienen de números desconocidos, lo que impide a las víctimas colombianas denunciar fácilmente a los acosadores. Además, se trata de un patrón recurrente, ya que el 24% de las mujeres reporta recibir este tipo de llamadas varias veces al mes, lo que genera un estado de alerta constante y prolongado.

 

Los patrones temporales del estudio muestran que el acoso telefónico hacia las mujeres en Colombia, aumenta hacia el final de la semana, con los viernes (28%) y sábados (35%) como los días más críticos. En cuanto a los horarios, el 47% de las llamadas o mensajes se concentra entre las 8:00 p.m. y la medianoche, mientras que la tarde (de 3:00 pm. a 8:00 pm.) representa el segundo pico de actividad (22%).

Impacto emocional: miedo y rabia

El acoso no solo afecta la tranquilidad de las mujeres, sino también su bienestar emocional. El 50% de las víctimas manifestó sentir rabia como principal reacción, mientras que un 42% reportó experimentar miedo, lo que ha llevado a muchas a evitar contestar números desconocidos.

La investigación fue realizada por Truecaller, líder de identificación de llamadas y bloqueo de spam. La aplicación, con más de 450 millones de usuarios activos en el mundo, busca crear conciencia sobre la violencia digital y promover una comunicación más segura para las mujeres, reafirmando su compromiso con la seguridad y el respeto en el entorno digital.

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En sintonía con los esfuerzos internacionales, la Organización de Naciones Unidas (ONU) declaró el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha que invita a los habitantes de todos los continentes a alzar la voz contra la violencia en todas sus formas.

Con este estudio, Truecaller visibiliza un problema que afecta a millones de mujeres y que exige acciones urgentes para garantizar su seguridad y bienestar tanto en el mundo físico como en el digital. La aplicación se une a la lucha contra la violencia contra la mujer, ofreciendo una herramienta eficaz en la identificación de llamadas y bloqueo spam, para comunicaciones más seguras.

Contra la misoginia electoral 

Vuelve y juega. La violencia contra las mujeres en política, en este caso verbal, volvió a ser noticia nacional y caso de repudio por parte de gobernantes locales, regionales, nacionales, periodistas y líderes de opinión. «¿Qué podemos esperar de una vaca que no puede parir? ¿Nos toca inyectarla o qué?», expresó, en plena sesión de la corporación, el presidente del Concejo Municipal de Ortega, Luis Eduardo Suárez cuestionando a la gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz. Todo un comentario salido del más bajo nivel social.

Frente a este ordinario episodio debo recordar que en varias oportunidades he venido destacando el papel de las mujeres en escenarios políticos principalmente desde su rol como serias, encumbradas y recordadas lideresas que van desde ser presidentas en Latinoamérica, pasa por la valentía de María Corina Machado para liberar a su pueblo del régimen «madurista» y termina con la abierta posibilidad  de una mujer siendo la primera mandataria de los colombianos. Son féminas públicas de honorable respeto.

 

Como de honorable respeto es cualquiera de las 32 Senadoras y las 32  Representantes a  la Cámara que diariamente debaten a «capa y espada» proyectos de ley en el escenario legislativo, entendiendo la mayoría de fuertes y poderosas posiciones de los «varones o machos» de la política tradicional y sus radicales posturas ideológicas o particulares intereses. También un llamado urgente de tolerancia para con las seis gobernadoras, 146 alcaldesas y 2.267 concejalas encargadas de velar por el bienestar de las comunidades en sus regiones pese a la negligencia del gobierno central para atender sus peticiones. 

Amigo lector podría seguir investigando cifras de las cientos de mujeres que por medio del ejercicio político han llegado a sus cúspides para trabajar en  la función pública. Ese no es mi punto. Debo recalcar en que han  enfrenta numerosos desafíos durante más de siete décadas para empoderarse en la contienda electoral porque en cierta medida se les ha buscado limitar, restringir y, en muchos casos, anular el ejercicio de los derechos políticos en nuestra criolla patria. Esos poderosos e históricos esfuerzos merecen un incuestionable respeto en una sociedad marcada por el decadente «machismo».

Machismo popular escenificado en las palabras de un disque honorable presidente del Concejo Municipal de Ortega, Tolima. Estas palabras o frases, se infiere, propias de la jerga local llevan su carga de sarcasmo, gracia o risa en aras de alimentar una narrativa barata que seguramente merecerá el total repudio de la sociedad colombiana y un pronunciamiento de la  Procuraduría. Pero también, creo, en una reacción inmediata de la Gobernadora para exigir respeto a su rol como primera autoridad departamental. Estos constantes episodios de misoginia en nuestro radar político no deben entenderse como un simple «folclor político». 

Lo más paradójico de todo esto es que, en la actual contienda política alrededor de 13 mujeres representando a partidos, movimientos e independencias por firmas se la están jugando en una cara a cara para ganarse su candidatura oficial que les permita ser posibles presidentas. Dos de ellas en particular han recibido agravios de fuerte calibre por parte del mismísimo presidente, Gustavo Petro, parte de sus integrantes de gobernanza y de sus influyentes alfiles en las redes sociales. ¿Dónde está el respeto por Ley 2453 de 2025 que busca prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en la política?.

A propósito de la violencia contra las mujeres en la política, la Gobernación del Valle del Cauca, en cabeza de su primera mandataria regional, Dilian Francisca Toro arrancó la campaña #NoMáMisoginia, «una una iniciativa dirigida a rechazar la violencia, persecución y hostigamiento político contra las mujeres en la región y el país, especialmente en escenarios de poder público y político», destaca el periódico regional El País de Cali. Iniciativas como esta me inclinaron a estas letras como aporte a visibilizar el atroz ataque de reconocidos machotes de la «cosa política» contra las políticas que están de moda. La democracia sigue viva.

Edgar Martínez Méndez

Con Permiso, me Elijo

“Con Permiso, Me Elijo: el libro que nace cuando una mujer deja de callarse”

Por: Beatriz Helena Álvarez

 

Hay libros que se escriben con las manos, otros con la memoria, y algunos —los más difíciles— con el alma.

Con Permiso, Me Elijo pertenece a esa última categoría. No nació de una idea literaria ni de un plan editorial. Nació de un punto de quiebre. De un silencio que ya no se podía sostener. De la necesidad de darle sentido a experiencias que muchas mujeres viven, pero pocas se atreven a nombrar.

Durante años, como periodista y comunicadora, conté las historias de los demás. Las investigué, las expuse, las narré. Pero tardé mucho en reconocer que la historia que tenía que contar era la mía: la de una mujer que, a pesar del éxito, la disciplina y la fuerza aparente, había aprendido a normalizar algo profundamente doloroso: la violencia emocional y el auto abandono, la violencia invisible que no sabemos que vivimos

En nuestras sociedades hemos avanzado en identificar la violencia física, económica y sexual, pero hay una violencia más silenciosa, más sutil, más extendida: la que ocurre cuando una mujer deja de elegirse a sí misma.

Cuando negamos lo que sentimos, cuando justificamos lo injustificable, cuando convertimos la culpa en brújula y la resignación en rutina, cuando dejamos que otros definan nuestro valor, nuestro ritmo y nuestra dignidad.

Ese es el hilo conductor del libro, las historias que duelen… y liberan.

Cada capítulo está construido desde una experiencia vital. No se trata de señalar culpables, sino de reconocer patrones que viven en muchas relaciones actuales: dependencia afectiva, narcisismo, manipulación espiritual, gaslighting emocional, miedo al abandono y la incapacidad de poner límites desde el amor propio.

Mis padres, mi hijo, mis parejas, mi carrera, mis decisiones… todos los personajes del libro son espejos que me mostraron lo que durante años no había visto: que mi vida había sido una sucesión de intentos por complacer, sostener y salvar a otros mientras me iba apagando lentamente.

En ese recorrido, varias historias son centrales:

            •          El primer amor: donde confundí sacrificio con amor y maternidad con renuncia.

            •          La relación que me enseñó la libertad: un vínculo improbable que me obligó a replantear la idea de “hogar” y de destino.

            •          El encuentro con el narcisismo encubierto: una relación donde la espiritualidad se utilizó como herramienta de manipulación, recordándome que incluso las enseñanzas más sagradas pueden ser armas si no hay conciencia.

            •          La maternidad real: no la idealizada, sino la que enfrenta la culpa, las expectativas y la necesidad de reconocer los propios límites.

Estas historias no son una catarsis pública ni un ajuste de cuentas: son un testimonio de transformación. Lo doloroso se vuelve útil cuando deja de avergonzarnos y empieza a iluminarnos.

La esencia del libro: el despertar del ser

Detrás de cada relato hay un hilo espiritual profundo. Mi búsqueda no empezó en un templo ni en un retiro. Empezó cuando toqué fondo emocionalmente y descubrí que la única salida real no era hacia afuera, sino hacia adentro.

Con Permiso, Me Elijo no es solo un libro sobre relaciones; es un libro sobre conciencia. sobre entender que no somos el personaje que interpretamos —la madre perfecta, la pareja entregada, la profesional impecable— sino la esencia que observa, aprende y trasciende.

A través del Advaita Vedanta, la autoindagación, el estoicismo y herramientas de coaching, fui comprendiendo algo que hoy sostengo con firmeza: solo cuando una mujer se conoce y se elige, puede amar sin perderse, trabajar sin romperse y liderar sin traicionarse.

¿Por qué leer este libro hoy?

Porque estamos en un momento histórico donde la conversación sobre violencia contra la mujer no puede limitarse a lo externo.

El cambio empieza en la raíz: en la identidad, en la voz interior, en la capacidad de poner límites, en la conciencia del propio valor.

Este libro es para quienes quieren:

            •          reconocer señales que durante años normalizaron,

            •          liberarse del miedo a quedarse solas,

            •          reconstruir su autoconfianza,

            •          entender su historia desde un lugar más compasivo,

            •          y liderar su vida desde un ser más pleno, más consciente, más verdadero.

Elegirse es en últimas: un acto espiritual, emocional y político, no es egocentrismo. es el acto fundador de toda vida digna.

Cuando una mujer se elige:

            •          deja de repetir patrones,

            •          deja de sostener relaciones que la lastiman,

            •          deja de pedir permiso para existir,

            •          y empieza a ser autora —no víctima— de su historia.

Ese es el mensaje que quiero dejarle al mundo con este libro, un mensaje que no se grita: se encarna.

Porque la verdadera transformación no ocurre cuando entendemos algo, sino cuando tenemos la valentía de vivirlo.

Con permiso… llegó el momento de elegirnos.

Los invitamos a conocer a Beatriz Helena Álvarez y su maravillosa historia en la 1a edición del WEF Colombia Latam Regional Tolima 2025 «Valientes, Mujeres que abren Caminos. Liderando Acciones por la Equidad y Enfrentando las Violencias de Género en todas sus Formas», que realizaremos en alianza con la Gobernación del Tolima, en el Centro de Convenciones Alfonso López Pumarejo, el lunes 24 de noviembre a partir de las 7:30 a. m., en la ciudad de Ibagué.

Por favor de click en el link que encuentra a continuación y confirme su asistencia diligenciando el formato: https://forms.cloud.microsoft/r/npCusjrZHH

¿Cómo vivir la menopausia en familia sin estrés?

La menopausia no solo se vive en el cuerpo de las mujeres, también se experimenta en la forma en que reaccionan quienes las rodean. Según un estudio de la Pontificia Universidad Javeriana en el Eje Cafetero, realizado con 594 mujeres, el 71,88% reportó síntomas asociados a la menopausia, siendo los sofocos, el insomnio y la irritabilidad los más frecuentes. En el Caribe colombiano, otra investigación liderada por la Universidad de Cartagena mostró que cerca del 35% de las mujeres en climaterio presentaba trastornos de sueño, con una prevalencia aún mayor en quienes sufrían oleadas de calor.

A estos datos se suma un estudio multicéntrico nacional que estimó la edad promedio de la menopausia en 52,2 años, cifra que coincide con los registros internacionales y que refleja el momento en que la mayoría de las mujeres colombianas enfrenta este proceso natural.

 

Más allá de lo físico, el impacto de la menopausia depende en gran medida de cómo reaccionan los entornos cercanos. Comentarios que minimizan lo que ocurre, bromas sobre la edad o silencios que aíslan generan tanta carga emocional como los propios síntomas. Por eso, abrir la conversación en casa y en el trabajo es una de las mejores formas de acompañar.

“Cuando una mujer atraviesa la menopausia, su entorno inmediato tiene un papel fundamental. No se trata solo de los síntomas físicos, sino de cómo la pareja, los hijos y los compañeros de trabajo responden a ellos. Un comentario empático, un ajuste en la rutina o simplemente escuchar sin juzgar hacen una diferencia enorme. En Essity queremos promover conversaciones abiertas, libres de estigmas, que permitan vivir esta etapa con mayor confianza”, afirmó Julián Mora, Director de Intimate Hygiene Essity.

Entre las recomendaciones que recoge Essity para acompañar a una mujer en climaterio, se destacan:

●       Escuchar sin minimizar. No hay nada más frustrante para una mujer que sentir que su entorno no toma en serio lo que le pasa. Comentarios como “eso es normal” o “ya se te pasará” solo aumentan la sensación de soledad. Escuchar con atención, validar lo que siente y mostrar disposición para ayudar son gestos sencillos que generan un gran impacto en su bienestar emocional.

●       Compartir la información en familia. La menopausia también es un tema educativo. Explicarle a los hijos adolescentes por qué la madre puede tener cambios de ánimo o noches de mal descanso ayuda a normalizar el proceso. Esa comprensión favorece la convivencia en casa y motiva a los hijos a asumir pequeñas responsabilidades, como colaborar más en las tareas del hogar o respetar los espacios de descanso.

●       Cuidar el lenguaje en el trabajo. El ámbito laboral suele estar cargado de prejuicios hacia la menopausia. Bromas sobre la edad o insinuaciones sobre pérdida de capacidades refuerzan estigmas y dañan la autoestima. Por el contrario, ofrecer comprensión y flexibilizar tareas tras noches de insomnio, o garantizar espacios ventilados para manejar los sofocos, son acciones simples que construyen un entorno laboral más inclusivo.

●       Promover la empatía en pareja. La menopausia puede traer cambios en la intimidad y en el deseo sexual, lo que suele generar tensiones si no se habla con claridad. Conversar de manera abierta, entender que se trata de un proceso normal y buscar soluciones conjuntas —desde tratamientos médicos hasta ajustes en la intimidad— fortalece la relación y evita que esta etapa se convierta en motivo de distanciamiento.

●       Romper el silencio. El tabú es uno de los mayores obstáculos para vivir la menopausia con tranquilidad. Hablar de ella en casa con naturalidad, incluirla en la educación escolar y visibilizarla en los medios de comunicación son pasos necesarios para derribar prejuicios. Tratarla como una etapa más de la vida, al igual que la adolescencia o el embarazo, es la forma de preparar a las futuras generaciones para vivirla sin miedo ni vergüenza.

La menopausia se vive en el cuerpo, pero también en la forma en que la familia, los amigos y el trabajo responden a ella. Abrir la conversación y acompañar con empatía puede marcar la diferencia entre una experiencia solitaria y una etapa de vida vivida con confianza.

“Hablar de esto en voz alta es un acto de respeto y de cuidado. Cada conversación abierta en el hogar, en la oficina o en la sociedad es un paso hacia entornos más empáticos. El silencio y los estigmas han acompañado a esta etapa durante demasiado tiempo, y es momento de transformarlos en comprensión y apoyo real”, aseguró Julián Mora

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Cumplir 54 años en Colombia: la edad de la conciencia y la esperanza

Cumplir 54 años en Colombia siendo mujer es mirar la vida con la serenidad de quien ha caminado entre la incertidumbre y la fe, entre la violencia y la ternura, entre la rabia y la esperanza. No es una edad cualquiera: es el punto en que una entiende que el cuerpo guarda memoria y el país también. Es el momento en que el tiempo deja de ser enemigo y se convierte en testigo del cambio que hemos impulsado, incluso cuando parecía imposible.

Llegar a los 54 en este país ha significado aprender a resistir, a sanar y a creer nuevamente. Hemos visto generaciones enteras de mujeres que, desde lo íntimo y lo colectivo, sostuvieron la vida en medio de la guerra, del miedo y del olvido. Pero también hemos visto cómo, paso a paso, la historia nos ha dado la razón: la transformación real empieza cuando las mujeres participamos, opinamos y decidimos.

 

Hoy, ser mujer en Colombia es ser protagonista de una nueva etapa. Es ver cómo los derechos que por años parecían inalcanzables comienzan a tomar forma en políticas públicas, programas de equidad y liderazgos con rostro femenino. Es entender que el cambio que vive el país no es solo político, sino cultural, ético y espiritual. Y que cada avance —por pequeño que parezca— es fruto del trabajo de miles de mujeres que no se rindieron.

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A los 54 años, miro este momento histórico con esperanza. Creo en un país que se atreve a cambiar sus estructuras, a hablar de paz sin miedo, a mirar a las regiones con dignidad y a reconocer la deuda histórica con las mujeres, los pueblos y los territorios. Creo en un gobierno que pone la vida en el centro, que habla de justicia social y que promueve una economía para la gente, no para unos pocos.

Porque el cambio no es un instante: es un proceso que requiere continuidad, coherencia y voluntad política. Por eso, defender la continuidad del Gobierno del Cambio no es un acto de conveniencia, sino de amor por el país. Es creer que la esperanza no se decreta, se construye todos los días con decisiones valientes, con participación ciudadana y con la certeza de que una Colombia distinta sí es posible.

Cumplir 54 años en este contexto es reafirmar mi compromiso con la vida, con las mujeres y con el cambio. Es saber que el país que soñamos más justo, más humano, más igualitario está en camino, y que vale la pena seguir apostando por él.

Porque cuando una mujer llega a esta edad y mira hacia adelante con esperanza, no solo celebra su historia personal: celebra la madurez de una nación que empieza a creer en sí misma.

Hoy, a los 54 años, elijo seguir creyendo en el cambio, en la vida y en el futuro de Colombia.

Porque la esperanza, cuando nace de las mujeres, es invencible.

Marcela Clavijo

Beijing+30: Mujeres, poder y la construcción de sueños compartidos

Han pasado treinta años desde que la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, marcó un antes y un después en la historia de la igualdad de género. Aquella convención fue mucho más que un encuentro: fue la proclamación de un compromiso global con los derechos de las mujeres, un llamado a transformar mentalidades y derribar las barreras que limitan la participación plena de la mitad de la humanidad.

Hoy, tres décadas después, recordamos que los avances son innegables, pero también insuficientes. Persisten las brechas en el acceso al poder político, económico y social. Persisten las violencias que buscan silenciar nuestras voces. Persisten las resistencias culturales que todavía ponen en duda nuestra capacidad de liderazgo. Pero también persisten —y se multiplican— la fuerza, la creatividad y la resiliencia de las mujeres que, desde China hasta América Latina, sostienen los cambios más profundos de nuestras sociedades.

 

La posición de las mujeres en el poder revela las contradicciones de nuestro tiempo. En China, mujeres jóvenes lideran procesos de innovación, ciencia y tecnología, reclamando su espacio en esferas históricamente dominadas por hombres. En América Latina, los movimientos feministas han marcado la agenda pública y han empujado gobiernos, parlamentos y empresas hacia políticas más inclusivas. Sin embargo, tanto en Oriente como en Occidente, la representación plena sigue siendo un desafío pendiente: llegar al poder no es suficiente si no logramos transformar las estructuras que lo sostienen.

El cambio de mentalidad es, quizá, la tarea más difícil y más urgente. Porque la igualdad no se mide solo en leyes o porcentajes, sino en la capacidad de una sociedad de respetar la dignidad de cada mujer y de cada persona. Se trata de aprender a ponernos en los zapatos de quienes viven desigualdades más profundas, de escuchar los silencios, de entender que la justicia social empieza en el reconocimiento de la diferencia.

En un mundo atravesado por crisis, guerras, desplazamientos y desigualdades, las mujeres seguimos siendo portadoras de esperanza. Construimos sueños no como utopías lejanas, sino como rutas concretas para transformar la vida cotidiana. Los sueños que nacen de Beijing, de Bogotá, de Shanghái, de Buenos Aires o de Ciudad de México son sueños que se entretejen en la búsqueda de sociedades más justas, pacíficas e igualitarias.

Beijing+30 no es solo una conmemoración: es un recordatorio de que la igualdad no se hereda, se construye. Que el poder de las mujeres no se otorga, se ejerce. Que los sueños colectivos son la fuerza más poderosa para cambiar el rumbo de la historia.

Hoy, más que nunca, necesitamos construir esos sueños juntas y juntos. Porque la igualdad no es una meta final, sino el camino mismo hacia un futuro compartido.

Marcela Clavijo

¡El cambio también dice a las mujeres se les respeta!

En los últimos días, el presidente Gustavo Petro, a quien la historia reconocerá como el presidente del cambio, ha pronunciado una serie de intervenciones acerca de las mujeres que han suscitado reacciones encontradas, polémicas y dolorosas. Desde la mirada feminista, no podemos dejar de señalar que tales expresiones revelan un proceder errático, que pareciera. desconocer la densidad histórica de nuestras luchas y la sensibilidad política que merecemos.

No obstante, el gobierno del cambio también ha sido el gobierno de las grandes reformas: la reforma a la salud, la reforma pensional, la reforma laboral, la reforma agraria y la restitución de tierras. Todas ellas configuran un horizonte normativo y político que, en su profundidad, busca reducir las brechas de desigualdad, discriminación y exclusión que por décadas han perpetuado gobiernos centralistas, elitistas y patriarcales.

 

Estas reformas, en su conjunto, son conquistas que tienen el potencial de transformar las condiciones materiales de vida de millones de colombianas, especialmente de aquellas que históricamente han habitado la periferia, el campo, los barrios populares y los márgenes de la economía. Porque, aunque beneficien a toda la sociedad, es innegable que su incidencia sustancial recae en las mujeres, quienes han llevado sobre sus hombros el peso de la precariedad, el trabajo no remunerado y la violencia estructural.

Por eso, desde el feminismo reivindicamos el sentido profundo de estas reformas como herramientas para la justicia social y la dignidad de las mujeres. Y al mismo tiempo, exigimos coherencia: no basta con transformar las estructuras económicas y sociales si en el discurso público se perpetúan estereotipos o se emiten palabras que hieren y deslegitiman nuestras luchas.

En este sentido, con firmeza, pero también con empatía, le pedimos al presidente Gustavo Petro que elimine de su discurso cualquier descripción o comparación de los cuerpos de las mujeres. Las mujeres no somos metáforas ni adornos retóricos: somos ciudadanas plenas, constructoras de país, sujetas de derechos y protagonistas de las transformaciones que este gobierno impulsa. Lo que debe resaltarse en la palabra presidencial no son nuestros cuerpos, sino nuestros aportes, nuestras capacidades, nuestra formación y nuestro liderazgo en todos los escenarios de la vida social, económica y política.

El cambio verdadero exige no solo reformas estructurales, sino también un lenguaje político que honre la vida, la voz y la autonomía de las mujeres en Colombia.

Así que presidente, sabemos de su nobleza de pensamiento frente a la igualdad y a la capacidad de las mujeres, el que tiene boca se equivoca dice el refrán, pero de la misma forma se corrige.

De su discurso comparto plenamente el apoyo a Palestina, y la indignación por la descalificación de Trump por la lucha contra el narcotrafico, al modificar los percentiles de información y desconocer el trabajo realizado en la erradicación y sustitución de cultivos ilícitos, la incautación de pasta procesada y en proceso de envío al exterior, y rechazo igual que usted la guerra y estas mafias, que carcomen a las mujeres y sus familias.

Esperamos una intervención que nos permita ver su capacidad de escucha y resarza la palabra que lastimó los sentires de las mujeres, no nos queda mucho tiempo en este mandato, luego si hay afán, el cambio es ahora es con nosotras y el ahora es ya.

Marcela Clavijo

«La Rolita demuestra que la movilidad es también equidad»: Carolina Martínez Cuéllar

Por: Doris Santa Fe

En apenas tres años de operación -cumplidos el pasado 11 de septiembre-, La Rolita, la operadora distrital de transporte de Bogotá, se ha convertido en un referente de innovación social y sostenibilidad con un modelo de movilidad limpia. Detrás de este proyecto está Carolina Martínez Cuéllar, su gerente general, quien lidera una apuesta disruptiva en un sector históricamente dominado por hombres: hoy el 63% de los conductores de la flota son mujeres.

 

Más allá de su impacto social y de inclusión, La Rolita también ha marcado un hito en la operación de transporte sostenible en Bogotá. Con 195 buses eléctricos que circulan en la localidad de El Perdomo, en Ciudad Bolívar, moviliza diariamente a más de 53.000 pasajeros, además de encargarse de la operación y mantenimiento del cable aéreo de la localidad, que transporta a cerca de 30.000 usuarios al día. En total, más de 80.000 personas se benefician de este modelo de movilidad digna y sostenible.

El proyecto no solo transformó el transporte en una zona que llevaba más de una década sin una oferta adecuada, sino que abrió oportunidades de empleo verde y formal para comunidades que habían sido históricamente excluidas. Hoy, La Rolita suma más de 700 puestos de trabajo, con una participación mayoritaria de mujeres en diferentes áreas: el 63% de la planta de conductores, 12 mujeres en el equipo de mantenimiento, y un 53% de la nómina total.

Uno de los retos más grandes ha sido romper con los prejuicios en un sector altamente masculinizado. Para Martínez Cuéllar, el mayor aprendizaje es que las mujeres no solo conducen con cuidado y responsabilidad, sino que también asumen roles de liderazgo en una organización que se piensa sostenible desde lo social, lo financiero y lo ambiental.

En conversación con Confidencial Noticias, entrevista realizada dentro del marco del WEFx Colombia LATAM realizado en la Cumbre Internacional de Sostenibilidad e Innovación Ambiental, Martínez Cuéllar compartió los aprendizajes de una experiencia que está transformando vidas y que puede servir de modelo a otras organizaciones.

¿Cómo nace la idea de crear una empresa de transporte urbano con un enfoque tan diferente?

Carolina Martínez Cuéllar: La Rolita es la operadora distrital de transporte de Bogotá y, a mi modo de ver, también un proyecto social. Nacimos hace tres años con un propósito claro: transformar la movilidad de la ciudad, pero al mismo tiempo abrir oportunidades a quienes históricamente no las han tenido. Hoy contamos con 465 conductores y, de ellos, el 63% son mujeres. Eso nos convierte en pioneros no solo en Colombia, sino en el mundo. Y más allá de los buses, lo que movemos son sueños, dignidad y nuevas posibilidades.

Usted menciona que el proyecto va más allá del transporte. ¿Qué impacto social han logrado en estos años?

Carolina Martínez Cuéllar: Hemos generado más de 740 empleos en una localidad como Ciudad Bolívar que llevaba más de una década sin transporte digno. Pero lo más importante es a quiénes empleamos: jóvenes entre 18 y 25 años, muchos hijos o nietos de conductores; personas mayores de 50 años que casi no encontraban trabajo; migrantes que antes sobrevivían vendiendo fruta en la calle; y más de 240 madres cabeza de familia. También tenemos hombres en esa misma condición y personas desplazadas por la violencia. Cada historia que llega a La Rolita es un testimonio de resiliencia.

¿Qué papel juega La Rolita en la integración con el TransMiCable de Ciudad Bolívar y cómo ha impactado a la comunidad?

Carolina Martínez Cuéllar: La Rolita es el complemento natural del TransMiCable. nuestras rutas conectan los barrios más alejados de Ciudad Bolívar con las estaciones del cable, lo que permite que miles de personas realmente puedan acceder a este sistema que transformó la movilidad en la localidad. Pero nuestro aporte no es solo operativo: muchas de las mujeres que hoy conducen nuestros buses son vecinas de la zona, madres cabeza de familia o jóvenes que encontraron aquí su primera oportunidad laboral. Eso le da al proyecto un arraigo muy especial, porque no solo movemos pasajeros, también fortalecemos a la misma comunidad que servimos. Y al hacerlo con buses eléctricos, estamos construyendo un modelo de movilidad sostenible que combina cuidado ambiental, inclusión social y orgullo local.

¿Cómo fue el proceso de vincular a mujeres que no tenían experiencia previa en conducción de buses?

Carolina Martínez Cuéllar: Fue un reto enorme, porque la mayoría de las mujeres nunca había conducido un bus del sistema. El 95% de nuestras y nuestros conductores fueron formados directamente por La Rolita. En medio de la escasez de conductores en el SITP, decidimos abrirles la puerta y acompañarlas paso a paso en el proceso. Lo que descubrimos fue revelador: la limitación no estaba en la capacidad, sino en la falta de oportunidades. Hoy, con orgullo, tenemos el nivel más bajo de siniestralidad en el sistema —aunque nuestro sueño es llegar a cero—, y eso demuestra algo que siempre supimos: las mujeres, cuando se les da la confianza, son más cuidadosas al volante y ponen todo su compromiso en cada recorrido.

En ese proceso, han hablado de la “brigada emocional”. ¿Qué significa y por qué es clave en el proyecto?

Carolina Martínez Cuéllar: La brigada emocional es un programa de apoyo psicosocial que acompaña a nuestros equipos en temas de confianza, autoestima y manejo emocional. Muchas de las mujeres que hoy conducen buses habían enfrentado violencia o falta de apoyo incluso dentro de sus familias. Era necesario algo más que capacitación técnica: necesitaban creer en sí mismas. La brigada ayudó a que dijeran “sí” al proyecto y se empoderaran de su rol.

Tres años después, ¿cómo describiría los resultados de La Rolita?

Carolina Martínez Cuéllar: Puedo decir con orgullo que los resultados son positivos tanto en lo financiero como en lo operativo. A pesar de ser la empresa más joven del distrito y del SITP, demostramos que un modelo basado en inclusión no solo es justo, sino eficiente. Hemos comprobado que las poblaciones que suelen tener las puertas cerradas son altamente comprometidas y responsables cuando se les da la oportunidad.

¿Qué les diría a otras organizaciones que quieren ser parte del cambio social pero no saben por dónde empezar?

Carolina Martínez Cuéllar: Que lo único que hace falta es voluntad. Muchos sectores nos han buscado para conocer cómo implementamos este modelo. Mi mensaje es claro: sí se puede. Yo apostaría cien veces a un proyecto como este porque demuestra que la sostenibilidad no es solo ambiental, también es equidad, inclusión y liderazgo de las mujeres. Ese es el verdadero motor del cambio.

La experiencia de La Rolita demuestra que la movilidad sostenible no se trata únicamente de reducir emisiones, sino también de construir equidad y abrir caminos para quienes han estado al margen. Bajo el liderazgo de Carolina Martínez Cuéllar, la empresa ha probado que la inclusión no es solo un imperativo social, sino también un modelo eficiente y replicable. En un país donde la desigualdad ha marcado generaciones, proyectos como La Rolita evidencian que la transformación comienza cuando el transporte se convierte en un vehículo no solo de movilidad, sino también de inclusión y justicia social.

El papel de la mujer en la innovación y la sostenibilidad

La sostenibilidad no avanza solo con tecnologías limpias; también requiere liderazgo femenino y nuevas formas de innovación. Así lo evidenció el panel “Equidad de género y la Mujer: piezas claves en la innovación” organizado por el WEF Colombia LATAM y Confidencial Noticias en el marco de la Cumbre Internacional de Sostenibilidad e Innovación Ambiental, moderado por María Eugenia Saldarriaga, quien destacó que la participación de la mujer es clave para potenciar la innovación y conectar soluciones con los territorios.

Un dato del PNUD reforzó la relevancia de este enfoque: el 35% de los proyectos más exitosos en sostenibilidad con innovación social son liderados por mujeres, y también los que logran mayor permanencia en el tiempo.

 

Mujeres liderando el cambio ambiental

Desde La Guajira se mostró cómo algunos proyectos eólicos fracasaron al excluir la voz femenina, mientras que los liderados por mujeres lograron un diálogo más profundo sobre impactos ambientales, culturales y espirituales en las comunidades.

En el ámbito educativo, Alexandra Parra, CEO de Escole y rectora de la Red de Colegios Renfort, compartió cómo su trabajo abre puertas a niños y jóvenes que el sistema había excluido:

“Cuando hablamos de inclusión y sostenibilidad, debemos entender que la educación se adapta a las necesidades y talentos de cada niño y niña. Cultivar la infancia no es solo asistencia, es transformar realidades”.

Su mensaje conecta con la pregunta planteada en el panel: ¿cómo el empoderamiento de las mujeres y la equidad de género pueden acelerar la innovación en sostenibilidad?

La Rolita: movilidad sostenible liderada por mujeres

La sostenibilidad también implica inclusión y reconocimiento de voces diversas. La Rolita, operadora distrital de transporte de Bogotá, cumplió tres años el 11 de septiembre. Con 195 buses eléctricos y el cable aéreo en Ciudad Bolívar, moviliza más de 80.000 pasajeros diariamente.

Bajo la dirección de Carolina Martínez Cuéllar, la mayoría de la fuerza laboral es femenina: el 63% de los conductores y el 53% de la nómina total son mujeres. Además de generar más de 700 empleos verdes, La Rolita ha implementado programas de innovación social, como la brigada emocional, que fortalece el bienestar de sus trabajadoras y trabajadores.

Martínez recalcó que el liderazgo femenino demuestra que se puede dirigir un taller, un bus o toda una empresa “con casco y botas o con tacones”

Diversidad como motor de innovación

Jeffrey Jiménez, cofundador de Grün Management SAS BIC, sostuvo: “La equidad no es un tema exclusivo de las mujeres, es una oportunidad para repensar los liderazgos y construir organizaciones más sostenibles”.

Su experiencia empresarial mostró que la inclusión no es un discurso, sino una práctica: la compañía ha integrado a mujeres en condición de vulnerabilidad en procesos circulares, convirtiendo retos sociales en motores de innovación y cambio

En la misma línea, Mónica Colín de Velázquez, fundadora de EmpoderaHer, presentó resultados de su investigación: las organizaciones que implementan estrategias de diversidad, equidad e inclusión tienen 25% más probabilidades de alcanzar altos índices de innovación y aquellas con más del 50% de mujeres en cargos directivos son las que más destacan. Para ella, la diversidad es un catalizador de resiliencia y creatividad.

El deporte como escenario de innovación social

El panel también mostró que la innovación florece fuera de los negocios y la academia. Paola Andrea Urueña Gordillo, abogada y asesora en género, resaltó cómo el deporte fortalece el liderazgo y empoderamiento femenino al desarrollar autoestima, resiliencia, confianza y capacidad de decisión.

Datos de la Women’s Sport Foundation revelan que el 80% de las mujeres de la lista Fortune 500 practicó algún deporte en su formación, lo que conecta directamente con mayores oportunidades de liderazgo

Aun así, persisten brechas: en competencias como el Ironman, solo el 20% de los participantes son mujeres. Allí, expresiones como “corre como niña” fueron resignificadas:

“Las niñas corremos espectacular; el problema es el sesgo social que insiste en lo contrario”.

Un llamado a la inclusión real

No habrá sostenibilidad sin inclusión. La innovación florece cuando mujeres y hombres trabajan juntos, reconociendo la diversidad de voces, saberes y territorios, y eliminando barreras que impiden a las mujeres liderar.

La experiencia de La Rolita, los avances en educación inclusiva, los emprendimientos circulares y la fuerza transformadora del deporte confirman que movilidad sostenible, inclusión laboral e innovación social van de la mano.

El cambio real se construye dando visibilidad, poder de decisión y oportunidades a quienes históricamente han estado al margen. Ese fue el consenso del panel: la verdadera disrupción surge cuando escuchamos voces diversas y hacemos de la equidad un motor de innovación y sostenibilidad.

La Equidad de Género y la Mujer: Piezas claves en la innovación

Por: María Eugenia Saldarriaga, Miembro Consejo Directivo y Asesora Women Economic Forum Colombia

La diversidad, la equidad y la inclusión (DEI) han emergido en la última década para fortalecer el modelo empresarial moderno y sostenible, trascendiendo más allá de políticas de cumplimiento para convertirse en vectores esenciales de la excelencia empresarial, la cultura corporativa, el propósito de la compañía, el objeto social del negocio, el liderazgo y la competitividad. 

 

Esto enfoca la estrategia de la empresa de cara a lograr un alto alcance e impacto social y valor corporativo y sobre cómo, desde el sector privado y su propósito superior, es posible generar conciencia (tener clara la diferencia entre el bien y el mal) y la consciencia (percepción de esa realidad) colectiva para mejorar y transformar vidas.

Millones de mujeres en Colombia quedan al margen de las oportunidades económicas, lo cual no solo es injusto, sino que perjudica el crecimiento y la resiliencia del país, al cerrar la brecha de género, hacemos crecer la economía y trabajamos en pro de la equidad económica de las mujeres.

La diversidad de perspectivas en equipos heterogéneos fomenta la creatividad, conduce a soluciones más completas y equitativas, y desbloquea un mayor potencial de crecimiento económico y social.

Invertir en tecnología e innovación con enfoque de género y pensando en la equidad, no solo puede mejorar los resultados de una empresa, sino también transformar la vida de las mujeres en todo el mundo. Sin embargo, en un mundo «diseñado» para los hombres, su seguridad, salud y bienestar suelen quedar relegados, por esto, si priorizamos las necesidades de las mujeres, podemos desarrollar soluciones integrales, inteligentes y sostenibles que impulsen el progreso y desarrollo de toda la sociedad.

Quiero destacar a personas que respeto y admiro profundamente, importantes profesionales que día a día dedican su vida y tiempo a trabajar por tejer puentes que fortalecen la capacidad estratégica de sus organizaciones en pro de los derechos humanos y la justicia social y de género y que fomentan la alineación entre todos sus actores. Personas que han sido capaces de construir y difundir un nosotros más grande en donde todos tenemos cabida.

Alexandra Parra: Experta en educación inclusiva y liderazgo transformador, aporta una mirada innovadora sobre cómo la equidad de género y el rol de la mujer son motores fundamentales para la sostenibilidad y la innovación. Su experiencia y trayectoria demuestran que, cuando se abren espacios de participación y liderazgo femenino, se generan soluciones más creativas, humanas y sostenibles, capaces de transformar comunidades y organizaciones.

Comparto una de sus reflexiones:

Llegaron al aula después de haber sido expulsados, señalados o silenciados en otros lugares. No porque no aprendan. No porque no tengan talento. Sino porque el sistema nunca estuvo diseñado para ellos-as. Entonces, cuando entran al salón -con su rabia, su ruido, su silencio o su indiferencia-, la respuesta inmediata de muchas escuelas no es pedagógica, es caritativa. No son tu proyecto de inclusión. No son una carga. Tampoco tu castigo por haber elegido esta profesión.

No son una historia de superación para contar en el podcast, ni en el consejo de padres, ni en tu próximo video viral.

Son niños, son niñas y son adolescentes. Son personas que se quedaron sin opciones, sin grupo, sin voz y sin identidad… y están ahí, en tu aula, frente a ti.

Carolina Martínez Cuellar: Desde su experiencia y trayectoria nos cuenta cómo la innovación social se ha convertido en el verdadero motor del cambio dentro de La Rolita. Iniciativas como la brigada emocional han fortalecido el bienestar de quienes hacen parte de la operación, y la inclusión de mujeres mecánicas, operadoras, técnicas, gerentes y auxiliares demuestra que el liderazgo femenino puede manejar buses, talleres y hasta una empresa entera, con casco y botas o con tacones. Pero hay otro motor igual de poderoso: la inclusión de personas de diferentes perfiles y trayectorias, que hoy tienen la oportunidad de un trabajo digno y estable. Ese paso no solo fortalece la organización, también ha cambiado historias de vida y demostrado que la equidad y la diversidad son claves para una movilidad sostenible. La Rolita es prueba fehaciente de que la innovación social no es solo un discurso, sino una práctica que genera confianza, transforma comunidades y abre caminos donde antes había barreras.

Jeffrey Jiménez: Como profesional y emprenderdor nos cuenta como a través del trabajo que desarrollan en su empresa Grün Management SAS BIC con una línea de merchadising con enfoque ecológico llamada Productos Grün, ha podido evidenciar que la sostenibilidad y la innovación no son posibles sin la participación activa y el liderazgo de las mujeres a lo largo de todo el proceso. 

En nuestra empresa, la inclusión no es un discurso, sino una práctica, por eso hoy en día somos una empresa BIC y contamos con sellos como SEA+, durante este tiempo de operación hemos vinculado a mujeres en condición de vulnerabilidad en los procesos productivos circulares, convirtiendo lo que antes era un reto social en un motor de innovación y cambio sostenible. En el marco de la economía circular y la transición 

hacia modelos regenerativos, la equidad de género se convierte en un catalizador de impacto: cuando las mujeres lideran y participan en cada etapa de los procesos, no solo se generan productos sostenibles, también se fortalecen comunidades, se multiplica el valor social y se transforma la manera en que entendemos la innovación.

Creo firmemente que cuidar el ambiente y avanzar en sostenibilidad implica también cuidar la equidad y abrir espacios de liderazgo femenino. Esa es la verdadera innovación: una en la que la ciencia, la tecnología y la  sostenibilidad tienen rostro diverso y equitativo.

Mónica Colín de Velásquez: Desde hace dos años, con mi empresa EmpoderaHer, inicié una investigación para medir cómo la gestión formal de la diversidad, la equidad y el género impactan en las capacidades de innovación empresarial. 

Los resultados son contundentes: las organizaciones que implementan estrategias DEI alcanzan índices de innovación significativamente más altos, con un 25% más de probabilidades de situarse en el rango superior (ICI ≥ 0.85). Además, aquellas con más del 50% de mujeres en posiciones de alta dirección registran los niveles más elevados de innovación en todos los sectores analizados. Estos hallazgos confirman que la equidad no es solo un principio ético, sino una estrategia tangible de competitividad y sostenibilidad.

Comparto cómo esta evidencia puede convertirse en acción y muestra la diversidad como catalizador de innovación, del liderazgo femenino como motor de resiliencia y creatividad, y de la inclusión como ventaja competitiva en un mundo en transformación. 

Mi mensaje central es que la verdadera disrupción no surge de repetir lo conocido, sino de abrir espacios a lo distinto: cuando escuchamos voces diversas, desbloqueamos ideas poderosas que impulsan tanto la innovación empresarial como el desarrollo sostenible de la sociedad.

Paola Andrea Urueña: En mi experiencia trabajando con mujeres he podido comprobar como el  deporte es clave en la innovación y una actividad importante para el liderazgo y empoderamiento femenino ya que desarrolla ayuda a las mujeres en su autoestima y en el desarrollo de habilidades como la confianza, la resiliencia, la perseverancia, la empatía y una mayor capacidad y discernimiento en la toma de decisiones. 

Al romper techos de cristal, superar sesgos y desafiar estereotipos de género, las mujeres se convierten en modelos y ejemplos a seguir, inspirando a otras generaciones y creando redes de apoyo generando así un impacto significativo en innovación y liderazgo.

Una investigación de la Women´s Sport Foundation, muestra que las  mujeres que practican deportes tienen más probabilidades de ocupar puestos de liderazgo formal en el futuro, que las niñas que practican deportes tienden a tener trayectorias académicas más largas y mayores oportunidades laborales y que a pesar de los beneficios evidentes que trae el deporte a nuestras vidas, la tasa de abandono del deporte es mayor en las niñas que en los niños, debido a factores como las expectativas sociales, la falta de inversión en programas de calidad y el no apoyo por parte de sus círculos de influencia para dedicarse de forma profesional a algún deporte. 

El 80% de las mujeres empresarias que hacen parte de la lista Fortune 500 practicó algún deporte durante su etapa formativa, en contravía, el 21% de las deportistas profesionales, ha sufrido abusos sexuales al menos una vez durante su infancia en contextos deportivos.

Cierro mi nota con esta reflexión:

El principal desafío que tenemos quienes alzamos nuestra voz y trabajamos arduamente por la Equidad de Género y el Liderazgo Femenino, es derribar narrativas negativas y estereotipos tóxicos y excluyentes que nos encierran en pensamientos rígidos que nos limitan y no nos permiten avanzar como mujeres, como país, como comunidad, como sociedad. 

Debemos tener claro que la equidad de género va mucho más allá de la igualdad salarial y la representación de mujeres en cargos jerárquicos, esto implica abordar de manera profunda, explícita y específica los temas de bienestar, salud mental y empoderamiento económico sostenible, su relación con la productividad de la mujer en las empresas y la reputación corporativa desde una perspectiva de género. 

Las mujeres, en muchos casos, enfrentamos presiones y desafíos particulares en el entorno laboral, familiar, y social, factores que pueden tener un impacto directo en nuestro bienestar físico, mental, emocional, económico y espiritual.

María Eugenia Saldarriaga O.
Consultora en Marketing, Comunicaciones, Networking, BTL y Relaciones PúblicasEstratega en Reputación, Marca y Fidelización Diseño, desarrollo y gestión de proyectos en Mujer, DEI, ODS, Sostenibilidad e Innovación

Las cinco mujeres del vallenato más escuchadas en Spotify

El vallenato femenino en Colombia está sonando más fuerte que nunca y se multiplica en playlists. En Spotify, el consumo de canciones hechas por mujeres del género creció un impresionante 338% en los últimos cinco años. Y aunque Patricia Teherán sigue siendo la reina indiscutible —con 21 millones de streams en los últimos doce meses—, una nueva generación de artistas está ganando terreno con su fuerza, pasión y con una conexión profunda con la audiencia más joven.

¿Quiénes hacen parte del top de mujeres en el vallenato?

 

  • Ana del Castillo: Con fuerza arrolladora y sin pedir permiso se ha posicionado como una de las favoritas entre los usuarios menores de 30 años, que no paran de repetir su hit “El Diciembre de Mi Vida” (1,2M de streams), aunque su canción más escuchada en la plataforma es “Ay Ay Ay”, que ya suma 2,3 millones de reproducciones. En el último año, ha acumulado más de 6,7 millones de streams y cada cinco segundos alguien en Colombia le da play a una canción de Ana en Spotify, literalmente.
  • Adriana Lucía: Un ícono pop-vallenato, del porro y de la cumbia, que acumula casi 5 millones de streams en el último año en Spotify a nivel global y que conecta como ninguna con la audiencia femenina, la que más la escucha en la plataforma. Dos de sus temas, “Olvidarte Es Imposible (Te Amaría)” y “Enamórate Como Yo”, están en el top 10 de canciones vallenatas hechas por mujeres más escuchadas en el país, siendo superada solo porPatricia Teherán. Además, sus canciones aparecen en más de 730 mil playlist, es como si todos los habitantes de Cúcuta tuvieran a Adriana Lucía en una playlist.
  • Karen Lizarazo: Auténtica, moderna y con el sentimiento a flor de piel es una de las voces que está llamando la atención de los más jóvenes: el 28 % de su audiencia en Spotify tiene menos de 28 años y no dejan de escuchar su tema “El Cora Me Duele” (1,2 millones de streams) en colaboración con Luis Alfonso, que se suma a su top de hits encabezado por  “Ganas Locas” (1,8 millones de streams) y “Amor De Papel” (1,4 millones de streams). En promedio, se escuchan 5 canciones de Karen Lizarazo por minuto en Colombia… Eso es casi cuatro veces más que la tasa de nacimientos en el país, que es de 1.3 por minuto.
  • Natalia Curvelo: La más joven y la revelación del listado, es la que tiene una mayor proporción de oyentes Gen Z, (el 36% es menor de 28 años). “El Pirata + Derrotado en el Dolor (Live)” es su hit entre los jóvenes. Curiosamente, es la única del top cuya audiencia es mayoritariamente masculina (52%) y ha sido incluida en más de 42 mil playlists, lo que equivaldría a casi llenar el estadio Atanasio Girardot de Medellín.

Una leyenda incomparable

Lo que logró Patricia Teherán hace más de tres décadas, desafiando los estereotipos de su época y coronándose como la gran voz femenina del vallenato, fue un hito que marcó al género. Hoy, su legado no solo se escucha en cada acorde de “Tarde lo conocí” (71 millones de streams) sino que vive en millones de oyentes que, generación tras generación, siguen subiéndole a sus canciones.

Es la reina indiscutible y los datos dejan claro que sigue más vigente que nunca: en Spotify sus canciones suenan 70 veces por minuto en Colombia, un promedio comparable con los latidos del corazón de una persona en reposo. Además, más de 6,2 millones de usuarios que la descubrieron por primera vez este añoy su voz hace parte de más de 1,2 millones de playlists.

Patricia Teherán no solo abrió el camino: lo sigue iluminando. Su legado ha inspirado a nuevas generaciones, incluso a artistas como KAROL G, quien le rindió homenaje en su más reciente álbum ‘Tropicoqueta’, con la canción “No Puedo Vivir Sin Él”. Hoy Patricia continúa siendo un referente para la nueva ola de mujeres en un género que todavía tiene mucho espacio para talentos que marquen la historia. Y en Spotify, esas historias —desde las pioneras hasta las nuevas voces— encuentran un escenario para ser escuchadas, celebradas y compartidas con el mundo.

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ONU Mujeres llama a renovar el compromiso global con la igualdad de género

Al cumplir 15 años desde su creación, ONU Mujeres conmemora importantes avances en la promoción de los derechos de las mujeres y niñas en todo el mundo. Sin embargo, en este aniversario también resuena una fuerte advertencia: la lucha por la igualdad de género está enfrentando retrocesos alarmantes. Una reciente encuesta global, realizada en marzo de 2025, reveló que la preocupación por la falta de progreso en esta materia aumentó un 60 %. Además, datos de más de 150 informes gubernamentales indican que casi uno de cada cuatro países ha registrado un retroceso en los derechos de las mujeres.

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La violencia de género, la brecha digital y el impacto desproporcionado de los conflictos armados sobre mujeres y niñas son solo algunas de las crisis actuales que amenazan con revertir décadas de avances. Más de 600 millones de mujeres viven actualmente cerca de zonas en conflicto, mientras que cada diez minutos una mujer o niña muere a manos de su pareja o un familiar. Frente a estas cifras, ONU Mujeres advierte que el progreso conseguido no puede darse por sentado y hace un llamado urgente a actuar con valentía.

En el marco de los 30 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, y los 25 años de la Resolución 1325 sobre Mujeres, Paz y Seguridad, la agencia presentó una hoja de ruta con 15 acciones prioritarias. Estas van desde eliminar los marcos legales discriminatorios, erradicar la pobreza femenina y garantizar la paridad educativa, hasta cerrar la brecha salarial y digital de género. Todas las medidas buscan acelerar el cumplimiento de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Uno de los desafíos clave identificados por la organización es la falta de inversión con enfoque de género: solo el 4 % de la ayuda oficial al desarrollo fue destinada a programas con este objetivo en 2021-2022. ONU Mujeres insiste en que aumentar esta financiación es crucial para proteger los avances logrados y transformar las estructuras que perpetúan la desigualdad.

Con 4.000 millones de mujeres y niñas aún esperando igualdad real, ONU Mujeres reafirma su compromiso de impulsar un liderazgo global que no solo reconozca los derechos de las mujeres, sino que garantice su cumplimiento efectivo. El mensaje es claro: sin igualdad de género, no hay desarrollo sostenible posible.

Llamado urgente por una menstruación digna en el Día Mundial de la Higiene Menstrual

En el marco del Día Mundial de la Higiene Menstrual, la compañía global Essity, líder en higiene y salud, ha presentado un panorama alarmante sobre la situación de la menstruación digna, una problemática que continúa siendo silenciada por barreras sociales, económicas y culturales en Colombia y en el mundo.

Según datos de UNICEF, alrededor de 1.800 millones de personas menstrúan a nivel global, pero cerca de 500 millones enfrentan dificultades para acceder a productos de higiene menstrual, instalaciones sanitarias seguras y educación adecuada sobre su ciclo. Esta realidad representa una grave vulneración de derechos fundamentales y evidencia las profundas brechas que persisten en torno a la salud menstrual.

 

Un informe reciente de Essity sobre Higiene y Salud (2023–2024) expone cifras preocupantes: en países como Estados Unidos, el 64 % de las personas menstruantes ha tenido dificultades para adquirir productos debido al estigma, los altos costos o la desinformación. En India, el 23 % de las niñas abandona la escuela por no contar con espacios adecuados para gestionar su menstruación. A nivel mundial, 367 millones de estudiantes son afectados por infraestructuras escolares inadecuadas, lo que incide directamente en su salud, autoestima y permanencia educativa.

En Colombia, la situación también es crítica. Según el DANE, el 15,1 % de las mujeres ha reportado dificultades económicas para acceder a productos menstruales, con cifras alarmantes en Sincelejo (33,7 %), Ibagué (24,5 %) y Cúcuta (22,7 %). El impacto es mayor entre mujeres jóvenes, con bajo nivel educativo y pertenecientes a estratos socioeconómicos bajos.

Una investigación de la consultora Caja reveló que el 94 % de las mujeres de estratos bajos ha carecido de recursos para adquirir toallas higiénicas. El 92 % ha recurrido a sustitutos peligrosos como trapos, papel higiénico o fragmentos de ropa, exponiéndose a infecciones. Además, el 84 % ha sufrido accidentes al salir de casa con la menstruación, y el 75 % ha sentido vergüenza al pedir una toalla prestada.

El desconocimiento es otra barrera significativa. Solo el 55 % de los colombianos afirma estar bien informado sobre la menstruación, según el DANE. Este silencio social perpetúa estigmas, limita el diálogo en los hogares y obstaculiza la implementación de políticas públicas eficaces.

Essity destaca cinco retos urgentes para garantizar una menstruación digna:

  1. Acceso limitado a productos y servicios: millones carecen de artículos de higiene menstrual, agua potable e instalaciones adecuadas.
  2. Estigma y desinformación: los tabúes y mitos afectan el bienestar físico y emocional de las personas menstruantes.
  3. Impacto educativo: muchas adolescentes faltan a clases o abandonan la escuela por falta de condiciones dignas.
  4. Consecuencias en salud y economía: el uso de materiales inadecuados puede causar infecciones, ansiedad y deterioro en la calidad de vida.
  5. Brechas en políticas públicas: la ausencia de programas pedagógicos sostenidos y enfoques interseccionales impide un abordaje integral del problema.

Este 28 de mayo, la conmemoración del Día Mundial de la Higiene Menstrual invita a romper el silencio, erradicar los estigmas y garantizar el derecho de todas las personas a vivir su menstruación con dignidad, seguridad y respeto.

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En el Día Internacional de la Salud Femenina, queremos hablar sobre la importancia del cuidado integral, la prevención oportuna y el acceso equitativo a servicios de salud de calidad para todas las mujeres en Colombia. Promover la salud femenina no se limita a tratar enfermedades: significa fomentar el autocuidado, detectar de forma temprana condiciones que afectan la calidad de vida y brindar herramientas que permitan a niñas, adolescentes y mujeres adultas vivir cada etapa con plenitud y autonomía.

Principales condiciones que afectan la salud femenina en Colombia

 

Aunque se han logrado avances, es fundamental seguir visibilizando y atendiendo algunas de las enfermedades más frecuentes entre las mujeres colombianas, entre la cuales están:

Cáncer de cuello uterino y de mama: siguen siendo los tipos de cáncer más comunes en mujeres. Según el Instituto Nacional de Cancerología, cada año se registran más de 15.500 nuevos casos de cáncer de mama y más de 27.000 casos prevalentes de cáncer de cuello uterino. El acceso a citologías, mamografías y diagnósticos oportunos sigue siendo la mejor herramienta para reducir estos indicadores.

Trastornos hormonales y ginecológicos: condiciones como el síndrome de ovario poliquístico, la endometriosis o los trastornos del suelo pélvico afectan significativamente la vida diaria de muchas mujeres, pero pueden ser manejadas con atención temprana y acompañamiento médico.

Salud mental: las mujeres presentan mayores tasas de ansiedad y depresión, influenciadas por múltiples factores sociales, familiares y económicos. Reconocer y atender la salud emocional debe ser parte integral de cualquier estrategia de cuidado.

“Cuando fortalecemos la prevención y mejoramos el acceso a servicios de salud, no solo evitamos complicaciones médicas, sino que contribuimos a que las mujeres se sientan acompañadas, informadas y protegidas”, afirma Javier Correa, gerente de la Unidad de Negocio Atención Primaria de Zentria.

Salud menstrual: bienestar que empieza desde la adolescencia

La salud menstrual es una parte fundamental del bienestar femenino. Desde la niñez y la adolescencia, comprender el ciclo menstrual, identificar signos de alerta y contar con acceso a productos de higiene son acciones esenciales para un desarrollo pleno.

Estudios recientes muestran que 1 de cada 4 niñas y adolescentes en Colombia no tiene acceso regular a productos menstruales adecuados, lo que puede derivar en ausentismo escolar y molestias de salud. Además, según el DANE, el 15,1 % de las mujeres ha enfrentado dificultades económicas para adquirirlos.

Consciente de esta realidad, Zentria ha integrado la salud menstrual como un componente clave en sus programas de atención primaria y promoción del autocuidado. Algunas de sus estrategias incluyen:

Educación menstrual en entornos escolares y comunitarios, para romper mitos, normalizar la conversación y enseñar sobre el ciclo y sus cuidados.

Consejería individual en salud sexual y reproductiva, que permite acompañar a mujeres con alteraciones menstruales, dolor severo o síntomas persistentes.

Detección temprana de trastornos menstruales, relacionados con condiciones como la endometriosis o el síndrome de ovario poliquístico.

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