Durante la administración Trump, seamos ruiseñores
LRQA, respaldada por Goldman Sachs, adquiere RESET Carbon, una empresa de gestión de carbono en la cadena de suministro
Crecimiento estratégico: Esta es la tercera adquisición de LRQA en tres meses, lo que fortalece sus capacidades en aseguramiento ESG y gestión de riesgos.
Enfoque en gestión de carbono: La adquisición responde a la creciente demanda de soluciones para la gestión de carbono en la cadena de suministro, en un contexto de mayor presión regulatoria e inversora.
Expansión global: La experiencia de RESET Carbon se ampliará más allá de Asia, aprovechando el alcance global de LRQA.
LRQA ha adquirido RESET Carbon, una firma líder en gestión de carbono corporativo y en la cadena de suministro, lo que refuerza su compromiso con el aseguramiento ESG, la sostenibilidad y la gestión de riesgos (ESG NEWS, enero 29, 2025).
Esta adquisición fortalece la capacidad de LRQA para ayudar a sus clientes a adaptarse a la evolución de las regulaciones ESG, especialmente en lo que respecta a la gestión de carbono en la cadena de suministro. Esto es clave para cumplir con los requisitos de reporte de emisiones de Scope 3, los objetivos voluntarios como los de SBTi y las futuras normativas que afectarán a industrias clave.
Según declaraciones del liderazgo de LRQA:
“Estamos encantados de dar la bienvenida a RESET Carbon a LRQA y a su solución única de gestión del carbono en la cadena de suministro. Juntos, ofreceremos una garantía ESG potente y basada en datos para clientes corporativos globales y cadenas de suministro.»
“Aprovechando la experiencia y el alcance mundial de LRQA, la asociación perfeccionará y ampliará nuestra exclusiva ‘solución de gestión del carbono en la cadena de suministro’ más allá de Asia, ofreciendo mejores conocimientos y capacidades de entrega a mayor escala, lo cual es esencial para el éxito.”
Sin embargo, lo realmente relevante de esta acción no es la adquisición en sí misma, sino lo que demuestra sobre el mercado. Esta transacción resalta que existen empresas que siguen apostando por la sostenibilidad y los principios ESG como un medio para cumplir con sus metas, gestionar riesgos, asegurar sus operaciones, así como, responder a las demandas del mercado y de sus clientes.
Esto también pone de manifiesto que actores clave del mercado, como Goldman Sachs, siguen creyendo en la sostenibilidad como un motor de crecimiento para las empresas. Esta postura contrasta con el discurso de la actual administración de Estados Unidos, que presenta los criterios ESG y la sostenibilidad como restricciones que impiden el crecimiento empresarial —de hecho, ha sido durante sus dos mandatos cuando se retiró al país de los Acuerdos de París.
Este fenómeno demuestra que la teoría accionista de Milton Friedman (1970) sigue vigente, en la que se priorizan las ganancias de los inversionistas. En este caso, si los inversionistas, los consumidores y otros actores del mercado (al menos una parte significativa de ellos) están a favor de la sostenibilidad, esta no desaparecerá, como espera el presidente republicano.
En la actualidad, los inversionistas enfrentan incertidumbre sobre la trayectoria de los fondos centrados en ESG en los próximos cuatro años. Según la Universidad de Michigan, aunque estos fondos han crecido a nivel internacional, alcanzando más de 40 billones de dólares en activos bajo gestión, las políticas federales de Estados Unidos podrían ralentizar su crecimiento en el país. No obstante, las tendencias internacionales y la demanda de los consumidores por inversiones sostenibles podrían continuar impulsando el crecimiento de ESG, incluso en un entorno regulatorio menos favorable.
A pesar de todo, las corporaciones deben equilibrar la presión de los cambios regulatorios con las expectativas de los consumidores, como ya lo han hecho en el pasado. Por ejemplo, muchas empresas aumentaron voluntariamente la divulgación de información sobre sostenibilidad durante la primera presidencia de Trump para atraer a inversores interesados en ESG, a pesar de la disminución de los mandatos federales. Amazon, por ejemplo, amplió sus informes de sostenibilidad durante ese período, demostrando la influencia de los consumidores y del mercado (The Guardian, 2016). Un fenómeno similar podría ocurrir durante una segunda presidencia de Trump, con empresas buscando alinearse tanto con las políticas gubernamentales como con las prioridades de sus grupos de interés. Por ejemplo:
Standard Chartered espera generar cerca de $1.000 millones en ingresos en 2025 a partir de servicios diseñados para ayudar a sus clientes a alcanzar sus objetivos de sostenibilidad (Reuters)
NextEra Energy reitera sus expectativas financieras a largo plazo, incluyendo planes para añadir cerca de 5.4 GW de nuevas instalaciones solares y alrededor de 3.4 GW de almacenamiento en baterías entre 2026 y 2029.
Igualmente, según el US SIF (Sustainable Investment Forum), el 50% de los inversores orientados a ESG en el largo plazo, incluidos los gestores de activos, fondos y propietarios que emplean estrategias de financiamiento sostenible, afirmaron que planean mantener su nivel actual de actividad ESG en 2025. Mientras tanto, el 29% planea aumentarlo moderadamente y el 10% planea una expansión significativa.
Lo anterior muestra que, a pesar de las declaraciones grandilocuentes de la administración actual de Estados Unidos, el apoyo general que recibe su mandato y lo alineadas que parecen estar las empresas con su discurso, existe una porción significativa de la economía que sigue apostando por la sostenibilidad y los principios ESG.
Es en esa porción del mercado es donde los expertos en estos temas deben apoyarse para seguir demostrando que estos temas son tanto económicos como medioambientales, sin formar parte del discurso «woke», desmarcándose de unos de los chivos expiatorios Trumpistas, sino que puede ser un vehículo de crecimiento económico, así como de preservación del planeta. Ahí está la clave para mantener estos temas vigentes durante los próximos 4 años.
La paciencia, de alguna manera, es la clave para comprender cómo el tiempo puede cambiarlo todo. Matar a un ruiseñor de Harper Lee.