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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Miguel Uribe Turbay

Unión Europea rechaza el asesinato de Miguel Uribe Turbay y pide abandonar la polarización

La Unión Europa ha expresado este martes sus condolencias por la muerte del senador y precandidato presidencial colombiano Miguel Uribe, tras el atentado del que fue víctima el pasado 7 de junio durante un acto de campaña a las afueras de Bogotá, al tiempo que ha pedido rendición de cuentas por este asesinato y que los actores políticos en Colombia rechacen la polarización política.

«La UE expresa su más sentido pésame y solidaridad a la familia y seres queridos del senador Miguel Uribe Turbay y al pueblo de Colombia», ha indicado el Servicio de Acción Exterior de la UE en un comunicado.

 

En el mismo, subraya que las autoridades colombianas deben seguir con el trabajo para identificar y llevar a la justicia a los responsables del atentando del pasado mes de junio, así como reforzar la seguridad de todos los candidatos y figuras públicas de cara a las elecciones previstas para 2026.

«Hacemos un llamamiento a que todos los actores políticos y públicos del país rechacen la polarización política y el discurso de odio», ha indicado la diplomacia europea, al tiempo que reitera su compromiso con la paz y la lucha contra el crimen organizado en Colombia.

Uribe fue tiroteado el pasado 7 de junio en la localidad de Fontibón, en Bogotá, durante un acto de campaña. Entonces salió gravemente herido tras sufrir dos disparos en la cabeza y uno en la pierna, y se encontraba hospitalizado desde entonces.

La Fiscalía confirmó que al menos diez personas estuvieron involucradas en la preparación y ejecución del atentado. Varias personas fueron detenidas por el caso, entre ellas el presunto autor intelectual del asesinato, Elder José Arteaga Hernández, alias ‘El Costeño’, y el adolescente de 15 años que perpetró los disparos.

Reflexiones tras la partida de Miguel Uribe Turbay

Polvo eres y en polvo te convertirás.”

Esa frase, tan antigua como la humanidad, encierra una verdad implacable: un día podemos ser luces que iluminan escenarios, voces que retumban en plazas y recintos de poder; y al siguiente, solo queda el silencio, el vacío… la nada.

 

La noticia de la muerte de Miguel Uribe Turbay me deja una sensación densa y difícil de describir. Es la misma que me golpea cada vez que un viejo amigo, un rostro conocido o un adversario político se va para siempre. Mis padres me enseñaron que, cuando alguien muere, su alma va al cielo si en vida fue buena persona. Prefiero imaginar que todos los que he conocido y han partido se transforman en estrellas fugaces: su cuerpo vuelve a la tierra, su luz viaja hacia el cielo.

En un país donde la política se ha vuelto sinónimo de confrontación, donde el odio y el señalamiento parecen tener más audiencia que la bondad, la muerte debería recordarnos que todo es efímero. Ojalá que de nuestros discursos públicos desterremos la rabia, el deseo de fracaso ajeno y el anhelo de guerra. Ojalá podamos comprometernos, no solo a prometer un mejor país, sino a construirlo, empezando por nuestra manera de ser. Hoy, tristemente, hasta “ser buena persona” parece haberse convertido en un atributo político.

Miguel deja a su hijo Alejandro Uribe Tarazona, de apenas cuatro años, huérfano de padre, tal como él quedó huérfano de madre a la misma edad. La historia parece repetirse con una crueldad innecesaria. Ojalá Alejandro crezca rodeado de amor, protegido del odio y del rencor. Que sus sueños se parezcan a la solidaridad de su bisabuela y a la disciplina de su padre.

Quizá, dentro de veinte años, Alejandro siga el camino político de su familia: concejal de Bogotá, senador, alcalde… dicen que eso se lleva en la sangre. Pero más allá del linaje, deseo que crezca con un amor genuino por Colombia, con la convicción de combatir la corrupción, reducir la inequidad y defender los derechos que deberían ser universales. Que entienda que los privilegios en los que nació no son concesiones, sino derechos que deben alcanzar todos y todas.

Miguel Uribe Turbay deja una huella legislativa que va más allá de las trincheras políticas. Entre sus iniciativas, impulsó:

  • La formación de programadores y la ampliación de la oferta laboral en tecnología.
  • La reducción de la tarifa general del IVA para aliviar la carga de los hogares.
  • La disminución del IVA en tiquetes aéreos hasta 2025.
  • Medidas para la sostenibilidad del sistema de salud.
  • Garantizar la vacunación gratuita del personal médico.
  • Prevención, protección y sanción del acoso sexual digital.
  • Protección a líderes sociales y defensores de derechos humanos.
  • Declarar la educación como servicio público esencial.
  • Honores al expresidente Rafael Núñez.

Y sí, también fue un opositor férreo e intransigente al presidente Gustavo Petro. Ojalá, en algún momento, hubiese cedido espacio al diálogo.

Hoy, más allá de las diferencias ideológicas, queda la lección de que la política debe servir para construir, no para destruir. Que las disputas electorales no se lleven por delante nuestra humanidad. Que la muerte nos recuerde que, al final, todos somos polvo… y lo único que queda es el impacto de nuestras acciones.

Miguel, adiós. Ahora nos ves desde el espacio sideral vuela alto.

Marcela Clavijo

El Miguel Uribe que yo conocí

Corrían los primeros meses del año 2019 y me encontré en el aeropuerto con Miguel Uribe, quien para la época, arrancaba campaña para la Alcaldía de Bogotá. Cálido y sencillo, se acercó a saludar, éramos varios, todos hacíamos parte del reciente gobierno de Iván Duque, y sin ninguna duda u objeción, tomé la decisión de votar por él a la Alcaldía.

Como todos sabemos, en esa campaña Miguel fue derrotado. Entonces en la primera crisis ministerial, un run – run se inició a escuchar sobre la posibilidad de que el protagonista de esta historia, llegara al gobierno como ministro del Interior. Fue una gran decepción para mí, que eso no se hubiera dado.

 

En Miguel Uribe reconocí desde el principio, ese don especial por lo público; aunque no era cercano a él, siempre me dio esa impresión, por que veía en las entrevistas que le hacían como secretario de gobierno de Bogotá, la intensión y la determinación de comerse el mundo; una característica propia de aquellos que hacen todo lo posible por aportar, por poner su grano de arena en la construcción de un sueño; en este caso, ese sueño es llamado Colombia.

De su paso por la secretaría de gobierno me impresionó lo seguro que se mostraba en las entrevistas sobre cada decisión que tomaba. A pesar de su juventud, Miguel era esa figura que inspiraba a muchos decir, yo quiero ser como él. En su determinación se podía apreciar sin duda alguna, la mezcla entre el conocimiento y la capacidad para desarrollarlo o ponerlo en práctica, esa condición me llevó a admirarlo y a empezar a reconocerlo como una figura que descollaría.

Fueron por estas razones que cuando iniciaron con los corrillos sobre su llegada al gobierno, me alegré mucho, debido a que siempre he sido un convencido que personas con su talento y visión son las que este país necesita para sacar a delante las metas propuestas; y ahora que lo pienso mejor, también me doy cuenta que en el fondo, quizás mi interés era porque se me asemejaba al presidente para el que en esa época trabajaba, ambos hacían parte de esa sangre nueva que siempre refrescan la política.

Volví a ver a Miguel en el lanzamiento de un libro en un reconocido colegio de Bogotá mucho tiempo después, era casi que el inicio del gobierno Petro y Miguel ya era senador, al verlo en el lugar me le acerqué, por esas fechas ya había sido depositada en mi la idea de escribir sobre el pacífico, así que le comenté la idea que tenía y lo mucho que me gustaría aportarle a su campaña con mis ideas de desarrollo económico para esa zona del país.

Él se mostró interesado, intercambiamos teléfonos y desde allí iniciamos a hablar sobre los temas de campaña y del pacífico. En una de esas charlas, a mediados del 2024, me dijo que estaba interesado en que yo entrara en su equipo programático, yo acepté con entusiasmo y esperé impacientemente la llamada, la cual, se demoró bastante en llegar; cuando llegó, yo estaba en el exterior, hablando del pacífico colombiano en varios escenarios académicos y empresariales. Recuerdo su llamada: Jefferson buenos días, ya vamos arrancar en forma con la campaña.

Ayudé por un tiempo a su equipo programático y con frecuencia le enviaba información sobre temas que me parecían de relevancia, él amablemente contestaba mis mensajes con amabilidad, haciéndome comentarios que denotaban su interés en los temas. La semana del atentado hablamos por última vez, me envío un mensaje de voz en donde se disculpaba por no poder asistir al lanzamiento de mi libro, debido al evento que tenía con Asobancaria en Cartagena. Pero en el mismo mensaje manifestaba su interés en que a su regreso nos reuniéramos para hablar del tema.

Hoy Miguel esta muerto, y parece mentira que en un país como este, cosas como esto ocurran; las balas de los asesinos alcanzaron la humanidad de Miguel un sábado finalizando la tarde, y dos meses con algunos días después, me desperté con la noticia de su muerte; le cercenaron a un hijo el derecho de crecer con su padre, le negaron la posibilidad a su esposa de disfrutar de su marido, arrancaron de raíz la posibilidad que tres niñas pudieran ver madurar sus vidas guiadas por aquel a quien llamaban papá.

En qué clase de país vivimos? Muchos dirán que es la voluntad de Dios, yo dudo mucho que así sea; no porque El permita que pase, quiere decir que es su voluntad, mas bien este luto que nos impone la desfachatez, es el resultado de nuestra misma decadencia como sociedad, una sociedad que sigue empeñada en caminar los senderos de esta vida sin comprender las palabras de aquel que murió en la cruz.  

Jefferson Mena Sánchez

Magnicidio: 64 días de Miguel Uribe Turbay

Colombia despertó en la madrugada del 11 de agosto de 2025 con una estremecedora noticia, tras 64 días de luchar por su vida, falleció el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, víctima de un atentado con arma de fuego perpetrado en la localidad de Fontibón de Bogotá. Lo primero que tenemos que decir es que estamos ante un magnicidio que impacta el clima político y la seguridad democrática nacional con graves repercusiones institucionales y electorales que acrecientan la violencia política que afecta la estabilidad del Estado y la confianza ciudadana. Aunque el “magnicidio” no existe como tipo penal autónomo en Colombia, la doctrina especializada lo reconoce como la eliminación violenta de una figura de alta relevancia política y proyección nacional, lo que fue conocido como parte de nuestra historia pero que nos atreveríamos a decir que la generación de Miguel Uribe nunca creyó que lo viviríamos en pleno siglo XXI.

Dichos magnicidios en Colombia han marcado profundamente la historia política y la estabilidad institucional del país, reflejando una violencia sistemática contra figuras de alta relevancia nacional. Para recordar nuestra reciente historia, que por muchos ha sido olvidada, se encuentran: Álvaro Gómez Hurtado (1995), líder conservador y excandidato presidencial, cuyo crimen fue declarado de lesa humanidad; Carlos Pizarro Leongómez (1990), candidato del M-19 asesinado en un avión semanas después de firmar la paz; Bernardo Jaramillo Ossa (1990), candidato de la Unión Patriótica, muerto en plena campaña; Luis Carlos Galán (1989), precandidato presidencial favorito en las encuestas; Jaime Pardo Leal (1987), candidato presidencial de la UP, víctima del exterminio contra ese movimiento; Jorge Eliécer Gaitán (1948), caudillo liberal cuya muerte provocó el “Bogotazo”; Rafael Uribe Uribe (1914), líder liberal asesinado cerca del Capitolio, y Miguel Uribe Turbay (2025), senador y precandidato presidencial, asesinado tras un atentado en precampaña. Todos estos crímenes, cometidos contra dirigentes con gran proyección política, constituyen ataques directos a la democracia y han dejado secuelas profundas en la confianza ciudadana y en la institucionalidad.

 

No sabemos si lo peor está rio arriba de la justicia, que históricamente ha estado dando vueltas sobre su propio eje, y en el caso actual aún está tratando de esclarecer quien fue el autor intelectual, como el perro que persigue su cola,  pero la fiscalía solo apunta a su simplista hipótesis  basada en la intelectualidad a cargo de las disidencia guerrillera de la 2da. Marquetalia, que no es más que una salida facilista para cerrar un caso grave de magnicidio con exuberantes proporciones políticas de cara a las próximas justas electorales. Para nadie es un secreto que los actuales grupos narco-guerrilleros ya no son actores políticos ideológicos sino unas bandolas prepago de mercenarios que alguien contrata para cometer cientos de asesinatos en todo el territorio patrio. Esto tienen una doble implicación: por un lado, se incurrirá en impunidad por falta de justicia y, por otro lado, lo que es peor, entraremos a definir la gobernabilidad del país con posibles autores intelectuales en la ultraderecha y en la ultraizquierda que polariza el país y obligará a repetir el destino de las pasadas elecciones con las nefastas consecuencias que dividen el alma nacional.

Así las cosas, el país está en cocción de un caldo de cultivo que se sancocha con la descomposición del orden público en cada región del país, bajo el control absoluto de las diferentes bandas criminales narco-guerrilleras que ejercen terror mediante paros armados que descuartizan el territorio patrio, especialmente en: Chocó, Cauca, Vichada, Catatumbo, las fronteras internacionales con Venezuela, Perú, Panamá y Ecuador que están al garete, sin estrategia ofensiva y con desmoralización de la fuerza pública al máximo. Es decir, la Paz Total hecha agua, con consecuencias político-electorales que se hacen sentir ya, en cualquier rincón de Colombia donde es inminente el desencadenamiento de atentados criminales contra cualquier dirigente político que liderará los procesos electorales que se avecinan.

Este horrendo asesinato reconfigura el mapa de centro-derecha bajo la órbita de la victimización, impactando alianzas y reorganizaciones políticas con represarías en la ultraizquierda. La agenda pública ahora debe incluir reformas urgentes a la justicia penal juvenil, inteligencia policial y control de discursos de odio. Todo esto en un contexto en el que sólo acuerdos de no agresión, observación electoral robusta y una investigación transparente evitarán que el país vuelva a una espiral de polarización extrema. Desafortunadamente los paños de agua tibia gobiernista se centran en asuntos de poca envergadura como el cuestionamiento sobre el contrato de software electoral de la registraduría, o los imprevisibles ajustes a los esquemas de protección de la UNP, o limitar todos los actos masivos de campaña entre candidatos y electores en detrimento del derecho a la participación y equidad.

El lapso de 64 días entre el atentado y la muerte de Miguel Uribe Turbay simboliza un período de tensa espera que marca la antesala electoral en Colombia. Entre la esperanza y la incertidumbre, el país presencia cómo este hecho reabrió las heridas de la violencia política del siglo XX evocando magnicidios históricos que su momento alteraron el rumbo institucional. Este tiempo de transición emocional y político transforma el duelo individual en un desafío colectivo de país, poniendo a prueba la solidez democrática y la capacidad del Estado para asegurar elecciones pacíficas y legítimas sin retornar al nefasto pasado de violencia sin tregua.

Por: Luis Fernando Ulloa

Fiscalía eleva a Magnicidio el asesinato de Miguel Uribe Turbay

La Fiscalía General de la Nación, elevó al rango de Magnicidio el asesinato del senador Miguel Uribe Turbay.

El congresista murió luego de ser víctima de cuatro disparos por parte de un menor de edad en la localidad de Fontibón de Bogotá.

 

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El Magnicidio se presenta cuando un alto dignatario muere en forma violenta producto de un tema ideológico y político y la intención de provocar una crisis política o eliminar un adversario o contrario, que considera un obstáculo para llevar a cabo sus planes.

De esta manera el crimen del senador Uribe Turbay no tendría prescripción y la Fiscalía deberá poner todo su aparato al servicio del esclarecimiento y el Estado deberá cumplir con la debida reparación a sus familiares.

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Velación de Miguel Uribe Turbay se hará en cámara ardiente en el Capitolio Nacional

El cuerpo del senador Miguel Uribe Turbay quien falleció en horas de la madrugada del 11 de agosto, luego de luchar por su vida durante dos meses, será velado en cámara ardiente en las instalaciones del Capitolio Nacional.

El presidente del Congreso de la República Lidio García confirmó que el espacio estará disponible desde hoy lunes 11 de agosto a partir de las 4 de la tarde donde llegarán familiares y amigos del senador Uribe Turbay para darle el último adios.

 

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Las exequias tendrán lugar el próximo miércoles 13 de agosto a las 12 del medio día en la Catedral Primada de Colombia y serán oficiadas por el Cardenal Primado de Colombia, Luis José Rueda Aparicio,

Llamado de la ONU a Colombia a garantizar elecciones pacíficas

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha instado este lunes a las autoridades colombianas a tomar «todas las medidas necesarias» para garantizar unas elecciones pacíficas y la seguridad de los aspirantes, después de que el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe haya fallecido dos meses después de haber sido víctima de un atentado.

Guterres, que ha lamentado «profundamente» su fallecimiento y ha expresado sus condolencias a la familia de Uribe Turbay y al pueblo colombiano, ha reiterado su llamamiento a que el atentado perpetrado contra el senador el 7 de junio «sea plenamente investigado y que los responsables rindan cuentas ante la justicia», reza un comunicado del portavoz del jefe de la ONU, Stéphane Dujarric.

 

Por su parte, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha expresado su «conmoción y tristeza» por la muerte del precandidato presidencial y ha exigido que los próximos comicios se celebren «en un clima libre de violencia, permitiendo una participación segura e inclusiva», según ha indicado su oficina en su perfil de la red social X.

Uribe ha fallecido en la madrugada de este lunes a los 39 años días después de que empeorara su salud por una hemorragia en el sistema nervioso central. El atentado se produjo el 7 de junio durante un acto de campaña en la localidad de Fontibón, a las afueras de Bogotá, la capital colombiana, cuando recibió dos disparos en la cabeza y uno en la pierna.

La Fiscalía de Colombia confirmó que al menos diez personas estuvieron involucradas en la preparación y ejecución del atentado. Varias personas fueron detenidas por el caso, entre ellas el presunto autor intelectual del intento de asesinato, Elder José Arteaga Hernández, alias ‘El Costeño’, y el adolescente de 15 años que perpetró los disparos.

¿Por qué lo mataron?

A Miguel Uribe lo mataron. Eso es un hecho. Lo que no sabemos —y debemos exigir saber— son los motivos.

¿Lo mataron porque no podían derrotarlo en las urnas?

 

¿Lo mataron porque incomodaba a actores que, en nombre de la paz, negocian privilegios y borran delitos del pasado?

¿Lo mataron porque su liderazgo crecía y podía cambiar el rumbo del país?

¿Por qué lo mataron?

   •   Porque no estaba dispuesto a callar ante el pacto de la Picota.

   •   Porque denunciaba sin miedo las reformas que, según él, ponían en riesgo la salud y las pensiones de los colombianos

   •   Porque proponía una Colombia segura, donde el ciudadano honesto pudiera vivir sin miedo.

   •   Porque defendía la libre empresa y la inversión extranjera como motores del progreso.

   •   Porque creía en fortalecer la Fuerza Pública, no en debilitarla.

   •   Porque exigía respeto a la ley, sin excepciones para bandidos “arrepentidos”.

   •   Porque se oponía a que el narcotráfico dictara la política de paz del país.

   •   Porque rechazaba que la corrupción se escondiera bajo discursos de cambio.

   •   Porque defendía la propiedad privada.

   •   Porque no aceptaba que la economía se manejara a punta de ideología y no de cifras reales.

   •   Porque no tenía miedo de defender las tesis de Álvaro Uribe.

   •   Porque era coherente, consecuente y no cambiaba de principios según el viento político.

   •   Porque tenía la preparación académica y la experiencia administrativa para gobernar.

   •   Porque no tenía manchas de corrupción, y eso incomoda a quienes viven de ella.

   •   Porque su liderazgo crecía y las encuestas empezaban a mostrarlo como el opositor más fuerte de cara al 2026.

   •   Porque podía ganar… y había quienes no querían arriesgarse a competir en igualdad de condiciones.

Bajar el tono es una cosa; renunciar al derecho de saber la verdad es otra muy distinta.

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Colombia tiene derecho a conocer quién y por qué ordenó este magnicidio. Si no lo exigimos, los bandidos seguirán dictando la agenda política del país, decidiendo con plomo quién puede aspirar y quién no.

Porque de eso se trata: de garantizar que en 2026 haya un candidato de oposición con opción real de ganar… y que no tenga que pagar con su vida por el atrevimiento de querer servir a su país.

Ricardo Ferro

Murió el senador Miguel Uribe Turbay

El senador y precandidato presidencial del Centro Democrático, Miguel Uribe Turbay, falleció en horas de la madrugada del lunes 11 de agosto mientras daba la lucha por su vida luego de sufrir un atentado en Bogotá durante un acto de su campaña política.

Uribe Turbay recibió dos disparos en su cabeza, y otro dos más en el resto de su cuerpo el pasado sábado 7 de junio en horas de la tarde. El intento de asesinato vino de manos de un adolescente sicario.

 

Miguel Uribe Turbay es hijo de Diana Turbay y Miguel Uribe Londoño. Es egresado de la Universidad de los Andes en donde estudió Derecho.

Su carrera política la inicia en el Partido Liberal donde logra una curul en el Concejo de Bogotá en el año 2011, y ejerce la oposición a la Alcaldía de Gustavo Petro. Cuando Enrique Peñalosa es elegido alcalde de la capital del país lo escoge para que sea su secretario de Gobierno.

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Renuncia a la Secretaría de Gobierno para aspirar a la Alcaldía de Bogotá, ocupando el cuarto lugar en votación. Su carrera política no termina ahí porque desde ese momento comienza a preparar su ascenso al Senado de la República con el aval del Partido Centro Democrático.

Como senador de la república ejerce una fuerte oposición al gobierno de Gustavo Petro y se proyecta para ser uno de los posibles aspirantes a la Presidencia de la República por el uribismo.

Miguel Uribe Turbay pertenece a la familia del expresidente Julio Cesar Turbay Ayala; nieto de doña Nidia Quintero de Balcazar. Esposo de María Claudia Tarazona con quien tiene un hijo de 4 años.

¡Uribe inocente, Miguel presidente!

Este 7 de agosto, Colombia fue testigo de algo que los enemigos de la verdad no querían ver: plazas llenas, calles repletas, banderas ondeando y un pueblo que no se dejó intimidar por la mentira ni el sesgo judicial. Desde Medellín hasta Bogotá, desde Bucaramanga hasta Montería, miles y miles de colombianos salieron a respaldar a quien consideran su gran líder: Álvaro Uribe Vélez.

En medio de pancartas, camisetas y banderas, un mensaje se repetía con orgullo: “Soy doblemente uribista”. Una frase acompañada por la imagen de Álvaro Uribe y de Miguel Uribe, que resume la convicción de millones: defender el legado y preparar el futuro. Esto no solo fue una protesta, fue una demostración de fuerza ciudadana, de memoria y de proyección.

 

Mientras algunos en la política y en ciertos estrados judiciales celebran fallos injustos, el pueblo respondió con lo que nunca se puede manipular: presencia, unión y voz en las calles. Los intentos por destruir la honra de Álvaro Uribe no han hecho más que fortalecer un sentimiento colectivo que trasciende generaciones. Y en ese relevo, Miguel se consolida como una figura que representa liderazgo y renovación para un proyecto político que sigue más vivo que nunca.

El mensaje quedó claro: el 7 de agosto de 2026, el Centro Democrático volverá a llenar la Plaza de Bolívar. Pero no será solo para celebrar un aniversario, sino para marcar un nuevo capítulo en la historia: el regreso a la Casa de Nariño. Un presidente que recoja la experiencia, la visión y la firmeza de Uribe, y que la proyecte hacia el futuro con la energía y la determinación de Miguel.

No es casualidad que las marchas hayan sido multitudinarias en tantas ciudades al mismo tiempo. No fue improvisado, fue un reflejo de un sentimiento profundo que lleva años gestándose: la convicción que la Colombia segura, emprendedora y libre que se empezó a construir hace dos décadas, debe continuar. Y eso implica dos cosas: defender al presidente Uribe de las embestidas injustas, y respaldar a Miguel como el hombre que puede llevar ese legado al próximo gobierno y al que Colombia aún espera.

Porque aquí no se trata de apellidos, se trata de visión de país. Se trata de saber que mientras la izquierda se desgasta en dividir, este proyecto político une, convoca y moviliza. Se trata de reconocer que la gallardía no está en condenar sin pruebas, sino en dar la cara, como siempre lo ha hecho Uribe y su familia. Se trata de construir un puente entre quien recuperó la esperanza del país y quien puede liderarlo el 2026.

El país ya habló en las calles: Uribe inocente, Miguel presidente.

Andrés Barrios Bernal

Salud de Miguel Uribe entra en estado crítico y pronóstico reservado

Un nuevo parte médico de la Fundación Santa Fe indica que el estado de salud del senador del Centro Democrático se complicó muchísimo más.

«El señor Miguel Uribe Turbay ha requerido reiniciar su bloqueo neuromuscular y sedación profunda para contribuir a su evolución», dice el parte médico.

 

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El persona médico que atiende al congresista reitera la condición crítica de Uribe Turbay. El pronóstico es reservado.

Estado de salud de Miguel Uribe Turbay vuelve a ser crítica

La Fundación Santa Fe emitió un nuevo parte médico informando sobre el estado de salud del senador del Centro Democrático, Miguel Uribe Turbay.

De acuerdo con el comunicado, la salud de Uribe Turbay presentó un deterioro, regresando a «condición crítica» debido a una hemorragia en el sistema nervioso central, en las últimas 48 horas.

 

El personal médico de la Fundación Santa Fe que atiende al senador se vio obligado a realizar procedimientos neuroquirúrgicos de urgencia, logrando estabilizarlo de nuevo. El congresista quedo en monitoreo permanente de carácter reservado.

El otro crimen por el que alias ‘El Costeño’ tendrá que responder

La Fiscalía General de la Nación presentó ante un juez de control de garantías a Elder José Arteaga Hernández, alias El Costeño, como presunto responsable de participar en el crimen de un ciudadano mexicano ocurrido el 30 de junio de 2024 en Medellín (Antioquia).

La víctima, un comerciante de productos tecnológicos de 54 años, fue atacada con arma de fuego cuando se encontraba en un establecimiento comercial del barrio El Poblado. Según el dictamen del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, el hombre recibió ocho heridas que le ocasionaron la muerte.

 

Alias El Costeño habría participado en la coordinación del homicidio del ciudadano extranjero en compañía de otras personas.

Las labores investigativas evidenciaron que un día antes de los hechos Arteaga Hernández se habría desplazado desde Bogotá a la capital antioqueña para coordinar las acciones previas al crimen.

En ese sentido, un fiscal de la Seccional Medellín imputó al procesado los delitos de homicidio agravado y fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones. Los cargos no fueron aceptados.

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Arteaga Hernández se encuentra judicializado por su posible participación en el atentado contra el senador y precandidato presidencial, Miguel Uribe Turbay, perpetrado el pasado 7 de junio en la localidad de Engativá en Bogotá.

Responsabilizan al Estado por el atentado a Miguel Uribe Turbay

Un juez ha señalado al Estado como responsable por omisión en el atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe ocurrido hace un mes en Bogotá, por el que permanece en estado grave a causa de los disparos que recibió, según su abogado.

«En la audiencia del día de ayer (…), un juez determinó que hay responsabilidad por omisión por parte del Estado colombiano, es decir, la Unidad Nacional de Protección (UNP) de este Gobierno», ha asegurado el abogado Víctor Mosquera en un vídeo difundido en la red social X tras la vista en la que se ordenó cárcel para Elder José Arteaga Hernández, alias ‘El Costeño’, acusado de organizar el ataque.

 

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El magistrado ha considerado que a Uribe «no le dieron la protección adecuada y hubo mezquindad de parte de esa entidad respecto a su seguridad», lo que, según el letrado, «evidencia» los planteamientos del equipo legal del senador, según los cuales «hubo omisiones de protección a un líder de la oposición que venía haciendo un ejercicio impecable y que requería mínimos de seguridad para seguir ejerciendo sus derechos políticos».

Mosquera ha agradecido a la Fiscalía, la Policía Nacional y las agencias de inteligencia su labor en la captura de los cinco presuntos autores materiales, pero ha afirmado que «no son suficientes».

«Es importante que el país conozca la verdad y se esclarezcan estos hechos y se den con los responsables», ha alegado, expresando que el equipo legal de Uribe seguirá trabajando «para que las autoridades den con los máximos responsables, es decir, con los autores intelectuales o determinadores y los instigadores».

El autor intelectual acusado, Arteaga, hace frente a cargos por tentativa de homicidio, porte ilegal de armas y uso de menores para la comisión de delitos, a raíz de haberse puesto en contacto con el joven de 15 años que disparó contra el precandidato y con los detenidos Katerine Andrea Martínez, alias ‘Gabriela’, la mujer que le entregó al joven la pistola Glock con la que se cometió el crimen, y Carlos Eduardo Mora, el conductor del vehículo que reconocería el lugar donde se cometería el hecho y garantizaría la huida de los implicados.

Aun así, se espera que haya más implicados en el ataque, puesto que el Gobierno de Colombia ha ofrecido una recompensa de hasta 3.000 millones de pesos (unos 636.800 euros) a cambio de información que permita identificar y capturar a los responsables del intento de homicidio de Miguel Uribe que continúan en libertad.

En honor a Miguel Uribe Turbay

A Miguel lo conocí, hace unos 18 años, en una fiesta de graduación universitaria de un amigo araucano y musico de los buenos, Pedro Manosalva, con quien había compartido escenarios de la etapa como líder estudiantil, Pedro del Rosario, yo de la Libre y fue un evento propio de nuestra época, mucho tropipop, joropo y vallenato.

Aquel joven nieto de expresidente me sorprendió sobre manera, era muy cachaco, pero sabia letra menuda de vallenato, mayor fue mi sorpresa al verlo tocar Alicia Adorada en un acordeón, hasta ese día yo pensaba que los cachacos no tocaban acordeón, mucho menos los hijos de las familias presidenciales de Bogotá.

 

No coincidiamosen las corrientes liberales en las que nos sentíamos representar, él, más Draconiano y yo mucho más Gólgota, pero me impactaba su visión de la realidad social y política del liberalismo y de la política en general, tenía claro en aquellas épocas lo que iba a hacer, lo que se venía y vivimos luego en Bogotá y ahora en la nación, me asombraron sus predicciones, siempre me parecieron exageradas, hoy al pensar que está en una cama luchando por su vida con una bala incrustada en su cráneo, me parece que se quedaron cortas.

Recuerdo esas tertulias y parrandas, siempre terminábamos discutiendo entre Gaitán y Gabriel Turbay, entre López Pumarejo y su abuelo Turbay, coincidíamos eso sí en burlarnos que los de izquierda, ahora eran Gaitanistas, pero en época de Gaitán, decían que era fascista y votaban por Gabriel Turbay, que ahora, también eran dizque Bolivarianos, a pesar de que Marx se despachó en agravios contra el pobre Libertador.

Tiempo después lo volví a encontrar, tomamos el típico café donde compartimos aspiraciones, él iría al concejo de la capital y yo al Edilato de La Candelaria, en su rebeldía no quería recibir apoyos de políticos tradicionales en uno de los partidos más tradicionales de Colombia, yo tampoco acepté tal tipo de coaliciones, ambos aspiramos por el partido Liberal, ambos, de manera independiente, terminamos ocupando una curul en ese periodo de 2011-2015, apoyamos a la alcaldía a David luna, pero el Gobierno fue el de Petro y quien dijo miedo, conocimos lo que era hacer oposición, lo que era organizar debates.

Ahí conocí al Miguel Uribe Turbay, el disciplinado, el que preparaba los debates, el que raudo y por mérito fue elegido presidente del Concejo, quizás es uno o el más joven en serlo, conocí al político que todo el mundo esperaría que fuera el típico niño rico arrogante, pero no, se equivocaron, fue un hombre sencillo, de posturas vehementes, firmes, pero a la vez consciente de su papel y responsabilidad.

Recuerdo su buen trato con gente opuesta a él y lo que representaba, pero su altivez sustentada a la hora del debate me alegraba, recuerdo sus buenas calificaciones en Bogotá Como Vamosde la época, por su puntualidad, proposiciones y control político a Petro, duro y sin rodeos.

Su paso por la Secretaría de Gobierno, en el periodo Peñalosa fue de gran alegría, no solo para él, sino para muchos liberales que habíamos visto en él junto a otra camada de lideres, que nuestros esfuerzos serían posibles, renovar el liberalismo aun cuando tuviéramos posturas distantes desde el punto de vista ideológico.

Su apoyo a mi gestión en La Candelaria fue decisivo en la consecución de la sufrida Casa del Zipa o “Casa del Indio”, como jocosamente la llamaba, se la jugó por el tema de la protección del patrimonio, de la FUGA y sus programas de apoyo a la cultura, los parqueaderos y la recolección de basuras en el centro de la ciudad, por buscarle claridad a la facultad de control político que deben hacer ediles y edilesas de la ciudad.

Hicimos foros en la Universidad Libre a la que concurríamos precisamente para buscar y apoyar la modificación al DL1421 de 1993, que promovía otra joven y lujosa figura de la camada, el Dr. José Daniel López, quien finalmente logró dicha modificación en el congreso.

En la libre tomaba un tiempo para compartir con nosotros y con el doctor Julio Roberto Galindo Hoyos, Q.E.P.D., a quien lo bautizaba por esos días con gran carcajada como el “único turbayista que quedaba”, pero terminó convirtiendo a más de uno en “Turbayistas Nueva Generación” como yo con recelos, pero sonrisas afectuosas los llamaba.

De aquellas jornadas nos quedó una de las pocas fotos que tengo con Julio Roberto y una de las muchas que tengo con ese joven líder con quien en un acto de madurez y amistad política resolvimos dejar que los ríos fluyeran, él en su campaña a la alcaldía recibía el respaldo del Centro Democrático, yo como vicepresidente del Directorio Liberal me negaba a que apareciera el logo del trapo rojo al lado del logo azulito del partido del Ex presidente Uribe y mucho menos el votarle, él solo se reía con aquella risa del amigo cómplice de la picardía, en dicha campaña acompañé a Galán por coherencia ideológica.

De esa etapa, jamás olvidaré su cierre de gestión de la secretaria de Gobierno, hubo un gran concierto en la plaza de Bolívar, cantaba ChoquibTown, a Peñalosa lo chiflaron, pero a él lo aplaudieron, estaba feliz porque la ciudad reconocía su trabajo y así se lo ratificaron en las urnas, me dijo; “si ve, vamos bien”, lo abracé y nos tomaron una foto, la cual hoy puse en altar por lo significativa, porque así quiero que él se vuelva a ver, feliz.

Terminada la campaña, volvieron las charlas, uno que otro café, Miguel ya se fue en definitiva al Centro Democrático y al congreso. Los ríos fluyeron, por ello en honor a este líder, estas letras, en honor a decirle a quien pueda leer estas líneas, que el Miguel Uribe Turbay que conozco, es un hombre que entiende que puede haber diferencias ideológicas sin atacar al ser, sin irrespetar.

Todo lo contrario, ese Miguel, elevaba más su calidad humana, ese que yo conozco, sí, era opositor a la izquierda, sí, tenía una visión de la libertad y del orden diferente al gobierno actual, pero cuando tuvo poder no persiguió, ni estigmatizó, de eso muchos damos fe.

Ese político es un ser humano, con alegrías y penas, como cualquier hombre quería y tenía el derecho a representar algo y no por ello debían hacerle el daño que le hicieron, además como los cobardes que son, por la espalda, no se vale hacerle eso a un ser humano, a ninguno, menos aún por el hecho de pensar diferente, porque ese Miguel Uribe Turbay que conocí, era y estoy seguro, seguirá siendo un demócrata, no de palabras, sino de hechos.

Juan Camilo Castellanos