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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Opinión

Ecopetrol y nuevamente Roa

Pareciera que no hay día en la multinacional petrolera que esté exenta de malas noticias producto de la falta de seriedad, rigor y profesionalismo desde su alta dirección empresarial. Nuevamente el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa (exgerente de la campaña presidencial de Gustavo Petro) vuelve a manchar las páginas energéticas de Colombia con otro caso de presunta corrupción, pero sabíamos que lo que mal empezó también mal terminaría. La revelación de presuntas presiones internas para favorecer a la firma Gaxi en el millonario negocio de la regasificación de gas, sumada a viejos cuestionamientos por la compra del “apartamento 901”, contratos irregulares y líos judiciales por helicópteros, pinta un cuadro de favorecimientos y conflictos de interés. Aunque Roa niega cualquier irregularidad, la sombra de la corrupción se cierne sobre la empresa más importante del país, debilitando la narrativa de transparencia que prometía el actual gobierno.

El impacto político es innegable, toda vez que este caso no solo golpea la credibilidad de Roa como alto directivo empresarial, sino que también estremece la Casa de Nariño y el propio presidente Petro, quien quedó expuesto por haber confiado la gerencia de su campaña a un personaje opaco cercado por investigaciones en la Procuraduría y el Consejo Nacional Electoral; así mismo la oposición política habla de tráfico de influencias y de una captura política de la estatal petrolera, mientras el mercado internacional mira con recelo la inestabilidad en la empresa que representa más del 12 % de los ingresos fiscales del país.

 

Y como si lo anterior fuera poco, el riesgo se amplifica en el frente externo desde que la propia Ecopetrol reportó al regulador del mercado de valores estadounidense (SEC) los procesos que comprometen a Ricardo Roa, y en dicho contexto, esta Comisión en caso de hallar indicios de soborno o lavado de activos puede remitir el expediente al Departamento de Justicia (DOJ), lo que situaría a Roa bajo una lupa mucho más preocupante. El caso Roa no ocurre en el vacío, sino en un ámbito donde Colombia y Venezuela han venido estrechando lazos de cooperación, tanto en el plano militar como en el minero-energético. Mientras Ecopetrol queda bajo la lupa judicial gringa, el gobierno Petro impulsa acuerdos estratégicos con Caracas que van desde operaciones conjuntas de seguridad en la frontera hasta proyectos para compartir infraestructura energética y explorar mecanismos de integración en hidrocarburos y gas. Esa cercanía con un país señalado por Washington a través del “Cartel de los Soles” multiplica los riesgos, porque cualquier sospecha sobre corrupción o lavado de activos en la estatal petrolera podría interpretarse como un eslabón más en una cadena de vulnerabilidades que conecta la política interna, la relación bilateral con Venezuela y la ya compleja interlocución con Estados Unidos.

Mientras tanto, en la otra cara de la moneda energética, la semana pasada se realizó el primer congreso de la energía en Neiva, al que tuve el honor de ser invitado como ponente, convocado por los tres principales actores energéticos de la Regional Sur: la electrificadora regional, la multinacional Ecopetrol y las directivas del sindicato petrolero USO, siendo una cita ineludible. Lo que más poderosamente me llamó la atención ocurrió en un espacio informal, durante el almuerzo, cuando las reflexiones espontáneas de asistentes, anfitriones y expositores dejaron al descubierto lo que muchos pensamos en voz baja, pero en que la gran mayoría coincidimos… en punto de que el sector energético necesita reactivarse con urgencia, mediante nuevos contratos, mayor ritmo en exploración y recobro, y la valentía de abordar con seriedad técnicas como el satanizado Fracking (que vale la pena ampliar en otra columna), evaluándolas en un plano estrictamente científico y no bajo el prisma del catastrofismo político-ambiental que ya empieza a teñir el debate electoral de 2026. Por supuesto, nadie niega que esa revisión técnica debe hacerse con el mayor compromiso ambiental, pero lo que no podemos permitir es que el futuro energético colombiano y su desarrollo humano territorial quede atrapado en discursos ideológicos vacíos que paralizan al sector y al país en general.

Pero realmente lo más preocupante es lo que hay en juego en materia de geopolítica energética mundial, tanto en Europa, Asia y con los vecinos venezolanos no es nada halagüeño; la demanda mundial por los recursos energéticos se va a intensificar cada día más y más por la extensión demográfica, el crecimiento exponencial de tecnologías desde la movilidad en vehículos eléctricos, el uso de redes sociales y la inteligencia artificial que revolucionó la forma en que vivimos, mientras tanto Roa parece seguir ocupado en complacer a su jefe, atrapado en un sofisma propio del siglo XIX, como si aún buscara resolver los dilemas de la revolución industrial que tanto obsesionaban al viejo marxismo: la eterna pugna entre obreros y burgueses, las huelgas en los talleres siderúrgicos, la jornada que se extendía hasta el anochecer y la demanda por horas extras. Esa mirada anacrónica contrasta con el telón de fondo de un mundo que exigirá cada vez más energía, impulsado por el crecimiento demográfico, la movilidad eléctrica, el consumo digital y la inteligencia artificial.

Colombia no puede darse el lujo de improvisar en un escenario tan complejo y este caso de corrupción que involucra a Roa no debe verse como un hecho aislado, sino como la evidencia de que la política energética del actual gobierno perdió el rumbo. La lección nos quedó clara y nos urge recuperar la dirección con madurez, combinando sostenibilidad con productividad y asegurar que la llamada transición energética justa deje de ser un simple sofisma ideológico para transformarse en un verdadero motor de desarrollo humano territorial y nacional.

Luis Fernando Ulloa

Arropemos la paz: 38 años de lucha, memoria y esperanza

La trigésima octava edición de la Semana por la Paz no fue un evento más en el calendario de la sociedad civil. Fue, sobre todo, un acto de amor colectivo, un grito de resistencia y un abrazo solidario a la esperanza.

Hoy las Organizaciones sociales, El SENA, las universidades Javeriana, El Bosque, Área Andina, RedPaz, Fe y Alegria, FiconPaz, el Consejo Nacional de Paz, la Agencia de Reincorporación y Normalización, algunas entidades del Distrito y un sinfín de colectivos se sumaron para decir, con fuerza y con arte, que la paz es un derecho, una urgencia y una tarea de todas, todos y todes.

 

Más de 350 personas llegaron al Centro de Memoria, Paz y Reconciliación: jóvenes, mujeres, personas con discapacidad, comunidades afrodescendientes, indígenas, víctimas del conflicto armado, medios alternativos y comunitarios y las mujeres firmantes de paz. Allí, donde la memoria se hace palabra y la palabra se hace acción, se abrió la jornada con un ritual de armonización de la mano de la maestra Virgelina Chara que evocó la paz en el mundo entero, en especial la paz para Palestina, la paz para Colombia, el cese al fuego y la reanudación de la mesa de negociación. La paz es contigo, conmigo, con todas, todos y todes, la paz por nuestro entorno, por nuestro camino desde la casa, el colegio, el trabajo, el barrio y el país, pero hoy más que nunca por Palestina, por los que zarparon, buen viento y buena mar. ¡Palestina libre!

El escenario se llenó de arte y dignidad: obras de teatro sobre los falsos positivos, desarrolladas por jóvenes de la ciudad de Bogotá, disfrutar de las expresiones creativas de las Reinas de la Paz —el colectivo Lgbtiq+, las mujeres trans que con orgullo proclaman su amor por la vida— y, para cerrar, el polifónico de mujeres firmantes de paz, quienes, con sus rostros reales, mostraron la fuerza de las hermanas, las amigas, las madres, las hijas y las abuelas que un día soñaron con cambiar el mundo… y que todavía lo sueñan, lo luchan por que la revolución es la vida entera.

Hubo reclamos, hubo indignación, por que la digna rabia también se hizo presente, por que también el cambio es una espera en transición, claro que hemos avanzado, y claro que la paz es el camino, demos en paso y abramos la senda de la igualdad, zanjemos la brecha de desigualdad.

Este evento no fue solo conmemoración; fue un llamado al relevo generacional. Porque la paz necesita niñas, niños y jóvenes que tomen la antorcha, que continúen la marcha, que conviertan estos 38 años de historia en muchos más. La paz no se decreta: se construye con memoria, arte, justicia y compromiso.

Hoy más que nunca, arropar la paz es una tarea urgente y colectiva. Porque la paz no es de unos pocos: es de todas, todos y todes.

Marcela Clavijo

El reto del direccionamiento de Internet: IPv6 (I)

Nuestra vida ha cambiado prácticamente en todos sus aspectos desde el acceso por parte del gran público a Internet desde 1995; a tal circunstancia se han ido incorporando prestaciones que percibimos como normales, como el uso de datos en dispositivos móviles, el Internet de las Cosas (IoT) o la propia multiplicación del número de dispositivos de computación que ha llevado al consumo de direcciones IPv4 hasta su extenuación.

Ya en 1985 la IETF comenzó con la elaboración de un nuevo estándar de direccionamiento que proporcionara una cantidad inagotable en la práctica de direcciones. Así, la regulación de IPv6 permite la existencia de más de 34 billones (2^128) de combinaciones para asignar direcciones a dispositivos con un sistema jerárquico de redes que permite, además, un rendimiento en el comportamiento de Internet muchísimo más eficaz que el antiguo direccionamiento IPv4.

 

Gobiernos e instituciones de todo el mundo han hecho esfuerzos de concienciación de la necesidad de la migración de IPv4 a IPv6 por las muchas razones y ventajas que iremos mostrando en una serie de artículos sucesivos: ya en 2008 el Gobierno Federal de los Estados Unidos de América implantó la obligación en todas sus agencias federales el nuevo direccionamiento.

Igualmente, las autoridades colombianas impulsaron en el Decreto 1078 de 2015, Decreto Único Reglamentario del Sector de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, requiriendo la adopción del protocolo IPv6, en función de lo dispuesto en el Marco de Referencia de Arquitectura Empresarial, la Estrategia de Gobierno Digital y la Subdirección de Estándares y Arquitectura de TI de la

Dirección de Gobierno Digital:

No obstante, existe una resistencia elevada en el ámbito institucional, corporativo, empresarial, universitarioy educativo con extensión a toda la sociedad de resistencia al cambio por razones que van desde la falta de explicación de un

modo sencillo de su funcionamiento, a la falta de voluntad de los OSP e ISP de proporcionar la opción IPv6 a la propia acomodación y pereza de los responsables de TI al cambio.

Además, en la gran mayoría de los casos, la implementación de IPv6 no supone ningún tipo de inversión en nuevos activos fijos capaces de comprender IPv6, dado que la inmensa mayoría de los dispositivos con capacidad de comunicación bajo TCP/IP ya soportan desde los años 2000 la configuración, incluso simultánea y cohabitante, de IPv4 e IPv6.

Piensen ustedes un momento cómo son sus hogares o sus lugares de trabajo a día de hoy: desde smartTV a electrodomésticos de todo tipo que requieren de una conexión a Internet, dispositivos de control de acceso, videoporteros, alarmas, dispositivos de interacción con el hogar, etc., han supuesto la multiplicación del número de hosts que necesitan de comunicación. Si nos fijamos en empresas e industrias el número de máquinas que requieren de instrucciones emitidas desde computadoras (tornos de control numérico, por ejemplo) son la generalidad en los sectores productivos. En el sector servicios es hoy imposible concebir, por poner un ejemplo, el envío de facturas por correo postal o el manejo de nuestro dinero fuera de las aplicaciones telemáticas de los bancos.

Así, encontramos una razón poderosa para la migración a IPv6: el espacio de direccionamiento proporcionado: un pequeño esfuerzo intelectual hoy nos evitará un colapso más o menos inminente, pero cierto en un futuro incontestablemente cercano.

Los creadores de IPv6 parece que adivinaron, ya en 1990, que la resistencia al cambio sería de enorme magnitud y para ello diseñaron mecanismos de convivencia con IPv4, tales como el dual stack, tunelización y transformación de IPv6 a IPv4 que permiten una migración tranquila de un sistema a otro con muy poco esfuerzo y con resultados visibles de mejora y eficiencia desde el primero momento.

IPv6 va mucho más allá, a pesar de ser su propiedad más conocida, de proporcionar un espacio inmenso de direccionamiento. El nuevo modelo sirvió para replantear desafíos que habían quedado sin resolver en IPv4 a la vez que afrontar nuevos retos que la normalización de las comunicaciones bajo TCP/IP había producido.

Uno de ellos, y de especial sensibilidad desde hace ya años es la seguridad en las comunicaciones y la preocupación por la ciberseguridad. La delincuencia ha encontrado en Internet una herramienta más para las operaciones criminales: las estadísticas a nivel mundial muestran cifras escalofriantes de crecimiento de actividades delictivas como el robo de información, suplantaciones de identidad, alteración manifiesta de los datos, ataques de denegación de servicio, falta de privacidad…Bien, IPv6 viene a dar respuesta a esta inquietud cierta y manifiesta mediante la implementación de modo mandatorio de IPSec como protocolo garante de la autenticación, integridad y confidencialidad de los datos de manera automatizada para el usuario, brindando a las comunicaciones en IPv6 la misma naturaleza y propiedades que nos proporcionaría una VPN.

Para finalizar esta introducción dejamos apuntados para próximas publicaciones otras propiedades de IPv6 como son el direccionamiento global y práctica ausencia de direccionamiento privado, un enrutamiento mucho más eficiente, la comunicación extremo a extremo de dispositivos sin traducciones intermedias, la disminución del tamaño de las tablas de enrutamiento y otras propiedades que iremos abordando.

Jesús Lazcano
Ingeniero en Telecomunicaciones
Director de la Corporación Overseas – Unireg
[email protected]

La FF MM se quedaron solas en el Cañón del Micay

El 12 de octubre se cumple un año del inicio de la Operación Perseo de las Fuerzas Militares[1], que busca recuperar El Plateado y el Cañón del Micay en el Cauca del control de columna Carlos Patiño de las disidencias de Iván Mordisco, del ELN, la Segunda Marquetalia y otro grupo mafioso denominado Los Pocillos; grupos armados ilegales que se disputan, con cerca de cuatro mil hombres, el control de ese territorio por las rentas del narcotráfico y la minería ilegal. A lo largo del Cañón del Micay hay cerca de 40 mil hectáreas sembradas con hoja de coca y es un corredor estratégico de producción, transporte y salida de cocaína y oro por el pacífico hacia mercados internacionales.

Durante estos casi 11 meses las Fuerzas Militares “han desplegado en este territorio 8.134 miembros de la fuerza pública, distribuidos en 226 pelotones, los cuales son apoyados con seis helicópteros del Ejército y la Fuerza Aeroespacial de Colombia, junto a 12 carros blindados[2] sin que hasta ahora se haya recuperado el control del Cañón del Micay”

 

Hoy, después del atentado en contra de la base aérea Marco Fidel Suarez en la ciudad de Cali, por parte de la disidencia de Iván Mordisco, el presidente Gustavo Petro aseguró en su cuenta de X que “esa acción ser debe a “la derrota producida a la columna Carlos Patiño con la pérdida de buena parte del cañón del Micay[3].

Sin desconocer los esfuerzos y avances que han realizado las Fuerzas Armadas, especialmente las Fuerzas Militares en ese territorio, esta aseveración del presidente de la Republica es cuestionada por un informe del Programa de televisión “Testigo Directo” que en el mes de junio de este año aseguraba que “¡Ni el ejército PUEDE entrar! El Micay, donde las disidencias cobran por retener soldados[4]

Las FF.AA. sin apoyo del resto del Estado 

El 12 de octubre de 2024 cuando se inicio la Operación Perseo el presidente Gustavo Petro en su cuenta X manifestó ““Iré al Plateado con todo el gabinete para con todos los habitantes del Micay trazar el plan de inversiones inmediato.[5]” Esta promesa no la cumplió y solo algunos de sus ministros estuvieron en el Plateado el 13 de octubre y allí Laura Sarabia presentó al menos 41 proyectos de inversión social que serían financiados por el Fondo Colombia en la Paz en el departamento y manifestó a través de X “venimos con toda la oferta institucional de los fondos de paz. La instrucción del presidente es una transformación integral del territorio, donde las Fuerzas Militares han hecho un trabajo excepcional, pero se necesita una oferta social para lograr una transformación real[1].

Ese mismo día el presidente escribió en su cuenta de X “Agradezco el trabajo de las Fuerzas Militares y la Policía por facilitar la visita de seis ministros y varios directores de entidades a El Plateado, en Argelia – Cauca. El Gobierno hace presencia para llevar salud, educación, conectividad y servicios básicos[2].

Después de casi un año el general Federico Mejía, comandante de la Tercera División del Ejército Nacional llamó la atención sobre las limitaciones del Estado para consolidar su presencia en este territorio, donde “si bien las tropas han logrado avances, la oferta institucional de desarrollo no llega con la misma contundencia[3].

Según el General Mejía “hace falta una acción unificada del Estado, que llegue a la misma velocidad con la que lo hace el Ejército. Hoy eso no pasa. El acompañamiento de otras instituciones no ha sido constante ni suficiente. Hemos contado con apoyos puntuales, como el del Ministerio TIC, que donó más de mil computadores para fortalecer la educación. También han llegado algunos programas de sustitución de cultivos, aunque tímidos”.

“Nos hemos quedado cortos en proyectos clave como arreglo de vías, construcción de acueductos, y en atender necesidades básicas insatisfechas. Los campesinos necesitan opciones reales para vivir con dignidad: seguridad alimentaria, infraestructura, presencia institucional sostenida…. sin una presencia estatal efectiva y sostenida, la fuerza pública seguirá enfrentando sola una guerra cada vez más tecnológica y fragmentada”.

Ademas de esta información suministrada por el General Mejía, el Ministerio de Salud el 12 febrero de 2025 instaló en El Plateado un hospital de campaña suministrado por la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), el cual fue atacado con drones cargados con explosivos por disidencias de las FARC el 17 de febrero y en mayo de 2025 informó en la cuenta de Facebook de Minsalud que había adjudicado un contrato para la construcción de un hospital en El Plateado, Cauca, por $21.484 millones, obra que se inicio el 13 de mayo de 2025[4].

Como se puede ver, las Fuerzas Armadas se quedaron solas con el objetivo de recuperar el Cañón del Micay, la intención de realizar una intervención integral y interinstitucional para transformar ese territorio del Departamento del Cauca quedo en el papel, los 41 proyectos de desarrollo hasta ahora no han aparecido, situación que se repite en el Catatumbo y muchas otras regiones donde el Presidente ha prometido acabar con la ausencia del Estado y promover el desarrollo de esas regiones.

Como bien lo plantea el General Mejía, retomar los territorios hoy controlados por los distintos grupos armados mafiosos no solo es responsabilidad de las Fuerzas Armadas, se requiere la participación de todo el Estado, de la Fiscalía General de la Nación que brilla por su ausencia en esos territorios, de los distintos ministerios, de las instituciones de desarrollo social y de la participación de los alcaldes y gobernadores, que este gobierno no los ha tenido en cuenta como se debiera.

Para lograr la recuperación integral del Cañón del Micay, del Catatumbo y otros territorios del país, contralados por los grupos armados mafiosos que se disputan de manera violenta las rentas criminales del narcotráfico y la minería ilegal, se requiere del liderazgo de un presidente que convoque a todas las instituciones de seguridad, justicia y desarrollo social nacionales y locales para trabajar en equipo de manera permanente, que prometa, se comprometa y cumpla y eso, parece, no va a ser posible en lo que resta del actual gobierno y las Fuerzas Armadas seguirán en esos territorios haciendo lo que pueden sin el apoyo integral del Estado.    


[1] INFOBAE Gustavo Petro se pronunció tras segundo día de la Operación Perseo: “Un paso más para transformar el Cauca” https://www.infobae.com/colombia/2024/10/14/gustavo-petro-se-pronuncio-tras-segundo-dia-de-la-operacion-perseo-en-el-cauca-un-paso-mas-para-transformar-el-cauca/

[2] Mensaje del Presidente en su cuenta X, 13 de octubre de 2024.  https://x.com/petrogustavo/status/1845631356224581933

[3] El Tiempo. 23 de julio de 2023. Así se libra la guerra en el Cauca: autoridades alertan expansión de la estructura Carlos Patiño y crecen los ataques con drones explosivos. https://www.eltiempo.com/justicia/conflicto-y-narcotrafico/asi-se-libra-la-guerra-en-el-cauca-autoridades-alertan-expansion-de-la-estructura-carlos-patino-y-crecen-los-ataques-con-drones-explosivos-3474889

[4] El Tiempo. Arranca obra del hospital de ESE Suroccidente en El Plateado, Cauca; polémico hospital de campaña no fue trasladado. https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/llega-la-esperanza-a-el-plateado-cauca-se-inicio-la-construccion-del-hospital-3453194


[1] Comando General de las Fuerzas Militares. Fuerzas Militares lanzan Operación Perseo para recuperar El Plateado – Cauca. https://www.cgfm.mil.co/es/multimedia/noticias/fuerzas-militares-lanzan-operacion-perseo-para-recuperar-el-plateado-cauca#:~:text=Las%20Fuerzas%20Militares%20de%20Colombia%20han%20iniciado%20la%20Operaci%C3%B3n%20Perseo,seguridad%20integral%20de%20sus%20habitantes.

[2] El Tiempo. Estas son las cifras que deja la ‘Operación Perseo’ en El Plateado, a cinco meses de su implementación. https://www.eltiempo.com/justicia/conflicto-y-narcotrafico/estas-son-las-cifras-que-deja-la-operacion-perseo-en-el-plateado-a-cinco-meses-de-su-implementacion-3436182

[3] Mensaje del presidente en su cuenta X 21 de agosto de 2025 https://x.com/petrogustavo/status/1958635985182343501

[4] Testigo Directo, 24 de junio de 2025. https://www.youtube.com/watch?v=Jb8pQczH9Ik

[5] Mensaje del Presidente en su cuenta X, 12 de octubre de 2024. https://x.com/petrogustavo/status/1845224820776083832

Hugo Acero

El cambio es el orden

¿Vivimos realmente en medio un patrón constante de inestabilidad? De ser así, ¿Colombia es una nación altamente inestable, medianamente inestable, o apenas inestable? Por lo general se relaciona la estabilidad con el grado de violencia, a mayor conflictividad interna mayor inestabilidad, pero Malcolm Deas afirmaba en su ensayo Intercambios Violentos “Colombia ha sido a veces un país violento”, lo cual es cierto, el relato de la violencia constante, indiscriminada y endémica es una argumentación en favor de la justificación de la violencia extremista y el terrorismo y dicho relato a contribuido más a la inestabilidad que la violencia misma. Esto ha promovido la seguridad al rango de causa política, pero la seguridad no es una causa, es una política pública, un servicio que contractualmente el estado se ha comprometido a prestar. Es verdad que la seguridad es un valor fundante pero el orden y la estabilidad, preceden a la seguridad. No hay desorden porque haya inseguridad, hay inseguridad porque hay desorden.

El desorden en política es producto de la perdida de legitimidad. El caos de la República de Weimar, o del Gobierno Provisional en Rusia, produjo el escenario perfecto para el advenimiento de los totalitarismo modernos, en estos casos lo realmente relevante es revisar por qué esas republicas perdieron su legitimidad y se hundieron absolutamente con toda sus instituciones. Este es un tema extenso y complejo, pero en principio se trató de que no fueron capaces de reemplazar la legitimidad centenaria y profunda con la que contaban las casas reales destituidas al final de la primera guerra mundial. Es decir, que la política creó una situación de inestabilidad constante y creciente que se transformó en violencia civil que terminó destruyendo el tejido social y la democracia.

 

En Colombia es igual. La inestabilidad proviene de la política. Más exactamente de los políticos. La desaparición del sistema partidario convertido en grupos de intereses especiales que compiten por rentas del estado y la captura de recursos de la sociedad, ha expulsado la verdad de la vida publica e instalado el desorden institucional al operar constantemente en un escenario opaco, confuso presentado por medio de una narrativa política en la que nadie cree. Esta lenta y constante destrucción de las instituciones ha generado una percepción generalizada de caos y desorden que un primer momento ha producido la captura del poder por parte de un grupo político extremista conformado por piratas y lunáticos que han profundizado, deliberadamente, el desorden y llevado al sistema a un grado de inestabilidad sin precedentes.

La perdida de legitimidad es el resultado de la ruptura de la historia compartida mediante las representaciones del contrato social, no tiene nada que ver sobre si se cumplen las leyes, o no y este relato compartido se perdió en Colombia con el abrupto proceso de criminalización de la sociedad que supuso el acuerdo con FARC durante el gobierno de Santos. La paz no puede terminar en un tribunal porque el juicio es de los vencedores. Así, para derrotar el mal hicieron necesario juzgar al bien y como la democracia es un hecho intrínsecamente moral los ciudadanos quedaron atrapados en un sistema que los obliga permanentemente a demostrar su inocencia, cuando esta debería estar garantizada. Además, el fetiche supremo de la soberanía popular que es el plebiscito dejó de ser una opción creíble para los ciudadanos porque desde el poder lo invalidaron en función de la impunidad del terrorismo. Entonces, un sistema que niega mi buena fe, mi inocencia, que me juzga y además ignora mi voto, no es un sistema legítimo y solo queda hacia adelante el acatamiento por la fuerza, que fue lo que llegó, violencia callejera, alianzas criminales, saqueo y anomia.

En política, la fatalidad no existe. No necesariamente este desorden general tiene que conducir a la represión y la dictadura, pero es imperativo entender que es necesario recuperar el orden, no simplemente el orden público, sino el orden político y social, es necesario crear un nuevo relato común y una nueva legitimidad. No se trata de restauración, sino de cambio y el desafío trata precisamente de que ahora el cambio es el orden.

Jaime Arango

¿Siete años por asesinar? La justicia para menores debe replantearse ya

Macondo se caracterizaba porque allí sucedía lo inconcebible, y eso, es justamente lo que pasa en Colombia; el país donde lo macondiano se entrelaza con la realidad.

La reciente condena de solo siete años para el asesino de Miguel Uribe Turbay no solo es una bofetada a su memoria y a su familia: es también una radiografía alarmante del colapso moral y jurídico del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes en Colombia, que, en mi opinión, debe replantearse de inmediato, de lo contrario, se seguirán utilizando menores para cometer estos delitos.

 

¿Cómo es posible que un crimen atroz, un magnicidio, cometido con plena intención, reciba una pena tan baja, mientras otros ciudadanos enfrentan castigos mucho más severos por hechos que ni siquiera han sido probados con solidez?

El caso del presidente Álvaro Uribe Vélez, un colombiano probo que ha entregado lo mejor de sí a este país, hoy podría verse enfrentado a una pena más severa que la de este menor, que con sus acciones arrancó el árbol fresco del jardín de la democracia.

¿Cómo explicar que, para nuestro sistema de justicia, matar a un ser humano resulte menos grave y por ende reprochable que la pena impuesta al presidente Uribe en primera instancia de un proceso cuestionado por la falta de pruebas? La justicia está enviando el peor mensaje posible: que la vida vale poco y que la ley se aplica con criterios ideológicos y políticos, no con objetividad.

El magnicidio de Miguel Uribe Turbay fue un acto violento y deliberado, que exige una respuesta proporcional, ejemplarizante y justa. En cambio, lo que hemos visto es una condena simbólica, que parece más una invitación a la impunidad que un verdadero acto de justicia. Además, el país y el mundo, esperan conocer quién dio la orden de asesinar a Miguel. 

Nota relacionada: Privan de libertad por siete años al menor que asesinó a Miguel Uribe Turbay

Es urgente replantear el sistema de responsabilidad penal para menores en Colombia. No puede ser que, por el solo hecho de no haber cumplido 18 años, una persona que mata, con plena conciencia e intención a otra, sea beneficiaria de privilegios. La edad no puede seguir siendo un escudo ante delitos atroces. Si un joven tiene la capacidad de decidir ejecutar un homicidio, también debe tenerla para asumir las consecuencias de sus actos y enfrentar el peso de la ley.

Por eso, aplaudo la decisión de congresistas del Centro Democrático y de diferentes toldas políticas, de unirse para liderar proyectos de ley que permitan juzgar a adolescentes que cometen este tipo de crímenes, como mayores de edad.

La condena impuesta a este joven produce rabia, vergüenza y al mismo tiempo dolor, pues él destruyó de la forma más cobarde a una familia. La pena que obtuvo y que deberá pagar en un centro de atención especializada es un incentivo a que los grupos criminales continúen utilizando menores de edad para perpetrar crímenes.

Este no es un llamado al castigo por castigo. Es una exigencia de coherencia y respeto por las víctimas, pues la justicia está protegiendo al victimario mientras abandona a las familias. Sin duda, se trata de una justicia fallida.

En Colombia no podemos seguir permitiendo mensajes errados como los del presidente Gustavo Petro, quien con su fracasada “Paz Total”, constantemente privilegia a quienes han cometido delitos. Así lo hizo con el asesino de Miguel tan solo unos días después del atentado cuando dijo que “si no cuidamos los niños de la patria no tendremos patria”. 

Por Miguel Uribe Turbay y por todos los colombianos que creen en la ley como un pilar de la democracia, levantamos la voz. No más impunidad, no más doble moral judicial. Colombia necesita una justicia firme, coherente y verdaderamente justa, es por eso que en el 2026 los electores deben decidir correctamente al acudir a las urnas.

Andrés Barrios Bernal

Arropamos la vida con dignidad y esperanza

Inicia el mes de septiembre, periodo que la sociedad colombiana ha asumido como el Mes de la Paz, y en cuyo marco se realiza del 7 al 14 la Semana por la Paz número 38. Durante este periodo, comunidades, organizaciones sociales, instituciones educativas, iglesias, colectivos culturales y ciudadanía en general se unirán en actividades de reflexión, movilización, arte, pedagogía y memoria. El 9 de septiembre, Día Nacional de los Derechos Humanos, será uno de los momentos más significativos de esta conmemoración, recordándonos que la paz y los derechos son inseparables. El lema de este año, “Arropamos la vida con dignidad y esperanza”, encarna el compromiso permanente con la defensa de la vida, la verdad y la reconciliación.

Esta jornada nos recuerda que la paz es un proceso cultural que debe transformar las relaciones sociales, políticas y económicas. Esto incluye avanzar hacia una cultura de paz que reconozca la dignidad del otro, la justicia social, la necesidad de erradicar todas las formas de discriminación y garantizar la equidad. Es también cultivar el respeto por la diferencia y la capacidad de tramitar los conflictos a través del diálogo y no de la violencia. En este sentido, septiembre se convierte en un mes pedagógico, donde se renuevan compromisos individuales y colectivos para sostener un horizonte de convivencia y reconciliación. La Semana por la Paz es testimonio de la fuerza de la ciudadanía, que ha sabido unir voces diversas para defender la vida y abrir caminos hacia la reconciliación.

 

La desigualdad social, la concentración de la tierra, la exclusión política, el racismo, la corrupción, la captura institucional por intereses privados y el abandono histórico de las comunidades en vastos territorios siguen siendo heridas abiertas que dificultan la reconciliación. La Semana por la Paz es también un recordatorio de que los acuerdos de paz deben acompañarse de transformaciones profundas en la economía, en la justicia y en la vida política del país. Sin enfrentar estas raíces, la violencia encontrará siempre nuevos caminos para reproducirse.

El contexto actual nos muestra la urgencia de un llamado claro y contundente a los actores armados para  desescalar el conflicto armado en todos los territorios. La persistencia de hostilidades, ataques indiscriminados y actos de violencia que afectan principalmente a las comunidades vulnerables exige una respuesta inmediata. Los actores armados, legales e ilegales, deben acatar las reglas del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y garantizar la protección de la población civil, que nunca debe ser tratada como blanco de guerra.

En el marco de este Mes de la Paz, la ciudadanía exige a los partidos políticos y a los candidatos al Congreso y a la Presidencia una actitud coherente con el momento histórico. Se necesita con urgencia elevar el nivel de la deliberación pública, dejando atrás el lenguaje de odio, la descalificación y la mentira. El debate político debe sustentarse en argumentos sólidos, propuestas viables y respeto mutuo. La sociedad de la paz no acepta que las campañas electorales sean escenarios de polarización destructiva; por el contrario, exige que el fortalecimiento de la paz sea el eje central de las propuestas y del comportamiento político.

En este entorno, se hace evidente la urgente necesidad de avanzar hacia un Acuerdo Nacional que convoque a todos los sectores sociales y políticos del país. Este acuerdo debe retomar el espíritu de la Constitución Política de 1991, que consagró a Colombia como un Estado Social de Derecho, es decir, un país en el que la dignidad humana, la justicia social, la igualdad y la participación democrática sean la base del pacto colectivo. Retomar ese mandato constitucional supone garantizar derechos, ampliar las libertades y transformar las estructuras que han perpetuado la violencia y la exclusión.

Hoy, más que nunca, Colombia necesita unidad en la diversidad, un proyecto común que coloque la vida por encima de la muerte, la cooperación sobre la confrontación y la solidaridad sobre la indiferencia. La reconciliación no significa olvidar, sino construir sobre la verdad y el reconocimiento del dolor, es reavivar la confianza en la vida compartida y abrir caminos para las nuevas generaciones.

El lema de este año, debe convertirse en guía de acción encaminada a proteger la vida, cuidar la dignidad de las personas y mantener viva la esperanza de un país que, a pesar de sus heridas, no renuncia al sueño de la paz. La Semana por la Paz, el Mes de la Paz y el Día Nacional de los Derechos Humanos son, en definitiva, un llamado a no desfallecer en la construcción de un futuro en el que la justicia, la reconciliación, la convivencia y el Estado Social de Derecho prevalezcan.

Luis Emil Sanabria D.

Empezamos con los aviones, ahora Colombia debe renovar su flota de submarinos

Colombia ya tomó una decisión estratégica en el aire: renovar su poder aéreo con los Saab Gripen para reemplazar los Kfir. Es un paso correcto que ordena capacidades, compromete transferencia tecnológica y actualiza doctrinas. Ahora toca el turno del mar. Si en el cielo trazamos una ruta, bajo el agua necesitamos otra: renovar la flota de submarinos de la Armada Nacional con una visión de país, no de coyuntura. Así como hicimos con los aviones, el Estado debe dar el siguiente paso con un documento CONPES que fije la política, las metas y, sobre todo, los recursos plurianuales para garantizar continuidad más allá de un periodo de gobierno.

¿Por qué ahora? Porque nuestra seguridad —y nuestra economía— se juega cada vez más en el azul. Colombia ejerce jurisdicción sobre 928.660 km² de mar y casi 3.000 km de costa; somos un país bioceánico que debe proteger corredores de comercio, ecosistemas estratégicos, cables submarinos y, al mismo tiempo, enfrentar redes del crimen transnacional. La sofisticación de los “narcosubmarinos”, incluidos los no tripulados con control remoto y enlaces satelitales, obliga a mejorar nuestras capacidades de vigilancia, interdicción y disuasión. No es ciencia ficción: este año la Armada reportó la incautación de varios semisumergibles y la intercepción del primer narco submarino teledirigido en aguas colombianas.

 

La ventaja es que no partimos de cero. Tenemos industria: COTECMAR, el astillero nacional que ha construido OPV, buques de desembarco, patrulleras y plataformas fluviales para Colombia y terceros países, y que ha ejecutado mantenimientos mayores —incluidos trabajos en nuestros submarinos— con transferencia de conocimiento. Esta base industrial es un activo institucional para cualquier programa submarino moderno, desde mantenimiento profundo (MLU) hasta eventual co-fabricación con socios. A esto se suma que la Armada cuenta con una brújula: el Plan de Desarrollo Naval 2042, que define prioridades, escalonamientos y alianzas para modernizar la fuerza. No es improvisar, es alinear industria, doctrina y presupuesto.

El contexto internacional también empuja. Mientras cerrábamos la selección del Gripen —donde se abre una ventana de cooperación industrial regional apalancada por la experiencia de Brasil—, la cúpula naval, en cabeza del Comandante de la Armada el Almirante Juan Ricardo Rozo Obregón, intensificó su diplomacia de defensa con visitas técnicas a astilleros de Corea del Sur en el marco de MADEX 2025. Ese esfuerzo de “mirar vitrinas” es útil si se traduce en decisiones de política: hoja de ruta, cronograma y plata. Un CONPES para la capacidad submarina permitiría, como ocurrió en la aviación de combate, estructurar paquetes de inversión, formación de tripulaciones y encadenamientos productivos, con metas medibles y responsabilidades claras para Defensa, Hacienda, DNP y COTECMAR.

Seamos francos sobre el punto de partida. Nuestra Fuerza de Submarinos opera dos unidades oceánicas tipo 209 (ARC Pijao y ARC Tayrona), incorporadas en los años setenta y objeto de varias modernizaciones; y dos unidades tipo 206A de menor porte, adquiridas de segunda mano a inicios de la década pasada. Esa flota ha rendido —ahí están los DESI con la US Navy—, pero su ciclo de vida no perdona. El riesgo de prolongar la decisión es doble: aumentan los costos por obsolescencia y se erosiona la disuasión.

¿Qué nos daría un CONPES submarino? Tres certezas. Primero, una política pública: definir con rigor el “para qué” (misiones), el “con qué” (plataformas, sensores, armas, MPA y helicópteros ASW complementarios) y el “cómo” (fases, cronograma, gobernanza). Segundo, un marco financiero: comprometer vigencias futuras y fuentes de financiación —incluyendo cooperación y offsets— que eviten el serrucho anual del presupuesto. Tercero, desarrollo productivo: trazar el mapa de componentes y servicios que COTECMAR y proveedores nacionales pueden asumir, realistas al inicio y crecientes en complejidad, para que cada dólar comprado afuera agregue capacidades aquí. Eso hace el CONPES: es la herramienta del Ejecutivo para convertir voluntad en política, y política en inversión sostenida.

También nos ordena en la lucha contra el crimen. Los semisumergibles de hoy viajan más lejos, cargan más y buscan evadir radares. Un sistema submarino moderno aporta vigilancia discreta, negación del área y “ojos y oídos” que alimentan a guardacostas, fragatas y aeronaves. La interdicción es, ante todo, trabajo conjunto. Pero sin el eslabón silencioso perdemos eficacia y sorpresa. En clave geopolítica, además, un país con dos océanos y rutas críticas no puede rezagarse mientras el panorama internacional muestra la necesidad de fortalecer la defensa de la soberanía.

Quienes cuestionen el costo, recuerden el precedente de la aviación de combate: el proceso del Gripen muestra que es posible negociar tecnología, entrenamiento y oportunidades industriales si hay decisión política y una arquitectura financiera clara. Es exactamente lo que un CONPES nos permitiría replicar en el dominio marítimo, con un plus: apalancar la capacidad instalada de COTECMAR y su ecosistema de proveedores para capturar mayor valor local.

El Ministerio de Defensa, el DNP y la Armada deben iniciar de inmediato la estructuración de un CONPES para la capacidad submarina, articulado al Plan de Desarrollo Naval 2042 y a la experiencia reciente con los Gripen. El crimen transnacional no espera; tampoco la obsolescencia. Si ya decidimos volar mejor, es hora de aprender la lección completa: defender nuestro país también exige ver —y disuadir— donde nadie nos ve. Ese es el próximo salto. Y debemos darlo ahora.

Alejandro Toro

¿Transición o Improvisación? El alto costo de marchitar la minería del carbón en Colombia»

La devolución de dos títulos al Estado por parte de PRODECO-GLENCOR tuvo lugar en 2021. Falló el gobierno Duque al no proceder a recibirlos y ofertarlos. Llegó este gobierno y el entonces presidente de la ANM, Álvaro Pardo, dijo que en este cuatrienio “no se van a entregar más contratos de gran minería a cielo abierto y lo vamos a cumplir » y lo han cumplido. Y después de más de tres años de este gobierno es que se les ocurre dizque activar el llamado por él como “corredor de la vida” y que con tal fin van a “revisar proyectos”. Cuales? Es la pregunta.

Cómo es bien sabido todo proyecto debe pasar por un proceso de maduración, que empieza por su identificación y priorización, luego el perfil del mismo, su estructuración, diseño y entonces será cuando se pasa a la fase de ejecución, para lo cual es indispensable la asignación de los recursos para su financiación. Todo ello se toma su tiempo, los proyectos no se pueden madurar a punta de periódicos como los aguacates. ¡Les alcanzará el tiempo o estos anuncios no pasarán de ser meros espejismos, para después decir como en la fábula de la zorra y las uvas, al no poder alcanzar un racimo de ellas, se disculparán diciendo que están verdes y amargas!

 

Con el cierre de las minas Calenturitas y La Jagua, además de su impacto en el empleo, dejando cesantes a más de 5.000 trabajadores y de privar a la Nación, al departamento del Cesar y a los municipios de importantes ingresos ($500.000 millones anuales), amén de US $5.100 millones de dólares en divisas que le dejan de ingresar al país, al dejar de extraer y exportar 15 millones de toneladas de carbón al año. 

El gobierno se vanagloria y hace alarde aduciendo que esta es la contribución de Colombia a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), causantes del Cambio climático. Pero, la realidad es otra, el mundo no deja de consumir carbón por el hecho de que Colombia deje de extraerlo y exportarlo. Eso es pensar con el deseo, pues, según la Ley de Keynes, toda demanda crea su propia oferta, así es que mientras haya quien consuma carbón habrá quien lo extraiga y lo venda y esos serán los países que compiten en el mercado de carbón con Colombia. En fin, con decisiones tan absurda como las tomadas por este gobierno, de marchitar prematuramente la industria del carbón, Colombia termina quedándose con el pecado y sin la gracia. 

Es una falacia la afirmación del presidente Gustavo Petro en el sentido que “el mercado mundial de carbón se está acabando”, que “el mercado mundial piensa lo mismo que yo, que el mundo ya no compra carbón”. A despecho de la Transición energética, hoy más que nunca el mundo está comprando y consumiendo carbón, las cifras, que no mienten, muestran que la demanda de carbón lleva 4 años batiendo su propio récord.

En efecto, en 2022, un año después del cierre de estas minas, alcanzó un récord histórico al registrar, según la Agencia internacional de energía (AIE) 8.415 millones de toneladas, para escalar hasta los 8.700 millones de toneladas en 2023 y luego hasta los 8.787 millones de toneladas en 2024 y se proyecta que para el 2028 en consumo mundial de carbón alcanzará los 9.000 millones de toneladas. ¡Definitivamente dato mata relato!

De modo que estas afirmaciones del presidente Petro, para utilizar la expresión del premio Nobel de Literatura Octavio Paz, está fuera de lugar, “a las afueras de la realidad”. Razón tenía la célebre escritora británica Virginia Wolf cuando afirmó que era más fácil matar un fantasma que matar a una realidad.

Según el ministro de Minas y Energía Edwin Palma, en línea con el pensamiento del presidente Petro y siguiendo a pie juntillas sus instrucciones plantea que “el mundo va a dejar de depender del carbón y el petróleo, debemos anticiparnos y diversificar la economía”. Pero no por madrugar amanece más temprano, no es posible llegar a la tarde sin pasar por el mediodía, diversificar la economía toma tiempo y para lograrlo se precisa contar con los recursos y hoy por hoy el carbón y el petróleo son las principales fuentes de los mismos. No se cuenta aún con fuentes alternativas.

Bien dijo John Maynard Keynes, el más célebre economista después de Adam Smith y David Ricardo, en una carta abierta al ex presidente de EEUU Franklin Délano Roosevelt en 1933 le advirtió que “apresurarse sería dañino cuando lograr la meta de largo plazo es más importante que el resultado inmediato”. Y esa “meta de largo plazo” no es otra que la Transición energética, que deberá darse de manera gradual, progresiva, inteligente y sin precipitaciones, que comprometan y pongan en riesgo la seguridad energética del país.

Amylkar Acosta

¿Qué tanto influyen las decisiones políticas en la economía nacional?

Por: MCF. José Román González, docente del programa de Administración de Empresas de la Universidad de América.

La relación entre política y economía es innegable. La actividad económica no se desarrolla en un vacío, sino en un marco institucional y político que condiciona sus posibilidades de crecimiento y estabilidad. Comprender esta interacción es esencial para diagnosticar la situación actual del país y proyectar escenarios futuros.

 

Economía y política: vasos comunicantes

Las decisiones de inversión, consumo, expansión empresarial o adquisición de bienes durables dependen, en gran medida, de la percepción de estabilidad política. En Colombia, la tasa de inversión ha descendido del 24 % al 17 % del PIB en los últimos años, reflejando cómo la incertidumbre erosiona la confianza y limita el dinamismo económico.

Un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI), titulado ¿Cómo afecta la inestabilidad política al crecimiento económico?, analizó datos de 169 países a lo largo de 44 años. Sus conclusiones son contundentes: cada cambio de gabinete reduce el crecimiento del PIB per cápita en 2,39 puntos porcentuales, debido a menor productividad, caída en la inversión física y retrocesos en la inversión en capital humano.

Venezuela es un ejemplo extremo. Entre 2013 y 2018 su economía se contrajo un 47,6 %, mientras que la inflación en 2018 superó el 130.000 %. El deterioro económico fue consecuencia directa de decisiones políticas autoritarias y desestructuradas.

Crecimiento económico en medio de crisis política: ¿es posible?

Aunque no es lo común, existen casos en que la economía crece pese a la inestabilidad política. Perú, denominado por algunos expertos como “la paradoja peruana”, experimentó seis presidentes en siete años (2016-2022) y, aun así, mantuvo un crecimiento promedio anual del 4,8 % entre 1993 y 2019. Entre las explicaciones figuran:

  • Autonomía institucional de organismos como el banco central.
  • Desconexión entre la economía productiva y la política mediática.
  • Entornos externos favorables, como altos precios de materias primas o flujos de inversión extranjera.

China ilustra otro tipo de paradoja: crecimiento sostenido en un contexto de tensiones políticas y autoritarismo. Su modelo combina sistemas económicos interdependientes, aunque sin sinergias plenas, demostrando que no toda estabilidad económica requiere estabilidad democrática.

¿Es sostenible esta paradoja?

Para la exministra María Claudia Lacouture, la respuesta es negativa. La economía puede resistir tensiones políticas solo si se sustenta en bases sólidas: autonomía del banco central, reglas fiscales estables, apertura comercial y un empresariado robusto. Sin estos elementos, la incertidumbre desalienta la inversión y frena el crecimiento.

Colombia ha vivido su propia versión: décadas de conflicto armado coexistiendo con relativa estabilidad macroeconómica. El economista Leopoldo Ferguson atribuye esto a dos factores: el impacto desigual del conflicto —más severo en zonas rurales— y un pacto tácito entre élites para mantener la ortodoxia macroeconómica. Sin embargo, este consenso se ha debilitado en los últimos años, afectado por decisiones fiscales y un clima político polarizado.

El panorama actual: luces y sombras

El Banco Mundial proyecta que la economía colombiana crecerá un 2,4 % en 2025 y alcanzará su potencial del 2,9 % en 2027. El Banco de la República prevé una inflación convergiendo hacia el 3 %, lo que constituye una señal positiva. No obstante, la situación fiscal es preocupante: el gasto supera los ingresos y la deuda pública alcanza el 61 % del PIB, similar al nivel de la pandemia.

La reducción de la inversión pública, la caída del 2,3 % en los ingresos fiscales y la depreciación superior al 40 % de las acciones de Ecopetrol desde 2022 agravan el panorama. La alta rotación ministerial —53 ministros en menos de tres años— incrementa la incertidumbre, como refleja el Índice de Incertidumbre de Política Económica de Fedesarrollo, que en abril de 2025 alcanzó 299 puntos, muy por encima del promedio histórico de 100 puntos.

Nota recomendada: Desempleo sigue bajando, según el DANE

En este contexto, el crecimiento económico no es suficiente para reducir la pobreza de forma significativa. El desempleo no aumenta, pero se explica por el avance del empleo informal. La inversión se mantiene estancada, el déficit fiscal está en máximos históricos y la calificación crediticia ha sido degradada, lo que condicionará las decisiones del próximo gobierno y exigirá ajustes de alto costo político.

Colombia no ha sufrido dictaduras como otros países de la región, pero ha debido gestionar un frágil equilibrio entre estabilidad económica relativa e inestabilidad política. Este balance no es garantizado y, sin reformas y consensos de largo plazo, puede quebrarse. El llamado “sesgo de supervivencia” —centrarse en los casos que han resistido la tormenta— no debe generar complacencia. La evidencia es clara: la política sí importa, y su impacto en la economía es profundo, duradero y, en muchos casos, determinante para el bienestar nacional.

Los cuerpos “fit”

Los cuerpos “fit” encuentran en los gimnasios a sus principales aliados. Éstos se volvieron dinamizadores de la economía. En torno de los cuerpos “fit” existe un hábitat que acompaña desde el equipamiento de los gimnasios, la indumentaria deportiva, que ha hecho de los gimnasios, pasarelas donde importa más el llamado “outfit” que el ejercicio, en adición, se debe considerar también la industria de los suplementos y nutrimentos. En este hábitat tampoco pueden faltar los gurúes del ejercicio y de la nutrición avenidos en influenciadores que, difunden mensajes sobre cómo incrementar la masa muscular y qué comer, todos muy “fitness”. También hasta las compañías de dispositivos móviles se benefician, es habitual ver a los cuerpos “fit” con un teléfono móvil siguiendo rutinas gimnásticas.

Los cuerpos “fit” se han vuelto tan populares que, para cultivarlos el antiguo gimnasio de barrio desapareció para dar paso a los centros de acondicionamiento físico de multinacionales que forman parte de la canasta familiar. Muchos jóvenes pubertos son inscritos en centros de acondicionamiento físico como si fueran niños espartanos. Músculos hipertrofiados con la ayuda de la hormona del crecimiento, esteroides y anabolizantes, vientres planos y hasta diseño de sonrisa tipo “Pepsodent” mandan la parada.  Las damas desean tener cuerpos torneados afines a la estética de “KarolYi”. Confunden belleza con “fitness”.

 

En la antigüedad los gimnasios eran al aire libre y tenían la función de preparar cuerpos mediante el ejercicio físico para afrontar largas caminatas con escudos de gran peso y grandes espadas para el combate. Los ejercitantes tenían vidas activas lejos de sedentarismo y el trabajo diario les garantizaba músculos desarrollados y cuerpos atléticos. En la actualidad reina el sedentarismo; Los cuerpos “fit” se ejercitan durante varias horas diarias sin entender funcionalmente para qué requieren tanto músculo inflado más allá de verse al espejo, vestir camisas apretadas y subir fotos a redes sociales, para luego permanecer hasta dieciocho horas sentados frente a un dispositivo electrónico.

Los cuerpos “fit” en su gran mayoría están pletóricos de músculos insuflados pero ninguno se dedica a cargar bultos o a transportar personas sobre sus espaldas como los antiguos silleteros. Allí es donde los instructores de los gimnasios añaden un rol adicional, terminan por ser consejeros emocionales de los cuerpos “fit”, servicio que no es gratuito. Por lo anterior, además del pago de la membresía mensual al dueño del gimnasio, se debe pagar el coach de acondicionamiento deportivo y bienestar físico como se hacen llamar algunos, cuyos clientes terminan por ser hombres musculosos con piernas delgadas, y mujeres piernonas con torso raquítico, prototipo del individuo del Siglo XXI.

Ir a un gimnasio es asistir a una feria de las vanidades, desde los cuerpos modelos “fit” que exhiben una pinta para cada sesión de entrenamiento hasta los que creen que los gimnasios son centros de entrenamiento de la lengua. Los gimnasios están sobredimensionados, no deberían formar parte de la canasta familiar; se les abona el hecho de que intentan ser una respuesta al sedentarismo y permiten compensar la inactividad física producto de la era digital, pero hasta ahí.

El hiperdesarrollo muscular no garantiza resistencia física, ni testosterona. Hay muchos músculos agrandados y cuerpos “atléticos” con inadecuados indicadores biológicos, elevados niveles de triglicéridos, colesterol y cientos de marcadores más.  Los cuerpos “fit” muchas veces son simple apariencia, esbeltez sin sustancia y obra del cirujano. Tienen más fuerza un soldado, un cotero o un albañil famélico que los musculosos que, como si fuese ritual, sagradamente hipertrofian sus músculos todas las tardes en el “gym”. Los cuerpos “fit” están definidos por una pujante industria que mezcla deporte, moda, alimentación y medicina. Los cuerpos “fit” no son garantía de fortaleza, salud y vigor. Los cuerpos bellos no son necesariamente cuerpos “fit”.

León Sandoval

Con la inminente caída de Maduro, tiembla más de un político latinoamericano

Uno de los señalamientos más graves que pesan sobre Nicolás Maduro y Diosdado Cabello es el de haber convertido al Estado venezolano en la sede de una organizaciónn internacional de narcotráfico: el Cartel de los Soles.

Esa acusación les valió no solo las recompensas más altas que Estados Unidos ha ofrecido por un jefe de Estado en ejercicio, sino también uno de los mayores despliegues militares norteamericanos en Suramérica en toda su historia.

 

Pero lo realmente explosivo no será la captura o el juicio, sino lo que venga después. Como ocurre en el mundo del narcotráfico, tarde o temprano alguien busca negociar beneficios a cambio de información. Y cuando eso suceda con Maduro, Diosdado o con alguno de sus lugartenientes, se encenderá el ventilador más poderoso que haya visto América Latina.

Ese ventilador no se limitará a confirmar rutas, socios o lavado de activos. Lo que muchos temen es que salgan a la luz los nombres de políticos de otros países que habrían recibido dinero del Cartel de los Soles para financiar campañas y sostener proyectos políticos. Por eso, en más de una capital latinoamericana, algunos dirigentes ya deben estar rezando para que sus nombres no aparezcan en la lista.

Sin embargo, tiene más reversa un avión en pleno vuelo que un ventilador de capos que negocian su condena. Y si algo demuestra la historia es que cuando alguien de adentro habla, nunca lo hace solo de lo suyo: entrega a otros, porque su mayor carta de negociación es la información.

La caída de Maduro no será entonces solo el derrumbe de un régimen. Podría convertirse en el detonante de una tormenta que golpee a varios países, sacuda campañas políticas del pasado y exponga vínculos incómodos entre el narcotráfico y la democracia.

Conviene estar atentos. El ventilador aún no se enciende, pero cuando lo haga será implacable: ningún país estará a salvo, ni ningún político podrá declararse intocable. Y en ese momento, la verdadera caída no será la de Maduro, sino la de quienes creyeron que podían esconder eternamente de dónde venía el dinero que los llevó al poder.

Ricardo Ferro

Cláusula de escape fiscal: ¿Solución temporal o señal de crisis estructural?

Toda regla tiene su excepción y la Regla fiscal no escapa a esta sentencia. En efecto, el parágrafo 2 del artículo 5º, modificado por el artículo 60 de la Ley 2155, prevé que “la Regla fiscal tendrá una cláusula de escape, que permitirá realizar un desvío temporal del cumplimiento de las metas fiscales en este artículo, en el caso de que ocurran eventos extraordinarios o que comprometan la estabilidad macroeconómica del país”.

Pues bien, el pasado 9 de junio, el Consejo Nacional de Política fiscal (CONFIS) le aprobó al ministro de Hacienda Ávila Plazas, apelar a esta Cláusula para esquivar el cumplimiento de la Regla fiscal, que ya se había incumplido el año anterior, excediendo sus límites y parámetros, utilizando el ardid de las llamadas “transacciones de única vez” (TUV), por valor 1.9% del PIB, subterfugio este que, según la Ley 2155 de 2021, permite descontarla, es decir no computarla “en el cálculo del balance primario neto estructural del Gobierno central”.

 

Así se puso en pausa el cumplimiento de la Regla fiscal por el término de tres vigencias consecutivas, empezando por el 2025. El CONFIS se limitó a decir, en un lacónico comunicado de prensa, que “los efectos contractivos de la Cláusula de escape serían menores que los obtenidos en un escenario de ajuste fiscal consistente con las metas actuales de la Regla fiscal”. Dicho de otra manera, a juicio del CONFIS eludir el cumplimiento de la Regla fiscal es el mal menor.

El ministro de Hacienda se justificó alegando que “no se puede paralizar al Estado debido a la falta de recursos”, subrayando la urgencia de ajustar las finanzas del país. En sus declaraciones, observó que “la religión que nos colocaron de la Regla fiscal, según la cual no es posible llegar sino hasta ciertos límites, seguramente no vamos a llegar a los límites establecidos por la Regla fiscal, pero va a haber incrementos en el nivel de endeudamiento…Necesitamos garantizar los ingresos que aseguran el equilibrio fiscal”.

Aunque no es vinculante su concepto, el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF)  debía pronunciarse y lo hizo y entre sus consideraciones se refiere  al hecho de que “el Ministerio justificó su propuesta en la alta inflexibilidad del gasto y la limitada capacidad de generar ingresos suficientes en el corto plazo; consideró inviable el cumplimiento de las metas paramétricas de la regla fiscal y afirmó que se requiere más tiempo para hacer los ajustes necesarios para cumplirlas sin incurrir en una parálisis del Estado. Según el Ministerio, la alternativa viable para asegurar financieramente el funcionamiento básico del Estado en el corto plazo es la activación de la cláusula de escape”.

Aunque aduce el Ministerio de Hacienda que “no existe un evento sobreviniente que este año (como en el anterior) le permita recurrir a la presentación de transacciones de única vez, TUV”, tampoco existía para dar este paso. En ese sentido la CARF fue enfática al afirmar que “de acuerdo con el marco normativo, la cláusula de escape puede invocarse en presencia de eventos extraordinarios o que comprometan la estabilidad macroeconómica. No se encuentra en la solicitud del ministerio de Hacienda y Crédito una explicación suficiente de la pertinencia de la cláusula en una situación fiscal como la actual. El principal desbalance macroeconómico en la actualidad es precisamente el desequilibrio fiscal”, que no es un hecho sobreviniente. Y advirtió, además, que “la activación de la cláusula de escape, en sí misma, no soluciona ninguno de los desequilibrios fiscales estructurales que presenta el país”.

Y fue más lejos el CARF al afirmar que “la situación de las finanzas públicas de Colombia es crítica. Los altos y persistentes déficits fiscales, las inflexibilidades estructurales del sistema presupuestal, la sistemática sobreestimación de ingresos tributarios, y la ausencia de medidas suficientes de ajuste fiscal han derivado en retos crecientes para la sostenibilidad de la deuda y en presiones a la liquidez del Gobierno”.

En concepto del presidente de Fedesarrollo Luis Fernando Mejía, “recurrir a esta medida sin una razón técnica enviará una señal negativa a los mercados internacionales, incrementando el costo del endeudamiento para el país”.

Según él “Colombia ya enfrenta una de las tasas de interés reales más altas entre las economías medianas y grandes, y esta decisión podría agravar aún más la situación”. En efecto, para mayo de este año seguros de riesgo de impago (CDS) de Colombia se ubicaron 102 puntos por encima del promedio de países con calificación BB y 166 puntos por encima de sus pares de Latinoamérica. Esto, desde luego, como era de esperarse, ha elevado ostensiblemente el costo  de la deuda, a tal punto que el país estaría pagando entre  $11.9 y $14.7 billones adicionales en intereses este año.

Y no hay que perder de vista que como lo manifiesta Luis Fernando Mejía “un deterioro adicional de la prima de riesgo tendría repercusiones negativas sobre la recuperación del crecimiento económico” y a su vez un menor crecimiento redunda en un menor recaudo de impuestos, que son menores ingresos para el fisco, agravando el déficit fiscal, pues por cada punto que deja de crecer el PIB se reduce el recaudo en $2 billones. Esto es una barbaridad!

El Contralor General de la República Carlos Hernán Rodríguez es categórico al afirmar que “más allá del argumento técnico que pueda esgrimir el gobierno, la estabilidad, y el crecimiento económico no deben garantizarse sacrificando la disciplina fiscal…La falta de acción sobre los gastos de funcionamiento compromete el crecimiento futuro más que la propia aplicación de la regla fiscal…La cláusula de escape es un instrumento excepcional contemplado en la Ley…Este debe ir acompañado de medidas claras y certeras para regresar al marco de la Regla fiscal”.

Ahora bien, si miramos en perspectiva lo que se nos viene pasamos de la preocupación al pánico, sobre todo al ver la irresponsabilidad con la que se está manejando esta que es una las peores crisis fiscales a las que se ha visto abocada la Nación.

Amylkar Acosta

Barranquilla, agosto 22 de 2025

www.amylkaracosta.net

Victimizarse

Victimizarse” es una palabra que ha calado en el lenguaje popular, convirtiéndose en elemento de defensa frente a cualquier debate con argumentos o sin argumentos. Quien se victimiza apela a este recurso para evadir la responsabilidad y revertir su culpa sobre el otro. Es frecuente ver que, quien es reprochado por alguna conducta incorrecta que amerite la asunción de responsabilidad termine por “victimizarse”. En muchos casos, la persona que se victimiza busca desviar la atención sobre el asunto en discusión para negar la responsabilidad que debería asumir como consecuencia de su conducta e incluso para justificarla.

Este tipo de prácticas ha dado buenos réditos porque convierte al cuestionado en víctima y a quién reclama en agresor. Es tan exitoso el ejercicio de “victimizarse” que, por este mecanismo, los responsables de actos de corrupción o de conductas reprochables terminan declarándose perseguidos y, la discusión de fondo pasa a un segundo plano. Se logra desviar la atención y termina por colocar en el ojo de la tormenta a quien formula con justa causa el reclamo inicial. La mayoría de las veces el ejercicio de “victimizarse” va de la mano con una estrategia de litigio, por medio de acciones judiciales concatenadas como fichas de dominó en escala, logran minar, desgastar y trabar la administración de justicia.

 

Como ejemplos de “victimizarse” vale la pena citar algunos de ellos: La protesta social de la mal llamada Primera Línea del año 2021, que consistió en actos sistemáticos de terrorismo urbano acompasados con vandalismo y destrucción de mobiliario público; los perpetradores de estos hechos terminaron por “victimizarse” como perseguidos por el Estado y víctimas de una sociedad excluyente que los condujo a tomarse las calles.

Otro caso similar, es el de las comunidades indígenas que permanentemente invaden el Parque Nacional en la Ciudad de Bogotá, amparados con patente de corso, realizan actos de vandalismo, imponen a la fuerza su ley tribal, consumen alcohol en espacio público de lo cual, hacen partícipes a menores de edad, talan árboles para hacer fogones, explotan a mujeres y niños pidiendo limosna en las calles, y al final, terminan por declararse como víctimas ancestrales del imperio español y de doscientos años de gobierno republicano.

Los temas de género también son usados para “victimizarse”, discutir con una mujer o con un miembro de la comunidad denominada LGBTI, corre el riesgo de que la discusión, así sea razonada, termine en un caso de persecución contra la persona por asuntos de género y no por el tema central del debate. Es tan espinoso el asunto que, por mandato de la Corte Constitucional, los jueces deben tener enfoque y perspectiva de género para los análisis judiciales.

Otro ejemplo, sería el caso puntual del exguerrillero y exdirector del Departamento Administrativo de Presidencia de la República, investigado por la Fiscalía General de la Nación, y pese a tener orden de captura en su contra por gravísimos actos de corrupción, logró “victimizarse” en la República de Nicaragua, con el argumento de que es perseguido político del imperialismo.

En suma, “victimizarse” está de moda y es la estrategia más efectiva para desviar la atención. Si alguien conduce ebrio, golpea a un alférez de tránsito, falta al trabajo, comete infidelidad conyugal, arroja basura a la calle, destruye mobiliario público o hurta, simplemente “victimizarse” le ayudará con el problema. Siempre habrá algún ciudadano interesado o colectivo de defensa de “victimizados” dispuestos a auxiliarle y a construir una “narrativa” a favor del infractor. Esa es la nueva cultura, una cultura para la cual, la debilidad, la irresponsabilidad, la mentira, la pereza y la falta de carácter se volvieron virtudes.

León SandovalFerreira

Consejos para la compra del primer apartamento: mi experiencia sobre cómo tomar la mejor decisión

Adquirir el primer apartamento es, sin duda, una de las decisiones más importantes de la vida. Yo mismo lo viví, tanto en lo personal como en lo profesional, y aprendí que no se trata solo de escoger un espacio bonito, sino de asegurarse de que la inversión sea segura, sostenible y que acompañe los proyectos a largo plazo.

En ciudades como Bogotá, Medellín o Cali, donde la oferta inmobiliaria es amplia y los precios varían mucho dependiendo de la ubicación y las características del edificio, la búsqueda puede ser abrumadora. Por eso quiero compartir algunos consejos que he aplicado y que siempre recomiendo a quienes dan este paso por primera vez.

 

Evalúa tu presupuesto real

Lo primero es tener muy clara tu capacidad financiera. No solo hablamos del valor del apartamento, sino también de gastos adicionales: cuota inicial, escrituración, impuestos y, en muchos casos, remodelaciones. Una regla de oro que me ha servido es que la cuota del crédito hipotecario no supere el 30% de los ingresos netos. De lo contrario, la compra puede convertirse en una carga.

Ubicación y proyección de la zona

La localización es clave. No solo te dará comodidad en el día a día, sino que también definirá la valorización futura del inmueble. En mis años de trabajo he visto cómo barrios bien conectados con transporte público, vías principales y rodeados de colegios, universidades, comercio y parques mantienen su valor o incluso se valorizan con el tiempo. También recomiendo revisar los planes de desarrollo urbano de la zona: un proyecto vial o un cambio de uso de suelo puede impactar tu inversión más de lo que imaginas.

Revisa la legalidad y el estado del inmueble

Aquí no hay espacio para improvisar. Siempre insisto en verificar que el apartamento tenga toda la documentación en regla: licencia de construcción, certificado de tradición y libertad, y paz y salvo de impuestos y servicios. En el caso de vivienda usada, una inspección técnica puede ahorrarte sorpresas desagradables: humedades, problemas eléctricos o filtraciones que luego se convierten en gastos altos.

Algunos aspectos que recomiendo tener en cuenta antes de firmar son:

  • Comparar al menos tres opciones similares en precio y ubicación.

  • Leer con atención el reglamento de propiedad horizontal (cuotas de administración, normas de convivencia, uso de zonas comunes).

  • Preguntar por la valorización histórica del edificio y del sector.

  • Revisar la calidad de los materiales y acabados, sobre todo en obra nueva.

Piensa en el largo plazo

Un apartamento no es solo un techo para hoy, es una inversión que puede acompañarte muchos años. Por eso vale la pena preguntarse si ese espacio se adaptará a cambios futuros: matrimonio, llegada de hijos, trabajo remoto. En mi experiencia, los inmuebles que permiten flexibilidad en sus ambientes y tienen potencial de remodelación siempre resultan más rentables y funcionales.

Errores comunes que conviene evitar

A lo largo de los años he visto caer en los mismos tropiezos a quienes compran su primera vivienda. Algunos de los más frecuentes son:

  • Comprar por impulso sin comparar alternativas.

  • No calcular correctamente los gastos mensuales totales (incluyendo administración y servicios).

  • Pasar por alto factores como ruido, orientación solar y ventilación.

  • Confiar en fotos o renders sin visitar el inmueble físicamente.

En definitiva, comprar el primer apartamento es una mezcla de análisis financiero, proyección de vida y sentido práctico. Tomarse el tiempo para investigar, comparar y asesorarse con profesionales del sector puede evitar dolores de cabeza y garantizar que la primera vivienda no sea solo un techo, sino un verdadero hogar y una inversión sólida.

Álvaro Rincón